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El ex ministro de Interior y Justicia de la Nación Argentina, Miguel Ángel Toma, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) sobre el caso Nisman y los manejos políticos del kirchnerismo en materia de inteligencia. “Zannini lo llama al fiscal y le dice que deje de investigar a Irán, a lo que le contesta que no”, marcó.
Desde la muerte del fiscal Alberto Nisman se abrió un paraguas de incógnitas acerca de los manejos que el poder ejecutivo llevó delante de un tema tan álgido y crítico como es la Inteligencia. Desde este aspecto, el ex ministro del Interior y Justicia de la Nación, Miguel Ángel Toma, dio información de lo que sucedió durante los últimos años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
"Llevan adelante una Inteligencia que no es Inteligencia sino espionaje interno, porque la verdadera Inteligencia es aquella actividad indelegable por parte del estado, por la cual se detectan y neutralizan todo tipo de amenazas sobre intereses estratégicos de la nación, sean las amenazas de origen interno o externo", inició el ex funcionario designado por el presidente Ramón Puerta durante la crisis del 2001.
Asimismo, siguió: "Sin embargo, cuando se convierte la Inteligencia en espionaje, lo que se hace es poner la estructura a trabajar en función de los intereses de un gobierno circunstancial y no de lo que es permanente y estratégico para la Nación". "La lógica de esto es el carpetazo y la amenaza pasa a ser aquel que se opone al gobierno, cuyo objetivo nada tiene que ver con la neutralización de amenazas a la Nación", añadió.
En este marco, acusó a los gobiernos de la "década robada": "A esto ha apostado el kirchnerismo desde distintas maneras: a partir del 2010 cuando comienzan las negociaciones con el estado islámico de Irán, lo primero que intenta el gobierno kirchnerista fue pedirle a la secretaría de Inteligencia que dejara de cooperar con Alberto Nisman en la investigación del atentado a la AMIA".
"Esto me lo contó Alberto Nisman en persona. Zannini lo llama al fiscal y le dice que deje de investigar a Irán, a lo que le contesta que no", expresó. Y completó: "Por lo cual, ¿qué hace el gobierno de esa época cuando ya no le es funcional la estructura de Inteligencia? Arma una nueva estructura de espionaje ilegal y paralela en cabeza militar, que encabezó César Milani".
"Si uno analiza los presupuestos del 2010 en adelante, hasta el 2014, la Inteligencia Militar -en un país que no tiene hipótesis de conflicto- incrementa su presupuesto en un 156 por ciento, mientras que la Inteligencia Civil, que se había negado dejar de apoyar a Nisman, mantiene el mismo nivel de fondos", concluyó.
