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Un clásico que habla el lenguaje de los jóvenes


A casi 15 años de su llegada, y con retoques que lo acercan un poco más al estilo Kinetic, el Ford Ka se actualiza sin grandes cambios estructurales. Mantiene su correcto andar y el eficaz motor 1.6.

Desde que llegó a la Argentina, en 1997, el Ka se convirtió en uno de los preferidos del público local en el segmento de los más chicos. Es que desde aquella transgresora silueta de formas redondeadas hasta ésta, más conservadora y a tono con el nuevo lenguaje de diseño de la marca del óvalo, el modelo más compacto de la familia Ford se destacó siempre en su categoría por estilo, solidez, calidad y confiabilidad: en esa franja de mercado estos atributos se valoran mucho más que en otros segmentos, principalmente debido a los precios que se manejan.

Un refresh a la imagen

Basado en la segunda generación que apareció en 2008 (siempre hablando del modelo Mercosur, con estilo propio y diferente al europeo), este renovado Ka acentúa los rasgos característicos del Kinetic Design: aunque a simple parezca no haber cambiado demasiado, hay ciertos detalles que vale la pena destacar.

Empezamos por la trompa, donde están los principales cambios: ahora recibe la boca trapezoidal que se asemeja a la de otros modelos de la compañía, un nuevo paragolpes y también se renueva la entrada de aire superior. Los grupos ópticos mantienen el formato aunque cambian la tonalidad: los faros delanteros tienen el interior oscurecido, y en los traseros la cubierta ahora es transparente. En la cola se agregaron “ojos de gato” en la parte inferior del paragolpes.

Intermitentes incorporados a los espejos retrovisores, baguetas con identificación “Ka” y llantas de aleación de nuevo diseño son las novedades que se destacan en los laterales de las versiones más equipadas como la Pulse y esta Top Pulse que probó e-cars.

El interior

Por dentro, los cambios de esta nueva versión son menos visibles. Son nuevas la serigrafía del tablero, el revestimiento de las butacas y paneles de puertas, la terminación de los aros de las toberas de ventilación y el pomo de la palanca de cambios, entre otros. El volante ahora vuelve al centro circular como en la primera generación, a nuestro entender una acertada decisión, ya que le aporta un guiño de informalidad para cortar un poco la sobriedad que adquirió el ambiente desde la segunda generación.

A nivel general, el habitáculo está por encima del promedio del segmento en cuanto a apariencia y terminaciones, por más que algunos plásticos no hayan logrado convencernos. No sólo está bien insonorizado sino que no se advierten crujidos ni roces típicos de algún encastre deficiente. Eso sí, se torna un tanto ruidoso al salir a la ruta y aumentar la velocidad: rumores de rodadura y alguna que otra filtración de aire se “cuelan” como acompañantes.

Si bien ni el volante ni la butaca se regulan en altura, la posición de manejo es correcta, mientras que el selector de cambios tiene recorridos precisos y suaves. El espacio está bastante bien resuelto aunque el ingreso a las plazas traseras no es de lo más cómodo. Con 260 litros de capacidad, el baúl tiene nuestro pulgar hacia arriba.

Equipo

De serie (la variante Fly es la más básica), el renovado Ka trae radio AM/FM con reproductor de CD y MP3; asiento trasero rebatible 100% y llantas de chapa de 13 pulgadas.

A medida que se asciende en la gama va agregando (en la Fly Plus) llantas de 14 pulgadas; aire acondicionado; dirección asistida; sistema de audio “My Connection” con reproductor CD/MP3, conexión Bluetooth y puerto de entrada para Ipod y USB.

Ya en la versión Pulse las llantas son de aleación (también de 14”); suma consola portavasos entre las plazas delanteras; apertura del baúl desde comando a distancia; cierre remoto de puertas y vidrios; levantavidrios con one touch; alarma; y cierre de puertas en velocidad.

“Nuestra” variante Top Pulse se ubica en lo más alto de la gama al incluir airbags para conductor y acompañante... aunque carece de sistema ABS. Una lástima, porque su incorporación le hubiera permitido elevarse por encima de la media del segmento al que pertenece.

El motor

Aceleraciones contundentes y una notable elasticidad son rasgos característicos del confiable Zetec RoCam 1.6 de 95 caballos que equipa a esta versión (las versiones Fly y Fly Plus cuentan con el Zetec RoCam de 1 litro y 63 CV).

Basta con poner primera y acelerar para caer en la cuenta de que a este impulsor le sobra actitud para mover con absoluta soltura a esta carrocería de casi 950 kilos.

Una velocidad máxima de 171 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,3 segundos son cifras que respaldan las apreciaciones vertidas con anterioridad.

Para finalizar con las prestaciones, encontramos que el consumo termina por redondear una ecuación más que decorosa: 9,3 litros cada 100 km en ciudad y 7,5 en ruta.

Eficiencia en el andar

En ciudad no muestra fisuras en su entrega, y siempre está listo para responder con decisión ante la menor señal. En ruta también demuestra gran solvencia y se siente muy a gusto en los sobrepasos.

Estable en ruta y perfectamente maniobrable en ciudad, el Ka saca pecho dentro de su segmento por contar con un buen trabajo en el diagrama de suspensiones y precisión en la dirección que facilita mucho las cosas con su acotado radio de giro.

Tiene un buen despeje y absorbe sin inconvenientes el asedio de baches, empedrados o lomos de burro.

Ya es un clásico

La gama del renovado Ka parte desde los 52.000 pesos y va hasta los 69.500 de esta variante full.

En el segmento tiene como rivales al 207 Compact, el Chevrolet Celta y el VW Gol Power. La garantía es de un año sin límite de kilometraje.

Así, Ford busca mantener en absoluta vigencia a este pequeño simpático e informal modelo que ya se ha convertido en un clásico de la categoría.



A favor

Motor eficiente
Comportamiento dinámico
Buen despeje
En contra

Acceso a plazas traseras
Rumorosidad en alta
Falta de ABS


e-cars