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ICF (Índice de Condiciones Financieras) del mes de Enero, que elabora el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), junto con la consultora Econviews.

 

Salto positivo de las condiciones financieras


En enero de 2023 el Índice de Condiciones Financieras (ICF) escaló más de 37 puntos pasando de -110.7 a -74.9 puntos. Esta fue la tercera suba consecutiva que le permitió recuperar más de 70 puntos en los últimos 3 meses del año. Esta es la suba mensual más alta desde mayo de 2020, cuando el índice empezó a rebotar luego del valle de las cuarentenas mundiales. Tanto las condiciones locales como las internacionales contribuyeron a la mejora y va en línea con las buenas performances de activos argentinos y globales.


El subíndice de condiciones locales se ubicó en –91.4puntos, una suba de casi 17 puntos respecto de diciembre y así se acercó al valor de junio de 2022. Es decir que recién ahora se recompuso la caída que se gatilló en julio con los cambios de ministro y la crisis de la deuda en pesos. Desde julio mejoró en más de 40 puntos, aunque el ICF local sigue en zona de stress severo. El componente local del ICF está negativo desde marzo de 2019 ininterrumpidamente y lleva 47 meses seguidos en zona de stress. Ocho de los diez componentes mejoraron en enero mientras que los otros dos empeoraron en la comparación intermensual. Una de las que cayó lo hizo muy marginalmente y fue la tasa Badlar mientras que la inflación núcleo que se estima que se aceleró en enero aportó un poco más de onda negativa. Entre las variables que más aportaron a la recuperación del ICF local figuran la confianza en los bancos dado el crecimiento de los depósitos en dólares, la baja del riesgo país y la menor depreciación esperada.

El subíndice de condiciones externas cambió de signo. Pasó de -2.4 a 16.5 y así salió de la zona de stress a una zona positiva, incluso con algo de margen. El valor de enero fue el mejor en 11 meses para este indicador. Ocho de los diez componentes de este índice mejoraron en enero, uno quedó igual y otro cayó. El único número rojo fue para el componente que muestra a las empresas financieras como porcentaje de toda la bolsa norteamericana. Del lado positivo, las mejoras más significativas vinieron de la menor volatilidad de acciones emergentes y de la mayor confianza entre los bancos. Es interesante que la mejora se da incluso mientras la Reserva Federal está subiendo las tasas de interés. Este mes el ICF global tuvo un pequeño cambio metodológico. Para un mejor reflejo de las condiciones financieras externas, decidimos reemplazar el spread entre bonos de corto y largo plazo de Estados Unidos por el peso de las acciones financieras dentro del S&P 500 respecto a su historia reciente (promedio móvil de 2 años). Como indica la FED de Chicago, las acciones financieras tienden a subir más que proporcionalmente cuando las condiciones financieras mejoran.


La mejora de los índices hizo que ahora sean 3 los componentes del subíndice local que están en zona de confort y un cuarto que está sobre la línea del Ecuador. Esto implica que 3 son mejores que su historia y uno iguala su promedio histórico, mientras que 6 variables están peor. Del lado positivo tenemos confianza entre bancos, liquidez bancaria y riesgo de legislación. El que está “empatado” es el índice Merval. Como aclaramos en más de una oportunidad la variable liquidez tiene un lado B ya que la diferencia entre depósitos y créditos le da liquidez a la banca pero refleja el muy bajo grado de intermediación financiera de la Argentina. Entre los componentes en zona de stress se destacan la tasa de interés, la depreciación esperada y desde ya la brecha cambiaria. En estos componentes está claro que el grado de stress es importante.


Para el subíndice global hay 3 indicadores en zona de stress (todos muy cerca del cero) y 7 en zona de confort. Los que están en negativo son el riesgo emergente, la volatilidad de las acciones de los Estado Unidos y el riesgo europeo. La liquidez global y la confianza entre bancos son los principales activos de este subíndice.