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31ª Convención del IAEF


De interés académico y económico – declaración de la Legislatura de Río Negro.

“Los dilemas estratégicos de la Argentina”


2º Jornada

Panel: ¨27 años de democracia. La política que viene¨


ERNESTO SANZ – Senador Nacional

Viviremos un recambio gubernamental atípico. Los que están no se quieren ir. Los que pretendemos reemplazarlos tenemos que demostrar que somos mejores. El desafío es construir un modelo de país en el que podamos recoger la experiencia de estos 27 años. El gobierno abandonó la estrategia de moderación del clima de negocios. Hay actitudes sindicales que atacan o iniciativas que afectan a los derechos de propiedad. Podría “reactivarse” la salida de capitales. Extender la profundización de los programas sociales… este gobierno ha hecho cosas buenas.

Ante lo sucedido en Ecuador, uno valora la reacción de América latina. Cuando gobernó Alfonsín, estaba solo. Fue una transición. En el 90 rigió el “mercadocentrismo”. Y pasamos a los últimos diez años. Nos fuimos al “estadocentrismo”, frente al estado ausente de los ´90. Con el estado omnipresente. Es una desviación: el estado arbitrario, discrecional. Debemos construir el ciudadano centrismo. Con eje en el ciudadano. Pasar de una democracia que titulariza derechos, a una etapa de accesibilidad de derechos.

Estamos viviendo una reactivación. Pero no debemos engañarnos sobre sus causas: tienen mucho más que ver con las inercias del pasado. Combinación de nivel de actividad, gasto público e inflación es una de esas inercias. La reactivación fue ayudada por cambio de imagen del gobierno y reactivación internacional, pero la moderación fue “una foto” y no una película. La economía internacional ya está mostrando síntomas de debilitamiento. Entonces el tipo de cambio como ancla nominal no sería sostenible. Y la persistencia de la inflación.

El gobierno abandonó la estrategia de moderación del clima de negocios. Hay actitudes sindicales que atacan o iniciativas que afectan a los derechos de propiedad. Podría “reactivarse” la salida de capitales. Competitividad genuina y solvencia fiscal van a marcar la agenda desde 2011. Una competitividad que no dependa del tipo de cambio. Regreso a los mercados de crédito, fondos anticíclicos –hoy los excedentes de recaudación van a los bolsillos del gobierno.
Hay que recuperar el diálogo, terminar con la espiral de irracionalidad. Se ha perdido el diálogo institucional.
Hay que cumplir las leyes y sentencias. Ayudar a un proceso electoral cristalino. Bajar la alta judicialización. Extender la profundización de los programas sociales… este gobierno ha hecho cosas buenas.

Recomponer el sistema federal. Elogios al debate sobre la ley de glaciares.
Hay que volver al ´94; retomar el espíritu de los constitucionalistas que atenúe el presidencialismo. La autarquía judicial: debe discutirse.
Reformas al sistema de control, fortalecimiento de los partidos políticos. Inversión en estructura social básica; vivienda, agua potable, cloacas. Hay que invertir tanto o más que en la educación pública. Ley de financiamiento educativo: se cumplió la meta cuantitativa. Pero no mejoramos la calidad.

MIGUEL ÁNGEL PICHETTO – Senador Nacional

El fortalecimiento de los partidos es un eje central. La democracia es de partidos. En la Argentina han fracasado las alianzas. Imprescindible que los partidos gobiernen con programas, y mucho compromiso. Otro gran fracaso es el de la concertación. Yo lo cuestioné fuertemente. Debemos asumirlo. Fue en muchos casos un oportunismo para trepar a una alternativa ganadora. Se nos acusa de “seguidismo” del Ejecutivo. Pero el Congreso no es un ámbito de librepensadores. Ayer votamos juntos con el senador Sanz.
Los parlamentos del mundo funcionan con disciplina. En Europa funciona al lado del Ejecutivo. Incluso hay una tendencia en Europa hacia el presidencialismo.

Quiero revalorizar el rol de Raúl Alfonsín en el 2002. Es muy difícil gobernar un país complejo, emergente y que venía de un proceso de crisis, en los ´90, con un liberalismo que nos llevó a la pobreza. Recuperar la autoridad presidencial es un dato importante. Así como la recuperación del Parlamento. Y una Corte prestigiosa.
Todo esto fortalece al sistema. Lo que todavía está en crisis es el sistema de partidos. Necesitamos fortalecerlo. Es la única forma de evitar el “transfuguismo” en la política.

