El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)
solicitó que se optimice el uso del agua de riego ante el déficit hídrico sostenido en Mendoza y
la escasa disponibilidad de agua dulce en la región. Además, remarcan la importancia de
incrementar la eficiencia de los sistemas de riego con estrategias de mejora.
De acuerdo con Daiana Mateo, investigadora del INTA Junín en Mendoza, la provincia enfrenta un
déficit hídrico sostenido desde hace 12 años y el 89% del agua disponible se destina a riego, en
su mayoría, mediante sistemas de riego poco eficientes, lo que exige una mejora para optimizar su
uso.
Entre las problemáticas de la región, está la distribución de los volúmenes de agua se realizan
por tiempo y en función de las superficies asignadas en la respectiva concesión, sin considerar el
tipo de cultivo a servir. Además, se riega mediante el llenado de surcos o melgas de 100 metros de
largo y, en zonas con pendientes pronunciadas, esto ocasiona considerables pérdidas de agua por
desagüe.
En ese sentido, Mateo pidió reducir los tiempos de riego, así como la cantidad de tapadas, surcos
o melgas regadas de manera simultánea, y realizar un retoque de los niveles. A su vez, es
importante mejorar la infiltración de los suelos, entre otras estrategias de manejo.
En cuanto a los puntos de mejora, la especialista destacó la importancia de regar de acuerdo con
las necesidades del cultivo, las condiciones estructurales de la propiedad para conducción y manejo
del agua, así como aspectos vinculados al tipo de suelo, pendiente y condiciones de labranza y
sistema de riego utilizado.
Existe una serie de tecnologías de bajo costo para mejorar la distribución del riego superficial
en cabecera, tales como las mangas regadoras, los marcos de compuertas, las lonas regadoras, los
sifones y los caños plásticos.
Agencia CMA Safras