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Los bioestimulantes aumentan la eficiencia productiva logrando incrementos en el rendimiento de hasta un 8 % en maíz

 


 
En el marco del Congreso MAIZAR Adrián Balsa destaca la importancia de los bioestimulantes en la actualidad agrícola y cómo influyen en la producción de los alimentos, haciendo foco en el cultivo de maíz.
 
Bajo la nueva ambición de Yara, ¨Cultivar un futuro alimentario positivo para la naturaleza¨; el ingeniero agrónomo Adrián Balsa, Líder de bioestimulantes para Yara Latinoamérica comenta que esta idea se basa en tres conceptos: la neutralidad climática, la agricultura regenerativa y la prosperidad, y que los bioestimulantes aportan a estos dos últimos conceptos: ¨Para llevar a la realidad esta ambición necesitamos generar cada vez más alimentos, pero el cambio climático está provocando cada vez más eventos de estreses abióticos que afectan negativamente la producción de los mismos. Los bioestimulantes contribuyen a aumentar la tolerancia al estrés, el rendimiento y la calidad de los cultivos, y la eficiencia en el uso de los nutrientes¨.
  
En el contexto del congreso MAIZAR el ingeniero Balsa explica la importancia de la utilización de este complemento en el cultivo de maíz: ¨En promedio, el 66 % de la diferencia entre el rendimiento potencial y el rendimiento real se genera por estrés abiótico. Los bioestimulantes son una herramienta fundamental para mejorar los rendimientos reales, ya que ayudan a los cultivos a tolerar mejor el estrés¨.
 
Incorporar estos productos dentro del manejo de los cultivos es la clave para mejorar los rendimientos. Ensayos realizados por la empresa entregaron resultados muy prometedores, los cuales señalan que se puede esperar desde un 5% a un 8% más de rendimiento aplicando 2 litros por hectárea del bioestimulante YaraVita Biotrac en cultivos de maíz en la ventana de 4 a 6 hojas completamente expandidas (V4 a V6).
 
Anteriormente estos productos se utilizaban para recuperar a las plantas de una situación de estrés, hoy en día, luego de una exhaustiva investigación, se puede confirmar que los bioestimulantes son un complemento de la nutrición foliar y edáfica. Balsa resalta: ¨Los bioestimulantes funcionan, y no lo decimos solamente nosotros, sino que es algo que está probado por investigadores y especialistas del sector. Obviamente nosotros seguimos trabajando para generar información local sobre cómo utilizar estos bioinsumos y el mejor momento de aplicación, como para que también nos permita desarrollar nuestra nueva generación de productos¨.
 
La nueva tendencia en el sector sobre utilizar productos biológicos está presente en los productores, existe una vinculación positiva entre estos productos y el cuidado del medio ambiente. En cuanto a esta idea el ingeniero explica: ¨El productor puede observar que el cambio climático está provocando fenómenos que no se mostraban tan a menudo o con la intensidad en la que surgen actualmente como lo vivimos los últimos años, por lo que se puede ver la adopción de nuevas tecnologías que puedan ayudarlos a producir más con lo mismo, ya con esta premisa, por ejemplo, se logra bajar la huella de C por tonelada producida, que es justamente uno de los puntos de la sostenibilidad¨.
 
Haciendo énfasis en la utilización de los bioestimulantes, Balsa resalta: ¨Creo que debemos profesionalizar su uso, entender cuál es el objetivo, realizar un diagnóstico adecuado y a partir de allí hacer un uso correcto de la herramienta. Con esto resuelto, los bioestimulantes muestran sus mejores resultados. No son la solución a todos los desafíos que nos presentan las producciones de maíz y sorgo, pero sí creo que son una herramienta fundamental para aumentar productividades¨.

 


Acerca de Yara
 
Yara hace crecer el conocimiento para alimentar al mundo de manera responsable y proteger el planeta. Apoyados en nuestra visión de un mundo sin hambre y el planeta respetado, seguimos una estrategia de crecimiento de valor sostenible, que promueve soluciones de nutrición de cultivos amigables con el ambiente y soluciones energéticas con cero emisiones. La ambición de Yara se enfoca en construir un futuro alimentario positivo para la naturaleza, capaz de crear valor para nuestros clientes, accionistas y la sociedad en general, y que proporcione una cadena de valor alimentaria más sostenible.
 
Para lograr esta ambición, hemos tomado la iniciativa en el desarrollo de herramientas digitales para la agricultura de precisión, y trabajamos muy estrechamente con socios a lo largo de la cadena de valor, para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la producción de alimentos. A través de nuestro enfoque en la producción limpia de amoníaco, nuestro objetivo es habilitar la economía del hidrógeno, impulsando la transición verde del transporte marítimo, la producción de fertilizantes y otras industrias intensivas en energía.
 
Fundada en 1905 para resolver la hambruna emergente en Europa, Yara ha establecido una posición privilegiada como la única empresa global de nutrición de cultivos en la industria. Operamos un modelo de negocio integrado por alrededor de 17.000 empleados y operaciones en más de 60 países, con una trayectoria de sólidos rendimientos. En 2020, Yara registró ingresos por USD 11,6 mil millones.