Hay sectores políticos que hacen seguidismo de las noticias. Cuando gobernar implica a veces ir en contra de lo “políticamente correcto”. La “palabra mágica” es consenso. Tiene que haberlo sobre las reglas de la democracia. Luego, se discuten ideas, hay conflictos de intereses, son parte de la democracia. Y eso no se resuelve “con consenso”, sino en el Parlamento. El fortalecimiento de los partidos es un eje central. La democracia es de partidos. En la Argentina han fracasado las alianzas. Imprescindible que los partidos gobiernen con programas, y mucho compromiso. Cuidado con las alianzas que se hacen buscando resultados electorales.

Otro gran fracaso es el de la concertación. Yo lo cuestioné fuertemente. Debemos asumirlo. Fue en muchos casos un oportunismo para trepar a una alternativa ganadora. El gobernador Saiz hizo la concertación con el gobierno nacional. Yo fui víctima de esa concertación. Pero el modelo concertador fracasó, a poco de andar –cuando se dio el debate económico del campo. Los representantes de la concertación de mi provincia votaron en contra. Y el vicepresidente desempató en contra del gobierno que integraba.

Todo esto se revisa con la consolidación de los partidos políticos. Por eso, cuidado con las nuevas alianzas. Para gobernar se requiere disciplina. Se nos acusa de “seguidismo” del Ejecutivo. Pero el Congreso no es un ámbito de librepensadores. Ayer votamos juntos con el senador Sanz. Los parlamentos del mundo funcionan con disciplina. En Europa funciona al lado del Ejecutivo. Incluso hay una tendencia en Europa hacia el presidencialismo. El peronismo va a tener un proyecto que viene con antecentes de gobernabilidad. La Argentina lidera el crecimiento en la región. Y no sólo porque “tenemos suerte”.

GABRIELA MICHETTI – Diputada Nacional

El conflicto es parte de la naturaleza humana. La política del estado debe alinear esos intereses, no alimentar el conflicto permanente. Síntomas graves. La política plagada de personalismos. El individualismo prima sobre el equipo. No parece haber castigo social del individualismo. Hay sectores que piensan que con políticos con títulos de Harvard tendremos mejor política. No es cierto. Conocimiento e idoneidad son imprescindibles. Pero deben acompañarse con valores que estén integrados a nuestra necesidad de transformación. Hay una hiper ideologización. Tenemos una política adolescente. Desafíos reales, profundos, culturales. Falta integridad moral. Hemos hecho “todo lo demás”: ¿nos toca la etapa de la sabiduría?

El rol del Estado es el de igualar oportunidades. Coincido con los postulados de Melconián. Discuto mucho con los seguidores del capitalismo extremo. Recuperar el rol del Estado en educación, justicia, seguridad y salud.
El conflicto es parte de la naturaleza humana. La política del estado debe alinear esos intereses, no alimentar el conflicto permanente.
Y regular el ejercicio de los derechos. El estado tiene que evitar el caos y la anomia, tan peligrosas. Hay muchos síntomas de que esto no está funcionando así. No estamos entusiasmándonos con nosotros mismos. Si bien la solidez democrática en Argentina nos distingue. Coincido en la restauración de la autoridad presidencial. Hay un montón de cosas bien hechas durante los últimos 27 años.

Síntomas graves. La política plagada de personalismos. El individualismo prima sobre el equipo. No parece haber castigo social del individualismo. El ejercicio de la política requiere de grandeza. Incluso del heroísmo. La autoridad no está basada en los resultados. No está ejercida en términos de lograr empatía entre sociedad y poder. Hay demasiado ejercicio del conflicto y de la fragmentación permanente. Tenemos un problema.
Hay sectores que piensan que con políticos con títulos de Harvard tendremos mejor política. No es cierto. Conocimiento e idoneidad son imprescindibles. Pero deben acompañarse con valores que estén integrados a nuestra necesidad de transformación. Hay exceso de pragmatismo, de mantener reglas del statu quo. Se mantiene un sistema que no sirve para transformar la realidad.

Discutimos el espacio actual, la coyuntura, y no el largo plazo. Eso alimenta la confrontación. Hay una hiper ideologización. Tenemos una política adolescente.

Falta integridad en lo más visible del sistema: el interés individual o sectorial prima sobre el interés del conjunto.

Desafíos reales, profundos, culturales. Falta integridad moral. Hemos hecho “todo lo demás”: ¿nos toca la etapa de la sabiduría? Apostando a construir partidos políticos en serio, aunque nos lleve tiempo. Y no haya resultados inmediatos. Es un compromiso que los políticos debemos asumir. Para no caer en “la nada”. Podemos cambiar entre todos.