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Planificación Federal rechazó denuncia por sobreprecios

Ante una nota publicada en el diario La Nación, titulada Avanza una investigación por sobreprecios en Santa Cruz, en referencia a la construcción de la central termoeléctrica de Río Turbio, el ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios rechazó rotundamente la existencia de tales sobreprecios.En un comunicado, esa cartera reiteró que la comparación de esta usina con una similar en Chile, esgrimida por los denunciantes para sostener la existencia de costos excesivos, carece de todo sustento por tratarse de tecnologías y emplazamientos geográficos incomparables.Cabe recordar que para la construcción de la central Río Turbio se realizó una licitación pública nacional e internacional, con la participación de todos los organismos de control correspondientes, a la que se presentaron tres consorcios. La oferta más baja fue la de Isolux Corsan, Ghesa Ingeniería y Tecnología, Tecna Estudios y Proyectos de Ingeniería. El contrato firmado ascendió a 2.094.630.000 de pesos más impuestos.Este monto, conforme al tipo de cambio del Banco Central de la República Argentina, es equivalente a 527.614.609 de dólares, lo que da un costo por megavatio instalado de 2.198.394 de dólares, mientras que para los parámetros internacionales el valor promedio estandarizado para usinas de carbón es de 2 millones de dólares, siempre dependiendo de la tecnología empleada y la ubicación geográfica.Asimismo, la construcción de la Central Termoeléctrica Campiche, ubicada en la localidad chilena de Puchuncaví, fue reiniciada hace dos meses luego de estar detenida durante más de un año por una serie de fallos judiciales. Por su parte, Río Turbio registra un importante grado de avance y su primera turbina estará generando energía el año próximo. Comparar ambas centrales es erróneo por los siguientes motivos:

- Las calderas de Río Turbio se basan en tecnología de lecho fluido circulante, que es más sofisticada que la de Puchuncaví, que es de carbón pulverizado. Así se logra mayor eficiencia y ventajas importantísimas en lo referido al medio ambiente. Este tipo de caldera se basa en diseños más robustos del equipamiento principal, lo que se traduce en mayores costos de materiales y montaje.

- Para minimizar el consumo de agua, en Río Turbio se ha optado por una moderna tecnología de refrigeración con aerocondensadores, reduciendo así 15 veces el consumo de agua y evitando la emisión a la atmósfera del penacho de vapor característico de este tipo de instalaciones. La central chilena, que sí se refrigera con agua, si bien es más económica tiene mayores riesgos de contaminación; mientras que el sistema de refrigeración por aire es más costoso pero no afecta el medio ambiente.

- No se puede obviar en la consideración de costos la ubicación geográfica, la climatología de la región y su impacto en el proceso de transporte, construcción y montaje, que implica la instalación de una usina en plena Patagonia cerca, a diferencia de la central chilena, que se alojará en las cercanías de Valparaíso, con muchas más facilidades, tanto de acceso y logística como de mano de obra.

- Por último, la central de Puchuncaví utiliza carbón depurado y lavado, que si bien es de alto valor calórico debe importarse a un costo de entre los 60 y 70 dólares por tonelada, mientras que en Río Turbio se alimentará de carbón en bruto (tal cual como sale de la boca de mina) que si bien tiene menor valor calórico su costo es sensiblemente más bajo. Esta diferencia del combustible utilizado requiere un nivel de infraestructura diferente, dado que para obtener la misma energía se necesita mayor volumen de combustible.

nosis