La
función materna consiste en alimentar y cuidar al niño dándole afecto y
ternura. Las madres que son abandónicas o su contracara excesivamente posesivas
muestran el fracaso de dicha función. Ese tipo de madres se apropian del hijo
como si fueran un objeto y no habilitan al padre condenándolo al lugar de mero
reproductor biológico.
En
cambio hablar de padre es hablar de ley, no de la ley de los códigos civil o
penal si no de una ley que en el mejor de los casos la ejerce el padre dentro
de una estructura familiar, dentro de la tríada madre, niño, padre. Es el padre
que con su presencia y ejerciendo su función enuncia prohibiciones permitiendo
de esta forma que el niño no quede adherido a la geografía materna –no es
de la madre– ya que hay un tercero, el padre, que lo prohíbe, generando
de esta forma un orden dentro del circuito familiar.
Un
padre es aquel que por su deseo de serlo tiene lugar en su psiquismo para
alojar a un hijo ¿pero qué da cuenta si hay deseo de padre? una respuesta
posible es el amor que se traduce en el cuidado, en el amparo por ese hijo y
otra respuesta es la expuesta anteriormente: no deja pegado al hijo con la
madre ya que también esta él portando su deseo de padre que implica tener un
lugar para ese hijo.
Cuando
un niño nace la madre tiende a apropiarse de él y el hijo tiende a fusionarse
con ella. La verdadera función paterna es establecer el corte a través de las
palabras que condensen la ley “… a la cama nuestra no, él tiene su
cuarto y su cama…” o al niño “…si tenés miedo voy a tu
cuarto pero vos no podés dormir con nosotros…” estos enunciados
hablan de una doble prohibición una a la madre y otra al hijo.
También
es cierto que no todo padre está a la altura de la función que tiene que
encarnar y sus fallas retornan como síntomas en su hijo. Hay padres que parecen
madres, son padres maternizantes, padres que tienen temor a que a edades
adecuadas su hijo se quede a dormir en la casa de un compañero, o que cruce la
calle solo. También hay padres que fraternizan la relación y se hacen cómplices
de las transgresiones y desafías de su hijo. Si el niño hace lo que quiere
siente que no le importa al padre, que no es querido por él ya que el amor de
un padre se transmite a través del cuidado y de la protección siendo el límite
y muchas veces el castigo maneras de transmitirlos.
Es
tan importante que el padre puede ejercer su función, función que en primer
lugar tiene que avalar la madre, que en caso de no poder ejercerla su hijo buscará
a través de conductas antisociales el amor de ese padre aunque más no sea a
través del castigo ya sea de los directivos de la escuela en donde asiste o a
través de la ley encarnada por la policía o los jueces en la adolescencia o en
la vida adulta, o a través de formar parte de sectas o grupos religiosos
delirantes o místicos que actúan como si fueran la ley en tanto que condensan,
desde algún lugar , la figura paterna.
Muchos
de los males de esta época están ocasionados por la caída de esa función:
violencia en las escuelas (los alumnos avalados por sus padres o los padres
mismos avanzan no sólo con la palabra si no muchas veces con el cuerpo sobre la
figura de los maestros o de los directivos). La violencia que hace marca en
nuestros días que toma la forma sádica hace que el sujeto carente de redes
éticas y solidarias basadas en el amor intente afirmarse destruyendo al otro:
entonces se mata, se viola, se prende fuego al otro como forma de afirmarse en
un lugar que está muy alejado del amor y donde no hay lugar para dos
“…o yo o el otro….”
La
caída de la función paterna también genera patologías del vacío cómo son las
adicciones punto peligroso no sólo para el sujeto sino también para la
sociedad. Vemos de esta forma que cuando la función del padre en la estructura
familiar ha fracasado su hijo anda a “los tumbos” y conlleva la
caída del futuro adulto. Es de suma importancia que los padres puedan
preguntarse como funciona la ley en la familia que han constituido ya sea para
rectificar o ratificar el camino a seguir.
Lic. Silvia Justo Directora y Fundadora de CE.SA.MEN.DE.