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La Revolución de la producción virtual


Por Nicolás Ferrero, Founder y CEO de Bermuda

Nicolás tiene la palabra
Nicolás tiene la palabra

En la última década, la industria del cine y la televisión, así como también la publicidad, ha experimentado una transformación radical impulsada por la innovación tecnológica. La producción virtual, una técnica que combina elementos de la cinematografía tradicional con avances en tecnología digital, ha comenzado a desplazar gradualmente métodos más antiguos como el uso del croma verde.

Según un informe de MarketsandMarkets, se espera que el mercado de la producción virtual crezca a más de 2.000 millones de dólares para 2027, con una tasa de crecimiento anual del 15,5%. Esta tendencia refleja no solo un aumento en la adopción por parte de estudios y productoras, sino también un cambio en cómo los creadores de contenido buscan contar historias, impulsados por la demanda de contenido de alta calidad en plataformas de streaming y la necesidad de una producción más ágil.

Globalmente, la producción virtual ha sido adoptada prominentemente por grandes estudios de Hollywood y plataformas de streaming, permitiendo una flexibilidad narrativa y visual que antes era difícil de alcanzar. En regiones como Europa y Asia, se están construyendo instalaciones avanzadas, como los "Volume Studios", que aprovechan estas tecnologías para producir contenido de alta calidad.

En este escenario, Unreal Engine, desarrollado por Epic Games, se ha posicionado como una de las herramientas más revolucionarias para la producción virtual. Este motor de videojuegos permite la creación de entornos tridimensionales en tiempo real, lo que otorga a los cineastas la capacidad de visualizar y modificar escenarios mientras se filma. A diferencia del croma verde, donde los actores actúan frente a un fondo vacío que se llena digitalmente en postproducción, la producción virtual con Unreal Engine permite a los actores interactuar con el entorno real y la iluminación en el set, creando un mayor sentido de inmersión.

El uso del croma verde ha dominado la producción cinematográfica durante décadas. Esta técnica, aunque efectiva, tiene limitaciones significativas. Puede requerir extensas horas de postproducción para combinar imágenes de fondo con las actuaciones, lo que puede resultar en un resultado que a veces se siente artificial. En contraste, la producción virtual permite que los directores y actores vean el resultado final.

Un ejemplo claro de esta transición se puede observar en la serie "The Mandalorian" de Disney, uno de los primeros en utilizar esta tecnología hace ya varios años. El uso de pantallas LED en lugar de croma verde les permitió crear mundos completamente inmersivos y detallados, mejorando la calidad visual y haciendo que las escenas se sientan más reales y conectadas. En lugar de estar rodeados de un fondo verde, los actores fueron filmados en entornos envolventes que se proyectaron en tiempo real. Esto no solo proporciona un contexto visual más rico, sino que también ahorra tiempo en el proceso de edición y aumenta la precisión al capturar efectos. Y en esta línea estamos trabajando en la industria.

Mirando hacia el futuro, las proyecciones indican que la producción virtual irá más allá de Hollywood. Los estudios en América Latina, por ejemplo, están comenzando a adoptar estas tecnologías, presagiando una democratización del acceso a herramientas que facilitan la creación de contenidos de clase mundial.

En síntesis, la producción virtual está redefiniendo el paisaje del entretenimiento. La industria se dirige hacia un futuro donde las limitaciones del croma verde van desapareciendo, permitiendo un mayor enfoque en la creatividad y la narrativa. Con herramientas como Unreal Engine, los cineastas están preparados para crear experiencias más ricas y envolventes que atraerán a audiencias de todo el mundo.

La producción virtual no solo representa una evolución técnica, sino también un cambio de paradigma en la manera en que se concibe la narración cinematográfica. Al permitir a los directores y productores tener un mayor control sobre el entorno en el que se filma, así como una reducción en los costos y tiempos de producción, este enfoque promete revolucionar la industria. Estamos ante un futuro donde las posibilidades creativas son prácticamente infinitas.