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El 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua*.
El 80% de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas**.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF realizaron un informe que señala que 3 de cada 10 personas carecen de agua potable y 6 de cada 10 carecen de saneamiento seguro***
Este problema está directamente relacionado al crecimiento de la población por un lado y a las consecuencias del cambio climático por otro****.
Todo el ecosistema, incluido la salud de las personas sustancialmente, se fundamenta en el valor que otorga el agua dulce como motor del desarrollo económico en los países. Al ser un recurso vital, su conservación y protección es crucial, cada acción que las personas realizan puede aportar en la preservación y el uso responsable de la misma.
Se estima que aproximadamente el 90% de los desastres naturales se producen por cuestiones asociadas al agua. Las inundaciones y sequías anualmente se cobran miles de vidas y afectan a millones de personas física y económicamente alrededor del mundo. Para los años venideros, se espera que el cambio climático aumente la frecuencia y la magnitud de éste tipo de fenómenos meteorológicos extremos.
“Gran parte del crecimiento poblacional que vive el mundo se produce en las grandes urbes lo que genera un impacto importante para el medio ambiente y una exigencia mayor en los sistemas de salud. Incluso en los casos en los que la región dispone del agua suficiente su transporte de forma eficiente es cada vez más complicado”, explicó Víctor Guajardo, Gerente General de Amanco Wavin Argentina.
Los problemas más comunes vinculados al agua son:
Abastecimiento y conducción del agua debido al incremento de la población.
Sistemas de tuberías obsoletas que provocan fugas o contaminación. En Argentina la pérdida de agua por fuga equivale aproximadamente al 40%.
Deterioro de alcantarillados que aumentan las inundaciones a nivel urbano.
Agua dulce no apta para el consumo.
Soluciones viables para estas situaciones:
Cambios del sistema de tuberías para evitar pérdidas.
Construcciones de edificios ecológicos.
Introducción de nuevos hábitos sobre cómo desechar desperdicios y aceites.
Incorporación de soluciones que tratan de complementar las redes de drenaje pluvial conocidas como SUDS o Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible.
