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¿ DONDE ESTAMOS Y HACIA DONDE IR ?

El negar o tergiversar la historia es igual a negar nuestra identidad, solo es una utopía de corto plazo, porque la verdad siempre aflora y prevalece, renunciar a ella es renunciar a la experiencia, consecuentemente volver a padecer las mismas calamidades.


Durante nuestros más de doscientos años de historia como Nación independiente los argentinos atravesamos vivencias trágicas, dolorosas y devastadoras pero siempre prevaleció en nuestro espíritu el sentir y la necesidad de la unión ante el peligro, así lo demostramos durante, la guerra por la independencia de nuestro país y de nuestros vecinos, las guerras que mantuvimos también con vecinos como Brasil y Paraguay, y conflictos con potencias extranjeras como Inglaterra y Francia durante el gobierno de Rosas, sin olvidar las dos Invasiones Inglesas y la Guerra de Malvinas

La batalla de Caseros del 3 de febrero de 1852, donde se enfrentaron más de 50.000 hombres entre las fuerzas de Rosas y Urquiza dejo un saldo de 1.000 a 2.000 muertos según la fuente que se utilice, más los saqueos y actos de vandalismo que asolaron por dos días a la Ciudad de Buenos Aires cometidos en su mayoría por las fuerzas brasileñas que acompañaron a Urquiza. La Revolución del Parque que se desarrolló en lo que hoy es la actual, Plaza Lavalle el 26 de julio de 1890, fuerzas de la Unión Cívica lideradas por Leandro Alem a quien acompañaban Mitre; Aristóbulo del Valle y Bernardo de Irigoyen entre otros enfrentan a las fuerzas del Gobierno que presidía Juárez Celman, esto se define con su renuncia y la asunción como presidente de Carlos Pellegrini dejando un saldo de entre muertos y heridos de 1.000 a 1.500 hombres

Sucesivas fueron las revoluciones cívico-militares, que nos llevaron a luchas fratricidas, los atropellos a la clase trabajadora como en la semana trágica durante la primera presidencia de Hipólito Irigoyen en enero de 1919, cuando los obreros de la fábrica metalúrgica Talleres Vasena durante una huelga fueron reprimidos violentamente dejando como resultado cientos de muertos. Las dictaduras vestidas con el ropaje de democracias como la de Juan Manuel Rosas cuyo lema de gobierno era Federación o Muerte “¡Vivan los Federales!!! ¡Mueran los salvajes, asquerosos inmundos unitarios!” y las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón que no dudo en atacar a la Iglesia Católica, incendiar los templos de la Ciudad de Buenos Aires, incendiar las sedes de los partidos políticos opositores y del el Jockey Club, de quemar la Bandera, de atropellar y remover de sus cargos a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la implacable persecución a la prensa independiente (ejemplo expropiación del Diario La Prensa).


El fracasado y desatinado golpe militar de junio de 1955 con el bombardeo a la Casa de Gobierno causando cientos de muertos en la Plaza de Mayo y sus adyacencias. En la década de 1970 grupos subversivos médiate actos de terrorismo cometieron una serie de secuestros y asesinatos que a diario realizaban, dando origen al inicio una guerra sucia entre ellos y fuerzas- para-estatales con un saldo de cerca de 2.000 muertos. Esto fatalmente desembocó en el oprobioso Proceso Militar, genocida de su propio pueblo con más de 9.000 muertos oficialmente detectados o los supuestamente 30.000 denunciados pero no identificados. Debatir la realidad del número de muertos y desaparecidos creemos que es estéril e inconducente porque el número en nada modifica la calificación de genocidio.

¿Que propósito tiene este racconto histórico? y ¿A qué queremos llegar?

Se sostiene equivocadamente que somos un país de gente pacífica, quizás indolente o apática, lo expuesto arriba es prueba más que suficiente de la falacia de estas aseveraciones, ¿A no ser que entre tantas pérdidas también hayamos perdido el espíritu de lucha?

