Sigue en alza la producción de acero crudo

En agosto la producción de acero crudo tuvo un avance interanual de 3,4 por ciento al alcanzar 489.400 toneladas, cifra que al ser comparada con julio pasado reflejó un descenso de 0,3 por ciento.

De esta manera, según el informe del Centro de Industriales Siderúrgicos (CIS), las compañías del sector cerraron los primeros ocho meses del año con 3.693.200 toneladas de acero producidas, 9,9 por ciento mayor a la del lapso enero-agosto del año pasado.
No obstante, ese acumulado aún resulta 5,7 por ciento menor al producido en los primeros ocho meses de 2008, antes de la crisis global.
Sin embargo, el uso de la capacidad instalada promedia 82,7 por ciento, dos puntos por encima del que exhibían las empresas siderúrgicas antes de la crisis.
En hierro primario la producción del mes pasado fue de 331.600 toneladas, 0,6 por ciento menos que en julio pero 3,7 por ciento mayor a igual mes de 2010.
En tanto, las plantas argentinas produjeron en agosto 499.600 toneladas de laminados terminados en caliente, 1,8 por ciento más que en julio pero 1,6 por ciento por debajo de lo fabricado un año atrás.
Y la fabricación de planos laminados en frío sumó 116.500 toneladas el mes pasado, que resultó 15,4 por ciento inferior a la de julio pero 0,2 por ciento mayor a la de agosto de 2010.
En su informe, el CIS advirtió que ante el complicado escenario financiero mundial, el desempeño de China "mantiene en vilo a la industria del acero regional". De acuerdo al reporte del Instituto Latinoamericano del Hierro y el Acero (ILAFA), desde principios de año la producción de acero del gigante asiático ha sido mayor que el consumo aparente, estimándose que 30 millones de toneladas podrían ser destinadas a la exportación durante 2011, "en probables condiciones de comercio desleal".
Las exportaciones de acero chinas hacia América Latina representando 750.000 toneladas de acero por trimestre en lo que va de 2011, más del doble de lo exportado en 2007, remarcó el CIS.
Además, la cámara sectorial advirtió por una posible "avalancha" de importaciones siderúrgicas desde Brasil, teniendo en cuenta la rebaja en su proyección de crecimiento económico para este año y la consecuente menor fabricación de productos siderometalúrgicos.

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