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Fitch redujo inesperadamente la nota de Argentina a ‘CCC-’

 

Bajó la nota y trazó un apocalíptico escenario económico para Argentina

La calificadora dice que el acuerdo con el Fondo alcanzado en marzo aún no ha demostrado ser un “ancla sólido” y redujo inesperadamente la nota de Argentina a ‘CCC-’, que refleja “profundos desequilibrios macroeconómicos y una posición de liquidez externa altamente restringida”. Por Leandro Gabin

La agencia de crédito Fitch Ratings redujo inesperadamente la nota de Argentina a ‘CCC-’, que refleja “profundos desequilibrios macroeconómicos y una posición de liquidez externa altamente restringida” que Fitch espera que “socave cada vez más la capacidad de pago a medida que el servicio de la deuda en moneda extranjera aumente en los próximos años”.

La calificadora dice que el acuerdo con el Fondo alcanzado en marzo aún no ha demostrado ser un “ancla sólido para las mejoras de políticas para generar reservas internacionales y mejorar las perspectivas de recuperación del acceso al mercado y no está claro si esto será posible lograrlo en algún momento”

Además, dicen que el resultado de las próximas elecciones de 2023 aumentan los riesgos de un eventual evento crediticio. La rebaja a ‘CCC-’ refleja la opinión de Fitch de que también la capacidad de pago en moneda local, que una gran carga de vencimientos en pesos que vencen el próximo año, podría ser difícil de refinanciar en caso de que se incremente el nerviosismo en el mercado preelectoral.

Los puntos que destaca Fitch sobre los cuales argumenta la baja de la calificación argentina son los siguientes.

Reservas extranjeras bajo presión

La agencia dice que el superávit en cuenta corriente se está erosionando (Fitch espera que cambie a un déficit del 0,4 % del PIB en 2022) y los controles de capital han contenido, pero no detenido por completo, las salidas, lo que refleja en gran medida las distorsiones monetarias y cambiarias.

Las reservas internacionales netas (NIR; reservas brutas menos pasivos líquidos en divisas, como el swap de China) cayeron a US$ 1.300 millones en agosto desde US$ 2.300 millones a fines de 2021, y mucho más netas de financiamiento del EFF, antes de saltar a US$ 5,5 mil millones a mediados de octubre sobre el dólar soja (una oportunidad de un mes para que los productores de soja liquiden divisas a un tipo de cambio preferencial).

Sin embargo, acota Fitch, es probable que las reservas netas vuelvan a estar bajo presión debido a los pagos de importación (muchos se pospusieron desde mediados de año debido a un requisito del BCRA de que los importadores busquen financiamiento comercial de 180 días) y una mala cosecha de trigo.

Y recuerda que el BCRA está reforzando los controles de divisas, lo que podría contener la caída de las reservas, pero la acumulación sostenida prevista en la EFF (acuerdo con el FMI) parece poco probable en ausencia de un cambio holístico en la política cambiaria.

Inflación récord

Fitch proyecta que la inflación alcanzará el 100% en 2022 desde el 51% en 2021, su nivel más alto en décadas, impulsada por un excedente monetario, presiones de precios globales y expectativas de devaluación que contaminan los comportamientos de fijación de precios.

Sostiene que el BCRA elevó su tasa de política a 107% (porcentaje anual) desde 45%, luego de años de mantenerla estable, aunque esto aún no ha generado las tasas reales positivas previstas en el acuerdo con el Fondo. “Si bien el BCRA ha reducido el financiamiento de la tesorería según lo requerido en la EFF, ha tomado otras medidas con efectos monetarios similares (por ejemplo, una intervención masiva para estabilizar el mercado local de bonos a mediados de año).

Estos han aumentado considerablemente las necesidades de esterilización al mismo tiempo que las tasas de interés más altas han elevado el costo de hacerlo, ejerciendo más presión sobre el ya débil balance del BCRA y restringiendo su flexibilidad política”, dice la agencia.

Consolidación fiscal lenta

Fitch sostiene que el déficit presupuestario primario está disminuyendo en el segundo semestre de 2022 después de un desliz en el primer semestre de 2022 por un control más estricto del gasto y “la erosión de las pensiones y los salarios” por el aumento de la inflación; y espera que alcance el objetivo del EFF del 2,8% del PIB para 2022.

