Axel Kicillof, secretario de Política Económica, aseguró durante un encuentro sobre formación laboral y competitividad que se realizó en el Ministerio de Trabajo que el Gobierno nacional no aplicará políticas de ajuste.
El funcionario explicó que "el cambio estructural es un proceso de largo plazo. Para que la reindustrialización sea exitosa va a tomar más tiempo que los 30 años que duró la política neoliberal iniciada en 1976".
De la reunión en la cartera laboral realizada ayer, en la que estuvieron presentes representantes de cámaras empresarias y sindicatos, el virtual viceministro de Economía aseguró que "no les vamos a dar el gusto de aplicar las recetas de ajuste; el camino para lograr mejoras genuinas de competitividad es más difícil, requiere más Estado, mejores salarios, capacitación, diálogo y planificación", según consignó el diario Página/12.
Por su parte, Carlos Tomada, titular de la cartera laboral y anfitrión del encuentro, consideró que "la búsqueda de mayor competitividad está en la innovación tecnológica y en la formación y capacitación de los trabajadores con dialogo social".
Para el secretario de Política Económica, desde 2003 está cambiando la estructura económica de Argentina "trabajosa y lentamente" para revertir "el proceso de desindustrialización y represión de los trabajadores; llevamos nueve años de éxito sostenido".
La reunión fue un plenario de consejos sectoriales de formación profesional, quienes evaluaron los resultados de los programas de formación con los que según Tomada se capacitó a 1,5 millón de trabajadores desde 2003.
Del encuentro participaron además, Débora Giorgi, ministra de Industria; Antonio Caló, secretario general de la UOM y de la CGT oficialista, y José Ignacio de Mendiguren, titular de la UIA.
Kicillof criticó además, a quienes reclaman la aplicación de políticas ortodoxas de industrialización: "No quieren que nos industrialicemos, quieren que Argentina sea un paraíso financiero y agroexportador", sostuvo.
El funcionario cuestionó también "la política de privatización de servicios públicos con tarifas altas", y "la falta de inversión privada en materia energética".
El funcionario consideró además, que las recetas de industrialización ortodoxas para países como Argentina exigen "industrias poco calificadas, bajos salarios, malas condiciones laborales, impedir la sindicalización para eliminar los conflictos, y megadevaluaciones de la moneda". Kicillof consideró que aplicar esas medidas sería muy sencillo, "pero sería una derrota para nuestro proyecto y no les vamos a dar el gusto".
Por su parte, Débora Giorgi destacó que "desde 2003 comenzó en Argentina un proceso de reindustrialización sin igual que hoy se luce en el mundo".
Durante la reunión se escucharon además algunos cuestionamientos a las últimas protestas sociales: "Algunos piensan en tachín-tachín; nosotros acá apostamos a los trabajadores y la inclusión social que lleva adelante este Gobierno", sostuvo Antonio Caló, titular de la UOM.
Por su parte, José Ignacio de Mendiguren, titular de la UIA aseguró que "no estamos dispuestos a rifar lo que tanto nos costó construir".
Enrique Deibe, secretario de Empleo, destacó "el sistema de formación continua donde participan más de cuarenta sectores económicos es un ejemplo de diálogo para mejorar hoy las capacidades de nuestros trabajadores".
A su vez, Ricardo Pignanelli, de Smata, defendió los controles a las importaciones y advirtió que existe dumping en la industria automotriz. "Buscan a los países emergentes como nosotros para inundarnos con producción global", sostuvo.
nosis