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Las "narco-conexiones" entre Argentina y México por la efedrina

 Compran cocaína a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Pagan a los agricultores de Perú para que cultiven más coca. Iban a recibir (lo impidió el decomiso del submarino que las cargaría en Ecuador) 12 toneladas de cocaína.

En 2009 perdieron 27 millones de dólares que un grupo de trabajadores portuarios colombianos encontró ocultos en un embarque de fertilizante que provenía de la localidad de Manzanillo.

Las mafias del narcotráfico mexicano, que operan ya en 47 países (ver nota relacionada), avanzan sobre toda la región. Y llegaron hasta el extremo sur: utilizan a la Argentina para obtener las sustancias precursoras con las que se producen metanfetaminas y otras drogas de diseño.

México provee entre el 80 y el 90 por ciento de la metanfetamina que se vende en los Estados Unidos, según la Oficina Antidrogas (DEA) del país norteamericano. Por eso en 2007 el Estado mexicano prohibió la importación y el uso doméstico de la efedrina y la seudo-efedrina, de las cuales se elaboran esa moderna droga letal.

Rápidamente los cárteles trasladaron el problema a los demás territorios nacionales a los que se han expandido. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), se ha detectado ya la fabricación de metanfetamina y otros estimulantes sintéticos, que luego México contrabandea dentro de los Estados Unidos, en 10 países, entre ellos Guatemala, Honduras, Brasil y Perú.

En 2008 las autoridades hondureñas decomisaron 3,5 millones de píldoras de seudoefedrina y arrestaron a cuatro ciudadanos mexicanos; en El Salvador, ese mismo año desaparecieron dos millones de píldoras de la misma sustancia.

Y en el confín del Cono Sur el narco mexicano encontró una legislación que le permitió comprar los precursores que necesitaban de China e India. Las importaciones de efedrina en Argentina aumentaron de 5,5 toneladas en 2006 a 28,5 toneladas en 2007; la mitad de un decomiso de 1,2 toneladas en 2008 iba hacia México en un cargamento de azúcar. Ese mismo año hubo 23 detenidos por un laboratorio de metanfetamina en Buenos Aires, vinculado al cartel de Sinaloa.

La conexión con la Argentina se hizo inocultable en 2009 con el asesinato de tres hombres de negocios que importaban efedrina y seudo-efedrina, aparentemente para fabricar medicamentos contra el resfriado. El modo en que aparecieron los cadáveres hizo pensar a los investigadores en el estilo mafioso de los cárteles.

Ante esas circunstancias, Argentina (al igual que Honduras, El Salvador y Guatemala) ajustó su normativa. Firmó también un pacto de cooperación con México contra el narcotráfico. Pero ninguno de los dos países ha expresado qué alcances exactos tiene el acuerdo respecto al control de las sustancias precursoras.

En 2008 el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, dijo que sólo los laboratorios farmacéuticos podrían importarlas. Sin embargo, en 2009 la policía decomisó más de 4 toneladas de efedrina durante la investigación sobre los traficantes mexicanos.

Uno de los métodos para disimular la carga ilegal, se descubrió, consiste en hacerla líquida y exportarla en botellas como si fuera vino, una producción argentina de creciente demanda internacional en los últimos años.

Sinaloa y la conexión argentina

Mientras en México se anunciaba la recaptura de Joaquín "El Chapo" Guzmán, en la Argentina las fuerzas de seguridad no lograban aún encontrar a los tres delincuentes más buscados del país: Martín LanattaChristian Lanatta y Víctor Schillaci.

Los tres estaban condenados por el ya célebre Triple Crimen de General Rodríguez, un caso que guardaría conexiones con el cartel de Sinaloa, la poderosa organización narco mexicana que lideraba Guzmán.

Entre los personajes que figuran en la investigación judicial aparece Jesús Martínez Espinoza, un ciudadano mexicano sindicado como presunto narcotraficante.

Martínez Espinoza admitió haber conocido a Sebastián Forza, una de las víctimas del triple asesinato, y declaró que éste le habría ofrecido el negocio de una droguería para conseguir efedrina, un precursor de drogas sintéticas.

La Justicia indagó si el autor intelectual de los homicidios, el prófugo Esteban Pérez Corradi, se disputaba con Forza la provisión de efedrina a los mexicanos. Y si Martínez era la cara visible de estructuras narco de mayor envergadura, como el cartel de Sinaloa.

En marzo de 2014, los medios publicaron que un joven mexicano llamado Dámaso López, ahijado del "Chapo" y uno de los herederos del cartel de Sinaloa, habría estado en la Argentina y se habría reunido con Forza unos días antes de su homicidio.

Así lo aseguró a este diario un testigo del encuentro, a quien Forza presentó con el mexicano en un café de Puerto Madero a mediados de 2008. Este, que pertenecía al entorno del empresario asesinado junto a Damián Ferrón y Leopoldo Bina, pidió reserva de su identidad.

Según dijo, Forza presentó a López como "el sobrino del capo de México". El testigo también afirmó que el joven se hospedó 6 meses en el Hotel Faena y que luego del Triple Crimen de General Rodríguez dejó la Argentina. Hasta el momento, no se encontró ningún registro oficial de que López haya estado efectivamente en el país.

Las incógnitas son varias en torno a la efedrina en Argentina, sumado a las conexiones impresionantes que se suscitan. Un nuevo capítulo y otra innovadora historia. ¿Qué secretos más hay?

Investigación:

Ulises Catriel Cuenca



agencia nova