Los datos de crecimiento en la eurozona, o mejor dicho de contracción económica, aumentan la presión sobre el pronóstico del Banco Central Europeo de una recuperación gradual en la segunda mitad del año, algo que comienza a ponerse en entredicho.
El declive de la economía alemana refleja una fuerte caída en las exportaciones netas y en la inversión en plantas y maquinaria. Aunque las encuestas de negocios han sido mucho más optimistas, la debilidad pone de relieve cómo la reciente apreciación del euro podría amenazar la recuperación impulsada por las exportaciones.
Con sus mercados internos en una recesión prolongada, las empresas europeas han buscado alivio en el extranjero. Las exportaciones se han disparado, representando el 35% de la producción nacional en España el año pasado, frente al 22% en 2009.
Pero con el euro ganando un 12% frente al dólar desde julio y hasta un 35% respecto al yen, a un máximo en tres años, las empresas europeas comienzan a retorcerse. Una moneda más fuerte encarece las exportaciones de un país, y por tanto, le hace menos competitivo y reduce las ganancias corporativas cuando se recogen los beneficios desde divisiones extranjeras.
El impacto de la subida del euro se ha extendido de forma desigual, dejando al descubierto una brecha entre las empresas alemanas, que tienen mayor capacidad de adaptación, y las francesas e italianas. Las empresas que puedan tendrán la opción de subir los precios o reducir los costos. Otras, sin embargo, van a recibir un golpe en sus beneficios.
La división Norte-Sur ha provocado un enfrentamiento entre los políticos europeos sobre si las autoridades deberían tratar de controlar la apreciación del euro, que ha subido gracias a una relativa estabilización económica y una disminución de los temores de ruptura del euro. Los funcionarios del G20 tienen previsto este fin de semana discutir lo que ya hemos etiquetado como la Guerra de Divisas.
Como ejemplo, Deborah Ball cita, en un artículo en el Wall Street Journal, al fabricante de cocinas de diseño Veneta Cucine. La compañía ha tratado de compensar la caída del mercado interno, aumentando sus ventas a los hoteles y complejos turísticos en Asia, creando un equipo de diseñadores y expertos en investigación de mercado para servir a clientes que piden miles de cocinas en una orden. La compañía también ha reducido los costos. Sin embargo, la fortaleza del euro está erosionando ese trabajo duro, perjudicando las ventas de Veneta Cucine.
"Hemos trabajado mucho en nuestra estructura de costos", dijo el propietario Denise Archiutti. "Sin embargo, sufrimos la falta de competitividad en Italia, de nuestros costos de financiamiento, y de nuestro costo de mano de obra aquí. Esto nos perjudica mucho".
Una gran parte del problema es que las empresas débiles del sur de Europa pagan hasta dos veces más por los préstamos bancarios que sus rivales del norte. Y las leyes laborales en la zona sur dificultan la reducción de costos. Los costos de nómina en Francia e Italia están entre los más altos del mundo.
Por el contrario, las empresas alemanas tienen acuerdos con los sindicatos que les dan más flexibilidad para ajustarse a unas condiciones del mercado más difíciles. Las empresas alemanas también tienden a exportar bienes de alto precio, como automóviles de lujo y productos especializados de ingeniería, dando a las empresas más poder para aumentar los precios que compensa la fortaleza del euro. Con la excepción de unos pocos sectores de moda y aeronaves, las compañías del sur de Europa tienden a vender productos tales como máquinas herramientas comunes y coches menos caros, teniendo problemas para elevar los precios de venta.
Los analistas del Deutsche Bank estiman que las empresas alemanas pueden seguir siendo competitivas con un euro a 1,79 dólares, mientras que las francesas sufren con un euro en 1,24 y las italianas en 1,17.
Estas diferencias entre países tienen su reflejo en las distintas posturas políticas.
"El euro no debe fluctuar según el humor de los mercados", dijo el presidente francés, François Hollande este mes. Los esfuerzos para mejorar la competitividad podrían ser "destruidos por el aumento del valor del euro", dijo.
Los comentarios provocaron una respuesta fuerte de Alemania, con el vicecanciller Philipp Rösler comentando que la zona euro debe "reforzar la competitividad, en lugar de debilitar la moneda". Las exportaciones alemanas representaron el 53% del producto interior bruto el año pasado, subiendo desde el 41% de 2009.
"Tenemos que tener una moneda que permita a las empresas europeas ser competitivas en el mundo", dijo Carlo Bozotti, presidente ejecutivo de STMicroelectronics, el mayor fabricante europeo de semiconductores.
Mientras STMicroelectronics genera alrededor de tres cuartas partes de sus ingresos fuera de Europa, Oriente Medio y África, tiene grandes plantas en Francia y en Italia.
Bozotti dice que un aumento del 1% en el euro contra el dólar reduce los ingresos de explotación de su compañía en cerca de 30 millones de dólares al año.
Las empresas están reaccionando de diversas maneras.
European Aeronautic Defence & Space (EADS) ya vende la mayoría de sus productos en dólares. LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton advirtió el mes pasado que el euro podría perjudicar sus negocios durante este año y sugirió que podría aumentar los precios en respuesta. Un euro fuerte "tendría un impacto sobre los exportadores franceses y para nuestro grupo, incluso si estamos en una situación muy especial en comparación con otros exportadores, ya que podemos aumentar los precios", dijo el consejero delegado.
La subida del euro ha sido más difícil para el fabricante de armas de fuego italiano Beretta, ya que compite con sus rivales estadounidenses vendiendo a departamentos militares y policía en Asia, donde las ventas están denominadas en dólares. La rivalidad hace que Beretta no pueda subir los precios lo suficiente para cubrir los mayores costos de las fábricas en la región euro. El resultado es que Beretta ha tenido que aceptar ingresos mucho más bajos para ganar contratos y mantener los clientes importantes. Las exportaciones representan alrededor del 90% de las ventas Beretta.
Beretta recientemente completó una reestructuración de sus plantas italianas que reducir los costos del 15%. Sin embargo, un euro más fuerte podría obligar a la empresa a tomar medidas más radicales. Si el euro supera los 1,40 dólares, Beretta podría elevar la producción en los EE.UU., en detrimento de sus fábricas europeas, donde ya se produce cerca de un tercio de sus productos. Y esta es una advertencia que es extrapolable a las empresas españolas.
"Un buen nivel para el euro sería de alrededor de 1,20 dólares," dijo Gianni Zonin, que dirige al gran productor de vinos Casa Vinicola Zonin, señalando que podría tener que aumentar los precios el próximo mes si el euro no cae.
"Tenemos un euro demasiado fuerte que se mueve por los alemanes, que quieren una moneda fuerte sin tener en cuenta el impacto en Italia, España y Francia", dijo.
Fuentes: Deborah Ball, Wall Street Journal
Carlos Montero