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Nuestra llamada del día de Jeffrey Kleintop, estratega jefe de inversiones globales de Charles Schwab & Co., dice que los inversores deberían comenzar a poner el clima en el frente de sus mentes de inversión, especialmente si, en los próximos trimestres, El Niño amenaza con perturbar la economía.
El fenómeno meteorológico "Little Boy" se remonta a la década de 1600 cuando los pescadores sudamericanos notaron un calentamiento en el Océano Pacífico. Tal calentamiento puede cambiar la temperatura y los patrones climáticos, con una duración de meses a años, mientras que La Niña tiene el efecto contrario.
Como señala Kleintop, la Organización Meteorológica Mundial ha pronosticado un 90% de probabilidad de un evento de El Niño en la segunda mitad de este año. Ya en 2023 hemos tenido incendios forestales "fuera de serie" en Canadá que enviaron humo hacia el sur, inundaciones repentinas mortales en la costa este y fuertes lluvias en Chile que han interrumpido su industria minera de cobre.
En Europa, los bajos niveles de agua de los ríos Rin de Alemania y Danubio de Ucrania han dificultado el movimiento de barcazas de productos industriales y granos (lea sobre los problemas de Alemania el año pasado), mientras que el río Ródano de Francia está demasiado cálido para enfriar los reactores nucleares, lo que provoca cortes de energía. dijo Kleintop.
El Ródano está demasiado cálido para enfriar los reactores nucleares, lo que provoca cortes de energía.
“Si estos impactos continúan amenazando la agricultura, la energía y la vida, o empeoran, como esperan los meteorólogos, el impacto económico podría ser significativo tanto para la inflación como para la actividad económica”, dijo Kleintop.
Muchos países han visto un enfriamiento de la inflación subyacente, que incluye alimentos y energía, pero el clima extremo podría hacer subir los precios nuevamente en los próximos meses, dijo. Por ejemplo, los bajos niveles de agua en los embalses podrían aumentar la inflación de la energía a través de los precios del gas y el carbón debido a una menor energía hidroeléctrica, mientras que las mayores necesidades de CA aumentarían la demanda de energía.
Si las barcazas no pueden descender por los ríos, la carga recae en los camiones y los ferrocarriles, lo que aumenta los costos de transporte de carga y combustible. Y las condiciones de sequía podrían influir en los precios de los alimentos, con precios del arroz ya a los niveles más altos en más de dos años. ¿Motivo? Vietnam y Tailandia han estado almacenando arroz, dijo Kleintop.
Todo esto alimenta la necesidad de los bancos centrales de mantener las tasas de interés más altas durante más tiempo si persisten los altos precios de los alimentos, dijo el estratega. Eso es más notable en India, donde los alimentos representan el 50% de la inflación; cerca del 20% en China y del 13% en EE.UU.
Los precios mundiales de los alimentos, están por debajo de los máximos del año pasado, pero siguen siendo altos debido a que los efectos de El Niño pueden manifestarse en los próximos meses:
Los inversores también deben recordar cómo pueden estallar los disturbios geopolíticos cuando aumentan los precios de los alimentos, como en la Primavera Árabe de 2011. Y en los países de mercados emergentes y fronterizos, los alimentos tienden a representar una parte más grande del gasto de los consumidores, dijo.
En cuanto a los mercados, Kleintop dice que el pasado ha mostrado una creciente volatilidad vinculada a los fenómenos meteorológicos. Los años 2015-16 vieron una liquidación del 13% en el índice mundial MSCI durante el El Niño más fuerte jamás registrado, aunque también intervinieron otros factores y fue de corta duración. Lo que los inversores podrían ver una repetición es la volatilidad que afecta a los sectores relacionados con la agricultura y la energía: los sectores de materiales y energía lideraron la caída de las acciones de 2015-16, dijo.
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