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La incertidumbre, la tristeza y la bronca dominan hoy a nuestra sociedad, ¿Qué motiva estos sentimientos? Una jauría de políticos codiciosos e ineptos luchando y tironeando por quedarse con algún trozo del despojo que ellos dejaron de la República...
En él mientras tanto el país debe seguir a los tumbos funcionando y los argentinos debemos tratar de vivir la vida con normalidad dentro de la anormalidad
Algo que potencia este atípico vivir es que transitamos una época marcada por la cultura de masas y mediocridad.
¿Porque decimos esto? Comprendamos y aceptemos que es el momento de darle voz a la historia.
Los argentinos supimos vivir tiempos de anarquía como lo fueron durante la década de 1820, pero la misma acontece como lógica consecuencia de un país que nacía a la vida y que se estaba conformando dentro de un contexto de revoluciones y guerras independentistas que alcanzaba a toda América. Ahora es diferente, venimos de tiempos en los que llegamos a estar a comienzos del siglo pasado entre uno de los diez países con el nivel de vida más alto del mundo, hoy ocupamos el lugar 74 del PIB per cápita en el ranking mundial.
Reconozcamos y aceptemos que el pasado esta en nuestra actualidad, las coaliciones políticas están en crisis, la incoherencia domina la escena política, navegamos en un mar de incertidumbres, esto genera una fatiga moral que nos está destruyendo anímicamente cegando y obnubilado nuestro pensamiento.
La realidad es más elocuente que todo lo que podemos escribir o mostrar .y pruebas al canto: la inflación descontrolada destruye hogares y los precipita a la pobreza e indigencia, la inseguridad cubre de muerte nuestras calles y hogares, el criminal abandono de la educación condena a millones de niños y jóvenes a la marginación y pobreza, mientras otros son forzados a emigrar, el narcotráfico que controla ciudades convirtiéndose en una amenaza para el Estadio corrompiendo y destruyendo sus instituciones.
Pero no confundamos la inflación no es la causa de tantos males sino la consecuencia del desorden en las cuentas públicas que terminaron quebrando al Estado, esto motivó, nutrió y dio sustento a la corrupción la calamidad de la que surgieron todas las demás calamidades, hoy todas edénicas ¡he aquí la madre de todas las batallas a dar!.
El debate político se transformó en una lucha política despiadada sin códigos ni reparos, dando por resultado “un todos contra todos” no se discuten programas, ni ideas ni soluciones solo se declaman cantos de sirena de “vamos hacer….”“cháchara solo cháchara. Este planteo no ofrece salida ni solución alguna, solo continuar por el mismo sendero que venimos transitando desde hace décadas, esto significa profundizar la confrontación y la decadencia.
En él mientras tanto la corrupción continua con su destructivo derrotero, la pobreza se acrecienta, la inseguridad nos domina, la educación bastardeada, nuestros jóvenes, educados, preparados y voluntad de progreso emigran.
Tan inconscientes e indolentes somos que no advertimos ni prestamos atención a nuestra infinita ceguera, caminamos hacia el peligro a paso firme sin calcular o medir sus consecuencias. Tenemos las urnas que es donde está nuestro poder y destino, separemos la paja del trigo y al momento de votar, aquellos necesitados de las dádivas que políticos corruptos e inescrupulosos ofrecen deben tomarlas, luego en la soledad del cuarto oscuro repudiarlos con el voto. .
El momento es crucial el destino de la República está en nuestras manos, sabenos que resultará muy difícil poner orden a este estado de cosas, pero actuemos con sensatez, la verdad y la honestidad deben prevalecer para ello reitero tenemos lo más relevante y definitorio el voto, pues bien a darle el poder que el mismo tiene de manera tal que la vieja política de las dadivas, de los empresarios prebendarios es insostenible, sin continuidad y debe ser definitivamente erradicada.
Los sectores que hoy detentan el poder son heterogéneos en sus orígenes pero igualados en sus propósitos y accionar, ignoran que la sociedad trata de subsistir clamando soluciones a sus necesidades que no son oídas, que se multiplican sin ser atendidas, es la hora de interesarnos quienes y cuáles son los actores y que decisiones ofrecen tomar.
Cuidado al entramado de alianzas encubiertas que hoy dominan la política argentina que lo improbable puede ocurrir. La profunda quiebra de la ética y la moral socavan las instituciones y ponen en peligro nuestra continuidad como Nación
Reaccionemos todo esto debe llamarnos a la reflexión, que la sabiduría, la sensatez y el patriotismo prime entre nosotros como ocurrió con la generación del 80 que con inteligencia transformó a la Gran Aldea en una Gran Nación por el mundo admirada y a la que millones de europeos buscaron y en la que encontraron trabajo, progreso y paz.
Aquí sí vale recordar a Carlos Pellegrini el Gran Piloto de Tormentas cuando hacía frente a la crisis del 90 sostenía “Lo que nuestro país, necesita, no son grandes americanos, ni libertadores, ni restauradores más o menos ilustres, invocando leyes, libertades y principios,… sino ciudadanos constantes en el ejercicio pacífico de los derechos políticos, que proclamen como principio fundamental, que la violencia es estéril y ruinosa, y que la reforma de nuestros malos hábitos sólo se ha de conseguir por la prédica y el ejemplo, dentro y fuera del poder.”
Diego Lo Tártaro Presidente IADER
