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La cumbre fallida entre Máximo Kirchner y Claudio Vidal que explica la decisión del cristinismo de levantar el perfil del presidente de YPF

 La operación de prensa que posicionó eficazmente en medios nacionales al presidente de YPF, como el presunto ‘tapado’ de Cristina Kirchner.


El líder de La Cámpora iba a reunirse el miércoles pasado en Río Gallegos con el sindicalista para sellar su incorporación al Frente de Todos de cara a las próximas elecciones. Sin embargo, faltó a la cita. El cristinismo le ofreció la primera senaduría y la vicegobernación, pero Vidal va por todo. ¿Qué chances tiene Pablo González? ¿Por qué se decidió instalarlo en la prensa como el 'tapado' de Cristina Kirchner si sólo mide 5% en la provincia? Un análisis de lo que está en juego en la provincia que vio nacer al kirchnerismo.


El encuentro entre el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, y Claudio Vidal, secretario del sindicato de petroleros privados y uno de los candidatos con mayor intención de voto en Santa Cruz, para cerrar un acuerdo electoral que garantice que el gremialista juegue dentro del Frente de Todos iba a realizarse el miércoles pasado en Río Gallegos. Como prenda de buena voluntad, unos días antes la gobernación de Alicia Kirchner había girado $ 11 millones al intendente de 28 de noviembre, Fernando Españón, un hombre alineado con el sindicalista, para financiar obra pública. Sin embargo, la cumbre no llegó a concretarse. Vidal faltó a la cita, según pudo reconstruir EconoJournal en base al testimonio de cuatro personas que seguían de cerca el rumbo de las negociaciones. Otra fuente agregó que existieron contactos durante viernes santo, pero que tampoco llegan a buen puerto.

El cristinismo viene negociando desde hace varias semanas una fórmula conjunta con Vidal, que en las elecciones legislativas de 2021 fue por afuera con Somos Energía para Renovar Santa Cruz (SER), un partido propio, y desplazó al kirchnerismo al tercer lugar del podio. Así logró ingresar al Congreso como diputado nacional. Ahora el sindicalista aparece en las encuestas con un sólido 25% de intención de voto que lo posicionan como un aspirante legítimo a ganar los próximos comicios.

La cumbre fallida con Máximo Kirchner apuntaba a sellar un acuerdo que operadores del cristinismo en la provincia venían tejiendo con Vidal. ¿En qué consistía ese entendimiento? La oferta a Vidal contemplaba la primera candidatura a senador nacional, descontando, de esa manera, su ingreso a la cámara alta por los próximos seis años. También la designación de una persona de su confianza como vicegobernador, así como también la facultad de ocupar con tropa propia varios lugares de la lista de diputados provinciales.

Como parte de ese armado, el candidato a gobernador sería Javier Belloni, actual intendente de El Calafate, y hombre de extrema confianza de Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, con su faltazo, Vidal restó chances a posibilidadNo confía en el líder de La Cámpora y sólo le interesa ser el próximo gobernador de la provincia. Incluso no descarta llegar a un acuerdo con Juntos por el Cambio para participar de las elecciones dentro de ese lema, lo que prácticamente le garantizaría la victoria. A esta altura, en la provincia patagónica especulan que sólo una intervención personal de la vicepresidenta de la Nación podría torcer le decisión de Vidal.

Inflador

La operación de prensa que posicionó eficazmente en medios nacionales al presidente de YPF, Pablo González, como el presunto ‘tapado’ de Cristina Kirchner para disputar las elecciones presidenciales debe leerse en clave santacruceña. Todas las fuentes de la política provincial consultadas por EconoJournal restaron veracidad a esa opción, que fue finalmente desmentida por el propio González. Pese a eso, que se instale esa versión  —verbalizada por primera vez por el periodista Roberto Navarro, dueño de El Destape— le sirvió al titular de YPF para ganar cierta centralidad en la agenda, aunque más no sea por unos días.

Su aspiración es ser el candidato a gobernador del cristinismo. Cuenta, a su favor, con el respaldo de Máximo y Cristina Kirchner, que ponderan positivamente su gestión al frente de YPF. A diferencia de otros dirigentes de La Cámpora que están enrolados en la nómina de YPF, como por ejemplo el gerente de Relaciones Institucionales, Santiago Carreras, con quien González tiene varios cortocircuitos en los últimos meses, que pasan mucho tiempo fuera de la petrolera abocado a otros menesteres que nada tienen que ver con la energía, el ex vicegobernador de Santa Cruz dedica buena parte de su tiempo a la agenda ypefiana, lo que le valió el reconocimiento de sus jefes políticos.

Su principal —y hasta ahora insalvable— problema es que no logra crecer en las encuestas. Las últimas mediciones lo ubican con un módico 5%, muy por detrás de Belloni y de Pablo Grasso, intendente de Río Gallegos, el otro nombre que suena como eventual candidato del cristinismo en la provincia. González no cuenta con una estructura territorial que le permita contrarrestar esa endeblez estadística. Tampoco posee legisladores ni concejales propios. Cuenta sí con una histórica relación de amistad con Fernando Cotillo, intendente de Caleta Olivia, pero no es suficiente para disputar poder real en el sur provincial.  

Final abierto

La estrategia de acercarlo a Cristina Kirchner como su presunto ‘tapado’ buscó transferirle algo del capital político de la vicepresidenta. González construyó una oficiosa relación con Vidal, que pese a las frecuentes críticas discursivas contra YPF prácticamente no realizó medidas de fuerza contra la petrolera en los últimos tres años. Y eso que la producción de crudo se redujo casi a la mitad desde 2015 (pasó de 13.000 a 6000 m3/día).

El presidente de YPF sabe que si el acuerdo con Vidal se diluye totalmente, una opción probable a esta altura, tendrá una oportunidad. Para eso necesita que los números empiecen a sonreírle. Si no, Cristina terminará optando por opciones con mayor arrastre como Belloni, Grasso o la propia Alicia Kirchner, que se autoexcluyó de la reelección, pero que podría volver al ruedo si la cancha se presenta empinada.

La decisión de González de dar múltiples entrevistas para promocionar el acuerdo por el que YPF logro evitar —a cambio de desembolsar unos US$ 288 millones— un juicio multimillonario por contaminación ambiental producida por la petrolera Maxus, una subsidiaria en el país del norte, apunta a ganar terreno en la consideración de los santacruceños.

El mismo objetivo persiguió su visita a la provincia hace 10 días para anunciar inversiones por US$ 500 millones durante 2023 en el distrito. Fue anunciada como la más importante de los últimos seis años, aunque el nivel de actividad se encuentra en los mínimos históricos. Conseguir un ascenso meteórico en las encuestas parece una tarea imposible a tan poco tiempo de las elecciones, pero González sabe que sólo debe convencer a una persona. Tal vez por eso aún no pierde las esperanzas.



econojournal