Gran parte de nuestras instituciones públicas como privadas, al igual que políticos, empresarios, gremialistas y profesionales de la justicia están alcanzados por ese nefasto contaminante que es la corrupción, que silenciosamente se infiltró y penetró profundamente en sus estructuras. Todos estos elementos conformaron y permitieron que sectores de los Gobierno Nacional, Provinciales y Municipales al igual que parte de las fuerzas de seguridad y sectores de nuestra sociedad estén infiltrados por el narcotráfico, bien valga como ejemplo la situación que se vive en la Ciudad de Rosario. Las graves y peligrosísimas consecuencias de esta realidad podemos visualizarla y comprobarla en México donde el narcotráfico interviene indirectamente en el Gobierno Central y controla varios Estados.

Esto como era de prever destruyó las Instituciones de la República, provocando recurrentes crisis económicas y financieras con endeudamiento crónico, asumimos la insolvencia como una descarada metodología, sufrimos pobreza material, moral e intelectual, degradamos y envilecimos nuestra moneda, la inflación la naturalizamos, niños desnutridos y abandonados a un destino de indignidad, pobreza e ignorancia, la destrucción de la educación costará años en ser reconstruida, la inseguridad es la certeza con la que vivimos, la ausencia de coherencia en nuestras relaciones con el mundo nos marginó del mismo.

Hoy en nuestro país el Gobierno Nacional, los partidos políticos y gran parte de la sociedad minimizan estas realidades, quieren soslayarla, tratan como se hacía en el Circo Romano hacer humo para poder limpiar el horror de muerte y sangre de lo que había acontecido en sus arenas,

Reitero conceptos ya expuestos: tenemos la posibilidad de producir el “Gran Cambio” parafraseando al economista y periodista americano Frederick Lewis Allen cuando en su libro así denominado, describe magníficamente como luego de la guerra fratricida de de Secesión 1861-1865 los EE.UU emergen de sus calamitosas consecuencias, solos desde los escombros y retoman el camino de la grandeza para transformarse en pocas décadas en la gran potencia mundial que fue y aún lo es.

Este ejemplo nos impone reflexionar aventemos los humos que diariamente como en el Circo Romano los enemigos de la República diariamente expanden con el propósito de distraer a las masas populares, ganar su lealtad y como bien decía Luis XIV “ganamos su admiración que es el mejor camino para conseguir que los pueblos entreguen por entero su voluntad a sus monarcas”, esto es lo que el populismo criollo viene practicando hace ya muchos años.

Estamos en un año electoral, seleccionemos a los más idóneos y honestos sin deudas pendientes con la justicia, es decir con limpieza moral y ética demostrable. Llegó la hora de terminar con los corruptos y así erradicar definitivamente la corrupción que nos llevó a este desastroso destino. Tenemos el deber moral de dejar a nuestros hijos y nietos un futuro venturoso tal como nos dejaron nuestros ancestros.

Tenemos lo que el mundo hoy demanda: alimentos y combustibles en cantidades suficientes para satisfacerlas sus necesidades, se suma a esto la capacitad de nuestros desarrolladores de inteligencia artificial que están considerados, valorados y demandados en el mundo por su capacidad y eficiencia, indubitablemente todo esto nos posiciona ventajosamente ante el nuevo escenario que afronta el mundo, por los desequilibrios motivados como consecuencia de la pandemia de Covid-19, generando inflación, pobreza y desempleo, sumemos la Invasión Rusa a Ucrania con todos los horrores que significa el genocidio que sufre el pueblo ucraniano por la megalomanía del corrupto presidente Patín con el sideral costo económico de la misma.

Para lograr los objetivos apuntados solo se requiere de voluntad, trabajo y honestidad tal como lo expuso y demostró el General José de San Martín cuando antes de partir desde Chile con su flota hacia Lima el 27 de julio de 1819 , le dice a sus hombres “….La guerra se la tenemos que hacer del modo que podamos: sino tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos tiene de faltar; cuando se acaben los vestuarios, nos vestirémos con la bayetilla que nos trabajen nuestras mugeres, y sino andarémos en pelota como nuestros paysanos los indios; seamos libres y lo demás no importa nada. Yo y vuestros oficiales darémos el ejemplo en la privaciones y trabajos. La muerte es mejor que ser esclavos de los maturrangos. Compañeros: juremos no dejar las armas de la mano, hasta ver el país enteramente libre ó morir con ellas como hombres de corage”

Diego Lo Tártaro Presidente de IADER