El repunte de la tasa de interés en el mercado interbancario de los últimos días impactó de manera inmediata en la línea más sensible que tienen los bancos para financiar a las empresas: los adelantos en cuenta corriente.
Al viernes, la tasa de giro en descubierto para las grandes empresas saltó a casi el 16%, cuando en la segunda quincena de abril se ubicó en promedio en la zona del 14,3%.
Tanto el "call money" -es decir la tasa a la que se presentan los bancos- como la de adelantos en descubierto resultan extremadamente volátiles y pueden tener fuertes saltos en cuestión de días. Por eso, será importante lo que suceda esta semana para determinar si el aumento del costo del dinero está vinculado a factores puramente estacionales, es decir la necesidad de liquidez de las empresas en el arranque del mes (por ejemplo para el pago de sueldos), o si responde a factores más estructurales.
Según el dato divulgado por el Central, al 3 de mayo (o sea el último viernes) la tasa de adelantos había saltado al 15,9%, su mayor nivel de los últimos meses. Pero también es cierto que en el arranque de abril, después de los feriados por Semana Santa, también se había producido un salto en el costo del dinero que pagan las empresas por financiarse a corto plazo para luego tranquilizarse.
En este caso hay un factor adicional que impulsa las tasas, que es el súbito aumento del dólar en el mercado informal, que el viernes llegó a tocar los $ 10, finalizando ayer por encima de $ 9,85. La gran incógnita es si el mercado irá hacia un aumento generalizado de las tasas en pesos para atraer a los ahorristas y evitar que se vayan al dólar. O incluso darles un incentivo a algunos inversores dolarizados para que se pasen a pesos, pero con un rendimiento más atractivo.
Sin embargo, según Ambito, parece difícil que el Central vaya a dar una señal más contundente en esa dirección en el corto plazo. Si bien aumentó hasta el 0,5% las tasas en su última licitación de Lebac, en realidad haría falta un aumento mucho más sustancial para aplacar la presión cambiaria.
Pero la entidad se resiste ante el peligro de que el costo del crédito se dispare, lo que -según la visión de su titular, Mercedes Marcó del Pont- sólo provocaría un enfriamiento de la economía sin generar un resultado significativo en relación con el dólar.
Por eso, luego de que el mercado se recalentó el jueves y el viernes por la falta de liquidez, la evaluación que hacían los tesoreros de las principales entidades es que la suba de tasas es más bien un fenómeno transitorio. "Impactó mucho que YPF saliera a fin de mes a buscar $ 3.000 millones a través de una colocación de ON. Además, otras empresas también salieron al mercado, buscando otros $ 1.000 millones", explicaban ayer por la tarde. En forma paralela, como el Central había subido medio punto las tasas de Lebac, terminó absorbiendo más pesos.
Como la ANSES es el principal comprador del título de la petrolera, parte de los recursos salen del dinero que el organismo tiene en fondos comunes de inversión y también en bancos. De la misma manera, también las aseguradoras habrían retirado no menos de $ 300 millones del sector financiero para volcar esos fondos en la ON de YPF, que se enmarca dentro de las inversiones previstas en el "inciso k", es decir dentro de lo que deben destinar al sector real.
Se estima que pasado este efecto puntual, la presión sobre las tasas bajaría sustancialmente. Por eso, el "call", que pasó hasta el 18%, bajaría a niveles no superiores al 12%. Y la tasa Badlar, que es la vigente para plazos fijos de empresas, difícilmente suba de niveles del 16%.