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Esta empresa convierte el aceite de cocina de restaurantes de Miami en combustible sostenible

 Entre sorbo y sorbo de cerveza artesanal en la Cervecería La Tropical de Wynwood, los comensales y bebedores engullen una variedad aparentemente interminable de alimentos fritos: tostones, croquetas, empanadas, papas fritas, yuca frita, chicharrones, buñuelos de bacalao.

Tal vez no se den cuenta que sus aperitivos salados contribuyen, a su manera, a una industria en expansión que podría ayudar a frenar el cambio climático y limitar los efectos del aumento del nivel del mar, el calor extremo y la rápida intensificación de los huracanes en el sur de la Florida. 

Tropical es uno de los cientos de restaurantes, hospitales, estadios, cocinas de recintos universitarios y cafeterías de empresas de Miami y de toda la región que reciclan su aceite de cocina usado para convertirlo en un combustible bajo en carbono llamado biodiésel. 

En otras palabras, la grasa que hoy fríe su croqueta puede servir mañana para un camión de 18 ruedas. Todas las semanas, técnicos de una empresa llamada Filta visitan la cocina de La Tropical y recogen el aceite usado de sus freidoras. En algunas visitas, filtran el aceite y lo devuelven a la freidora para volver a usarlo; en otras, se lo llevan para reciclarlo y convertirlo en biodiésel. 

El técnico de servicio de Filta, Richard Erin, sosteniendo dos tarros de cristal con el aceite de cocina filtrado, a la izquierda, y sin filtrar, a la derecha, después de usar la unidad móvil de filtración en la Cervecería La Tropical, en el vecindario de Wynwood de Miami, el miércoles 24 de mayo de 2023. 

 “Cuando filtramos el aceite, prolongamos su vida útil para que los restaurantes y todos estos servicios de comidas usen menos aceite de cocina”, dijo Cristian Nechuta, quien dirige la franquicia de Filta en Miami-Dade. “Una vez que el aceite ya no se puede filtrar, lo llevamos a una planta de reciclaje”. 

El aceite de cocina usado es una de las varias materias primas, incluidas las grasas animales y los aceites vegetales de soya y la canola, que pueden refinarse para obtener biodiésel. El biodiésel se suele mezclar con el diésel estándar derivado del petróleo para reducir sus emisiones de carbono y la contaminación atmosférica. 

Según el Departamento de Energía federal , el biodiésel emite aproximadamente una cuarta parte de carbono y menos sustancias químicas tóxicas que el diésel normal. Sin embargo, en la actualidad, Estados Unidos produce mucho menos biodiésel del que necesitaría para reducir las emisiones de carbono del sector del transporte, que es el más contaminante de la economía estadounidense. 

Esto se debe, en parte, a que las refinerías de biodiésel no disponen de suficientes materias primas, como el aceite de cocina usado, para aumentar la producción. “Hay potencial, pero aún no lo hemos aprovechado de forma significativa”, dijo George Philippidis, director de la Concentración de Energía Sostenible de la Universidad del Sur de la Florida (USF). 

Empresas como Filta recogen cada vez más materias primas para fabricar biodiésel y contribuyen a la expansión del sector y a la reducción de las emisiones de carbono. 

LAS FRANQUICIAS DE FILTA EN EL SUR DE LA FLORIDA 

Fundada en el Reino Unido en 1996, Filta es una empresa internacional que opera en 15 países con más de 350 franquicias. Alrededor de un tercio están en Estados Unidos, incluidas tres que dan servicio a los condados Miami-Dade, Broward y Palm Beach. 

La franquicia de Nechuta en Miami-Dade filtra y recicla el aceite de las cocinas comerciales de todo el condado. Además de restaurantes como La Tropical, Filta también trabaja con hospitales como Jackson Health System y el Hospital Infantil Nicklaus, casas de estudio como la Universidad Internacional de la Florida y los campus de Miami-Dade College, estadios como el loanDepot Park de los Marlins y Homestead-Miami Speedway y cafeterías de empresas como Telemundo, Royal Caribbean, FPL y la sede de Burger King. 

El técnico de servicio de Filta Richard Erin, de 42 años, junto a la unidad móvil de filtración en la Cervecería La Tropical, en el vecindario de Wynwood de Miami, el miércoles 24 de mayo de 2023. 

El año pasado, Nechuta dijo que la franquicia de Miami-Dade recogió 23,000 galones de aceite de cocina para ser reciclado en biodiésel, que Filta dijo que evitará alrededor de 230 toneladas de emisiones de carbono. (Filta no se encarga del reciclaje, sino que e envía el aceite a una refinería en Louisiana). 

