La
industria metalúrgica argentina atraviesa una profunda crisis, durante
el mes de septiembre, se registró una contracción en términos
interanuales de -7,3%, según datos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA).
Este descenso no solo impacta de manera directa en el empleo y la
capacidad productiva del país, sino que también afecta a las industrias
que dependen de los productos metalúrgicos, desde la construcción hasta
la industria automotriz, limitando su capacidad de expansión y
debilitando la cadena de suministro local.
“Uno
de los factores principales detrás de esta caída es la falta de
incentivos fiscales y de financiamiento, que restringen las
exportaciones y limitan la modernización de las empresas. En el contexto
actual, las empresas metalúrgicas enfrentan una presión impositiva y
sindical elevada, lo que les dificulta competir en el mercado regional.
Además, la falta de inversión en tecnología y la escasez de mano de obra
calificada han exacerbado este problema, dificultando la adaptación a
los nuevos estándares de calidad y eficiencia.”
El
rezago en la automatización influye directamente en la competitividad
de las empresas metalúrgicas, que necesitan incorporar tecnologías
avanzadas para optimizar sus procesos y reducir costos. La falta de
inversión en maquinaria y en tecnología pone a las empresas argentinas
en desventaja frente a competidores que han adoptado la automatización
para mejorar sus estándares de calidad y eficiencia.
“El
proceso de modernización en el sector metalúrgico enfrenta grandes
desafíos, entre ellos la escasez de financiamiento y la falta de
personal capacitado en tecnologías avanzadas. La industria carece de un
programa de capacitación técnica adecuado, lo que lleva a que las
empresas asuman los costos de formación” afirma Sergio Ferrero, CEO de
GRUPO BAW, empresa especializada en la fabricación de máquinas para
soldadura y corte.
La
ausencia de crédito también limita la adquisición de maquinaria,
esencial para mejorar la eficiencia. Sin una estrategia nacional que
impulse la formación técnica y el acceso a financiamiento, la industria
continuará rezagada, con pocas posibilidades de adaptarse a las demandas
del mercado.
A
pesar del contexto adverso, expertos en el sector ven oportunidades de
recuperación vinculadas a la demanda de productos metalúrgicos en
industrias como la minería y el petróleo. “La necesidad de
infraestructura y maquinaria en estos sectores abre un espacio de
crecimiento para el sector metalúrgico, siempre y cuando se implementen
políticas que mejoren las condiciones fiscales y de financiamiento.
Estas oportunidades representan una vía de crecimiento que permitiría al
sector contribuir al desarrollo económico del país, si se crea un
entorno favorable para la inversión y modernización de las empresas.”
concluyen desde GRUPO BAW.
A
largo plazo, se espera que la automatización en el sector se convierta
en un aspecto fundamental para garantizar su sostenibilidad y fortalecer
su posición en el mercado regional. Por lo cual, es fundamental
acompañar este proceso con una inversión en la formación de recursos
humanos, ya que la automatización no solo crea nuevas oportunidades
laborales, sino que también exige nuevas habilidades y conocimientos.