Resumen
• Revisamos nuestro Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País (BICRA, por sus siglas en inglés) de Chile tras la publicación de la actualización de nuestra metodología.
• Mantenemos nuestro BICRA de Chile en el grupo ‘3’.
• También mantenemos nuestra clasificación de riesgo económico de ‘4’, y asignamos una clasificación de riesgo de la industria bancaria de ‘3’.
Acción de Calificación (BICRA)
Buenos Aires, 9 de noviembre de 2011.- Standard & Poor’s Ratings Services dijo hoy que mantiene su Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País (BICRA, por sus siglas en inglés) de la República de Chile en el grupo ‘3’. Al mismo tiempo, mantiene su clasificación de riesgo económico de ‘3’ y asigna una clasificación de riesgo de la industria bancaria de ‘3’. Fundamento
Revisamos el sector bancario de la República de Chile (calificaciones soberanas, moneda extranjera: A+/Positiva/A-1; moneda local: AA/Positiva/A-1+) bajo nuestra metodología actualizada de BICRA. Nuestros criterios definen que el marco de BICRA “está diseñado para evaluar y comparar sistemas bancarios en todo el mundo”. El análisis de BICRA de un país cubre las instituciones financieras calificadas y no calificadas que toman depósitos, otorgan crédito, o se involucran en ambas actividades. La escala de los grupos va de ‘1’ (el de menor riesgo) a ‘10’ (el de mayor riesgo). Los grupos del BICRA resumen nuestra opinión acerca de los riesgos que un banco afronta al operar en un país específico y su sistema bancario en comparación con los sistemas financieros de otros países. Otros países que se encuentran en el grupo ‘3’ son Estados Unidos, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Reino Unido.
Nuestra clasificación de riesgo económico para Chile es ‘4’, la cual refleja nuestra opinión de un ‘riesgo intermedio’ para su resistencia económica, desequilibrios económicos y riesgo crediticio en la economía, de acuerdo con la definición de nuestros criterios.
Chile tiene una economía abierta pero con una dependencia relativamente alta de las exportaciones de materias primas internacionales (commodities), y un Producto Bruto Interno (PBI) per cápita aún bajo, de aproximadamente US$12,500. Sin embargo, su desempeño fiscal sólido y baja inflación, importante nivel de activos externos y bajo nivel de deuda pública, así como su saludable sistema financiero, un mercado de capitales local relativamente bien desarrollado y un acceso fluido a los mercados financieros en todo el mundo compensan parcialmente dichas debilidades. Chile resistió la crisis financiera mundial de 2008-2009 en relativamente buenas condiciones, en comparación con muchos otros soberanos con calificaciones similares.
A pesar de tener un PBI per cápita más bajo que el de sus pares, que usamos como indicador de la capacidad de endeudamiento del sector privado, y un sector privado con un nivel de apalancamiento relativamente alto—los créditos bancarios representan un 85% del PBI—varios factores mitigan parcialmente estas debilidades. La economía de Chile muestra un buen desempeño, la cartera de crédito del sistema bancario relativamente bien diversificada, con una cantidad muy baja de créditos otorgados a deudores de menor calidad crediticia (subprime lending) y una relativamente baja exposición al riesgo cambiario.
Nuestra clasificación de riesgo de la industria bancaria de Chile es ‘3’, y se basa en nuestra opinión de un ‘riesgo bajo’ para su marco institucional, un ‘riesgo intermedio’ respecto a su dinámica competitiva, y ‘riesgo bajo’ para el fondeo del sistema, de acuerdo con la definición de nuestros criterios.
Consideramos que Chile tiene un bajo riesgo político y regulatorio, y una adecuada regulación bancaria. Además, el país tiene un sistema financiero sumamente competitivo con bajas distorsiones en el mercado y una baja participación del sector público, con sólo un banco gubernamental, que representa alrededor de 15% y 20% del total de los créditos y depósitos del sistema, respectivamente.
Los bancos chilenos se benefician de un buen perfil de fondeo, con una amplia base de depósitos que cubre de un 85% a un 90% del total de los créditos, y con una participación relativamente grande de depósitos más estables de personas físicas y de fondos de pensiones locales. Además, los bancos chilenos tienen una dependencia relativamente baja del financiamiento externo, el cual representa alrededor del 10% del total de los pasivos del sistema. Asimismo, los bancos chilenos tienen acceso fluido al fondeo de largo plazo en el mercado local, en pesos chilenos ajustados por inflación, que les permite financiar su cartera de hipotecas residenciales (el cual representa aproximadamente un 25% del total de los créditos y un 20% del PIB).
Nuestra clasificación refleja que el gobierno de Chile brinda ‘respaldo’ a la banca local. El gobierno tiene un historial de respaldo al sistema bancario en momentos de dificultades excepcionales.
Standard & Poor’s mantiene su BICRA de Chile en el grupo ‘3’
noviembre 09, 2011