Nechuta dijo que su franquicia también filtra el aceite de cocina para sus clientes, lo que les permite usarlo hasta 50% más. Ayudó a sus clientes a evitar la compra de 21,000 galones de aceite, lo que de acuerdo con él ahorró 50 toneladas de emisiones de carbono. 

En total, el ahorro de carbono derivado del filtrado y reciclado del aceite equivale aproximadamente a retirar de la circulación 60 autos que usan gasolina. 

PUENTE HACIA UN FUTURO SIN CARBONO 

Además del biodiésel, el aceite de cocina usado también puede reciclarse en combustible de aviación sostenible, una categoría de combustible para aviones que emite menos carbono que el combustible de petróleo que usan casi todos los aviones. Estos combustibles ofrecen una solución a corto plazo para reducir las emisiones de carbono de camiones y aviones. 

Tanto el biodiésel como el combustible de aviación sostenible pueden mezclarse con el combustible de petróleo estándar y ambos funcionan con los motores existentes. 

Eso significa que pueden empezar a reducir las emisiones de carbono hoy mismo, tan pronto como se produzcan y se bombeen a los depósitos de combustible. 

Ninguno de estos combustibles reducirá las emisiones de carbono a cero. 

Para lograrlo, las empresas tendrán que desarrollar categorías completamente nuevas de camiones y aviones, que pueden funcionar con baterías eléctricas o con una nueva categoría de combustible basado en el hidrógeno. 

Pero a diferencia de los autos eléctricos, que ya van camino de convertirse en vehículos de venta masiva y representan 7% de las nuevas ventas en Estados Unidos, los semirremolques y aviones eléctricos o propulsados por hidrógeno están todavía muy lejos. 

El técnico de servicio de Filta, Richard Erin, utiliza el sistema de filtración al vacío para limpiar una freidora en la Cervecería La Tropical, en el barrio de Wynwood de Miami, el miércoles 24 de mayo de 2023. 

Mientras tanto, todos los camiones y aviones que funcionan con petróleo y se fabrican hoy seguirán probablemente en la carretera o en el cielo durante décadas. La única forma de reducir sus emisiones de carbono —aparte de volar menos y conducir menos camiones— es hacer que el combustible que usan sea más ecológico. 

BÚSQUEDA DE MATERIAS PRIMAS 

El biodiésel representa una pequeña fracción del consumo de combustible en Estados Unidos. En la mayoría de los casos, se mezcla con diésel estándar en mezclas como B2 y B5, lo que significa que el biodiésel representa de 2% a 5% de la mezcla total, aunque algunas gasolineras venden B20 (20% biodiésel) o incluso B100 (biodiésel puro). 

Parte de la razón es el costo: el biodiésel es más caro de producir que el diésel estándar y las mezclas con mayores niveles de biodiésel suelen costar más. “No tiene sentido comercial usar un producto más caro, a menos que se tengan otros motivos, como querer decir que se usa combustible ecológico”, dijo George Vastardis, propietario de Sun Biodiesel, mayorista de biodiésel de Kendall. 

Aun así, los créditos fiscales federales para la venta de biodiésel han hecho que el costo de las mezclas más bajas, B20 o inferiores, sea prácticamente el mismo que el del diésel estándar.

Otro obstáculo es encontrar suficientes materias primas para fabricar biocombustibles como el biodiésel y el combustible de aviación sostenible. “Uno de los principales obstáculos a la expansión de la industria de los biocombustibles es la disponibilidad de materias primas no alimentarias”, dijo Corey Lavinsky, asesor de S&P Global Commodity Insights que estudia los mercados de biocombustibles. 

También importa qué materia prima se use, porque algunas producen más emisiones de carbono que otras. “Se han hecho muchos esfuerzos para recoger aceite de cocina usado, que tiene un perfil de reducción de carbono mucho mejor que otras materias primas, como el aceite de soya”, dijo Lavinsky. 

De acuerdo con Philippidis, profesor de Energía Sostenible de USF, no hay suficiente aceite de cocina usado en el mundo para cubrir todas nuestras necesidades de combustible, pero, como los biocombustibles fabricados a partir de aceites de cocina usados emiten menos carbono que los fabricados con otras materias primas, es una buena idea reciclar hasta la última gota de aceite de cocina que puedan recoger empresas como Filta.

Este informe sobre el clima está financiado por FIU, Knight Foundation y en colaboración con Journalism Funding Partners. Miami Herald mantiene el control editorial de todo el contenido.