El grupo automovilístico PSA Peugeot Citroen afirmó hoy que su plan de reestructuración que conllevará la supresión de 8.000 empleos en Francia sigue adelante pese a un dictamen judicial que suspende los procedimientos para su filial de componentes Faurecia.
Una portavoz subrayó a Efe que el procedimiento del plan social de PSA, que conlleva entre otras cosas el cierre de su fábrica de Aulnay sous Bois, en las afueras de París, "no está suspendido y aún menos anulado".
La dirección, que pretendía clarificar la situación más tarde, reaccionaba así al anuncio del abogado de los sindicatos de Faurecia, Fiodor Rilov, sobre una paralización del proceso por el Tribunal de Apelación de París.
Rilov, en declaraciones a la emisora de radio France Info, señaló que el juez ha considerado que el procedimiento de la empresa "no es conforme al código laboral" y que no puede seguir adelante hasta que "el grupo se ajuste a la ley".
El letrado de los empleados del fabricante automovilístico reconoció que legalmente no se puede impedir que una empresa lleve a cabo un plan social, pero en cualquier caso estimó que "la victoria de hoy es determinante para la victoria de los asalariados" y, en particular, para conseguir "que se retire el cierre de la planta" de Aulnay.
La portavoz de PSA reconoció que la decisión judicial significa que no se han cumplido todos los requisitos de consulta con las instancias de los trabajadores, y en concreto con el comité de empresa europeo.
Pero añadió que eso concierne únicamente a la filial Faurecia, que podría verse obligada a lanzar de nuevo algunas de las formalidades legales.
Rilov, en cualquier caso, aprovechó la victoria judicial, para insistir en que "no hay ninguna justificación" para el recorte de 8.000 empleos que pretende aplicar PSA, sobre todo porque es una empresa que en 2010 y en 2011 había tenido beneficios.
"Lo que el grupo intenta hacer es deslocalizar la producción para tener más beneficios", denunció el abogado, que pidió a la dirección del fabricante "alternativas" y que garantice "los empleos en Aulnay y en toda Francia" porque "tiene los medios" para hacerlo.
La factoría de Aulnay, donde se fabrica el C3 de Citroen, funcionaba hoy "como habitualmente" con una cadencia de producción normal -según la portavoz del grupo-, después de los múltiples incidentes de ayer, cuando abrió sus puertas después de haber estado clausurada durante una decena de días por los desperfectos causados por las protestas contra el plan social.
Ante el bloqueo de las instalaciones por parte de huelguistas de la Confederación General del Trabajo (CGT), ayer salieron muy pocos vehículos, cuatro según fuentes internas. EFE
Una portavoz subrayó a Efe que el procedimiento del plan social de PSA, que conlleva entre otras cosas el cierre de su fábrica de Aulnay sous Bois, en las afueras de París, "no está suspendido y aún menos anulado".
La dirección, que pretendía clarificar la situación más tarde, reaccionaba así al anuncio del abogado de los sindicatos de Faurecia, Fiodor Rilov, sobre una paralización del proceso por el Tribunal de Apelación de París.
Rilov, en declaraciones a la emisora de radio France Info, señaló que el juez ha considerado que el procedimiento de la empresa "no es conforme al código laboral" y que no puede seguir adelante hasta que "el grupo se ajuste a la ley".
El letrado de los empleados del fabricante automovilístico reconoció que legalmente no se puede impedir que una empresa lleve a cabo un plan social, pero en cualquier caso estimó que "la victoria de hoy es determinante para la victoria de los asalariados" y, en particular, para conseguir "que se retire el cierre de la planta" de Aulnay.
La portavoz de PSA reconoció que la decisión judicial significa que no se han cumplido todos los requisitos de consulta con las instancias de los trabajadores, y en concreto con el comité de empresa europeo.
Pero añadió que eso concierne únicamente a la filial Faurecia, que podría verse obligada a lanzar de nuevo algunas de las formalidades legales.
Rilov, en cualquier caso, aprovechó la victoria judicial, para insistir en que "no hay ninguna justificación" para el recorte de 8.000 empleos que pretende aplicar PSA, sobre todo porque es una empresa que en 2010 y en 2011 había tenido beneficios.
"Lo que el grupo intenta hacer es deslocalizar la producción para tener más beneficios", denunció el abogado, que pidió a la dirección del fabricante "alternativas" y que garantice "los empleos en Aulnay y en toda Francia" porque "tiene los medios" para hacerlo.
La factoría de Aulnay, donde se fabrica el C3 de Citroen, funcionaba hoy "como habitualmente" con una cadencia de producción normal -según la portavoz del grupo-, después de los múltiples incidentes de ayer, cuando abrió sus puertas después de haber estado clausurada durante una decena de días por los desperfectos causados por las protestas contra el plan social.
Ante el bloqueo de las instalaciones por parte de huelguistas de la Confederación General del Trabajo (CGT), ayer salieron muy pocos vehículos, cuatro según fuentes internas. EFE