“Alcanzar el objetivo del 1,9% en 2023 será un desafío: las autoridades han anunciado que una tan esperada reducción de los subsidios a la energía podría generar ahorros de alrededor del 0,5% del PIB en 2023, pero ninguna otra medida estructural importante además de esta y la presión del gasto que será alto dadas las elecciones y una fuerte desaceleración esperada del crecimiento”. La consolidación podría volverse cada vez más difícil, apunta la calificadora, dado que el aumento de la inflación está beneficiando las cuentas fiscales pero agrega presión más adelante debido a la indexación regresiva.

Aumentan los riesgos de financiamiento

Recuerda la agencia que las autoridades han satisfecho sus necesidades de financiamiento principalmente en el mercado local de pesos, ya que se ha reducido el financiamiento del BCRA. Esto ha requerido plazos más cortos y tasas más altas, lo que ha resultado en un cúmulo de vencimientos a mediados de 2023 que podría ser difícil de renovar en medio de posibles nervios electorales, alerta.

“Los riesgos de pago de la deuda en moneda extranjera también podrían aumentar. Incluso los cupones incrementales relativamente bajos en bonos reestructurados (US$ 2.000 millones en 2023 y US$ 3.000 millones en 2024) podrían ser difíciles de pagar si las reservas se mantienen en niveles críticos”, advierten.

Para Fitch, la capacidad para cumplir con los grandes pagos de amortización que comenzarán en 2025 dependerá de una acumulación sustancial de reservas de divisas y la recuperación del acceso al mercado, lo que espera que sea difícil de lograr incluso en cualquier resultado electoral.

Riesgos de sostenibilidad de la deuda pública

Fitch proyecta que la deuda del gobierno central aumentará al 84% del PIB en 2022 desde el 81% en 2021 y se mantendrá estable a partir de entonces, aunque esto no es indicativo de la sostenibilidad de la deuda. Un déficit primario, dice, una débil tendencia de crecimiento y la indexación de la mayoría de los títulos del mercado de pesos a la inflación debilitan la dinámica de la deuda.

“Las tasas de interés reales profundamente negativas compensan esto, pero serán menos favorables si las autoridades pasan de un financiamiento del BCRA con prácticamente cero intereses a un financiamiento de mercado más costoso, y si aumentan los cupones de los bonos reestructurados. La apreciación real del peso también está ayudando a la dinámica de la deuda, pero esta no es una tendencia sostenible”, remarca.

El impulso del crecimiento se desacelerará

Fitch revisó su crecimiento del PIB real proyectado para 2022 hasta 4,6%, dado un impulso mejor al esperado en lo que va del año. La alta inflación erosionó los ingresos reales, pero también incentivó la aceleración del gasto, respaldando el crecimiento.

“Sin embargo, el crecimiento está destinado a desacelerarse en el contexto de una inflación creciente, ajustes de política y restricciones cambiarias que corren el riesgo de privar al sector productivo de los insumos necesarios.

Las incertidumbres macro y la ausencia de una agenda para abordar los problemas de competitividad de larga data socavan la perspectiva de crecimiento a mediano plazo, aunque esto podría mejorar si una agenda para abordar estos problemas cobra fuerza después de las elecciones”, señala.

Massa se hace cargo

“Las condiciones políticas para el ajuste de políticas parecen haber mejorado con el nombramiento de Sergio Massa (un peso pesado en la coalición peronista gobernante) como ministro de Hacienda en agosto, después de años en los que las tensiones dentro del peronismo obstaculizaron tal agenda”, relata la agencia.

El endurecimiento monetario y los recortes de los subsidios a la energía son signos de progreso, advierte. “Sin embargo, un plan de política integral necesario para impulsar la confianza sigue siendo difícil de lograr, y parece poco probable que surja hasta después de las elecciones de 2023”, enfatiza Fitch.

“La oposición parece estar bien posicionada para ganar, luego de su fuerte desempeño en las elecciones intermedias de 2021 y dada la baja popularidad de la administración de Alberto Fernández. Sin embargo, un entorno social y político complejo podría complicar los ajustes en cualquier resultado electoral”, remarcó.

Fuente: El Economista