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Entre la cárcel y el exilio: el calvario de las madres cubanas

 Oriana Rivas – Panam Post

Ser madre en comunismo posiblemente sea una de las situaciones más complicadas en tiempos modernos. Desde poder acceder a alimentos y medicinas hasta dar educación a los hijos son retos diarios para las mujeres cubanas luego de 60 años de dictadura. Sumado a eso, hay otras situaciones, como el hecho de que protestar o salir del país buscando mejor calidad de vida está penado con cárcel, según el Código Penal del régimen.

El caso de Marta Vázquez ilustra perfectamente este escenario. Ella denuncia la desaparición de su hija, Yamilys Triana Vázquez, de 35 años, luego de querer huir de la isla por mar hacia Estados Unidos en una balsa precaria, como muchas que lamentablemente se han vuelto símbolo de la migración en el país caribeño. La acompañaba otra de sus hijas, Yailyn, de 27 años, quien logró sobrevivir con graves consecuencias.

Todo comenzó la noche del 23 de enero con 31 personas a bordo de la balsa con rumbo a Estados Unidos, contó Marta Vázquez a PanAm Post. Navegaron 25 millas hasta que naufragaron al día siguiente. Los que estaban a bordo quisieron llegar a tierra firme y aunque ambas nadaron juntas, la mayor no sobrevivió. “Se cansó mucho, tomó mucha agua. Mi otra hija me contó que no pudo lograrlo”, relata. Pero esa es solo una parte de la historia.

A la cárcel por emigrar

Tras el socorro de una embarcación y aviso a la Tropas Guardafronteras, fueron rescatadas once personas. Según medios oficialistas, hay además cinco muertos y 12 desaparecidos. Pero Marta Vázquez denuncia que las autoridades cubanas detuvieron los rescates el martes por la noche. “Si hubieran seguido buscando, hubieran encontrado a muchos de los que ahora mismo están desaparecidos”.

Yailyn, de 27 años, finalmente fue trasladada a un centro médico en Varadero. Sin embargo, luego se la llevaron presa a ella y al resto de los rescatados aún con daños físicos producidos por el sol y el agua.

Este episodio se suma a una larga lista de personas que han intentado salir de Cuba buscando una mejor calidad de vida ante la escasez, las amenazas del castrismo y el poco poder adquisitivo. Tan solo hasta noviembre de 2022 unos 270.000 cubanos pisaron EE. UU. según datos acumulados de la aduana estadounidense y la guardia costera citados por BBC. Nunca antes habían llegado tantos cubanos a Estados Unidos en un solo año como en 2022, asegura el portal. “Es decir, desde enero emigraron a Estados Unidos el 2,4 % de los 11,1 millones de habitantes que había en Cuba según el dato más reciente de 2021”.

Por otro lado —y en contra de la Declaración Universal de Derechos Humanos— la dictadura puede imponer hasta ochos años de cárcel para quien “salga o realice actos tendentes a salir del territorio nacional”. En el caso de Yailyn, esta fue liberada por decisión de las autoridades, pero varios de sus compañeros de balsa permanecen en la cárcel. Ahora está con su madre en su hogar en el municipio Cárdenas, provincia de Matanzas, junto a los dos hijos de 11 y 14 años que dejó su hermana mayor, ahora considerada como “desaparecida”.

Condenada por protestar el 11J

El 11 de julio de 2021 miles de cubanos dijeron “no más” y salieron a las calles no solo a reclamar por los apagones eléctricos, la escasez de alimentos, medicinas y productos de higiene personal, también exigían la libertad que les fue arrebatada hace 64 años. La isla no atravesaba protestas de tal magnitud desde el famoso «Maleconazo» de 1994.

En respuesta, el régimen desplegó a la policía, a los famosos “boinas negras” y a la milicia para reprimir manifestantes. Una de las cientos víctimas fue Yarelis Mesa Vázquez, de 25 años, otra hija de Marta, junto a su esposo Osdennys Salinas Martínez.

“Ella solo estaba pidiendo libertad frente a la casa de Gobierno de aquí, de Cárdenas, en la manifestación”, cuenta la madre cubana. Ambos quedaron en grabaciones alrededor de tiendas MLC que fueron violentadas saqueadas y eso provocó que posteriormente fueran detenidos. El régimen cubano los sentenció a siete años de cárcel por “robo con fuerza”. “Ellos [la dictadura] prefirieron poner esa causa antes de decir que estaban protestando porque quieren libertad para su pueblo”, cuenta.

Esto es solo un relato entre muchas madres cubanas que ven cómo la vida de sus hijos transcurre entre la migración desesperada y los castigos con protestar. Desde el castrismo están lejos de reconocer la situación. Por el contrario, siguen profundizando amiguismos con países que vuelven a tener presidentes socialistas.




tierrapura