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Documentos revelan trama corrupta de sobrino de la esposa de Maduro con PDVSA

 Por Oriana Rivas – PanAm Post

Que en junio pasado el presidente de Estados Unidos Joe Biden sacara de la lista de sancionados a Carlos Malpica Flores (sobrino de Cilia Flores, esposa del dictador Nicolás Maduro), no quiere decir que el personaje tenga las manos limpias sobre corrupción chavista que arrasó con las reservas del país. Por el contrario, nuevos documentos revisados por El Nuevo Herald dan cuenta del enorme esquema en el que habría participado, extrayendo «cientos de millones de dólares de la estatal PDVSA».

Malpica Flores tuvo un ascenso meteórico en cargos públicos desde que su tía logró puestos dentro la élite chavista. De hecho, para el año 2011 estuvo en una lista de 18 funcionarios que ingresaron irregularmente a la nómina de la Asamblea Nacional de Venezuela, presuntamente por su parentesco con Cilia Flores. De 2013 a 2016 ya ejercía como Tesorero de la Nación y como vicepresidente y director interno de Finanzas de PDVSA. Por ende, los tratos turbios se volvieron inherentes a su nombre.

Esta vez, los nuevos documentos «muestran que Malpica Flores autorizó el esquema de préstamos en bolívares pagaderos en divisas que generó cientos de millones de dólares en ganancias a funcionarios venezolanos y sus socios». Muchos de estos, están acusados en la Corte Federal del Sur de Florida en EE. UU. por intentar lavar hasta unos 1200 millones de dólares «obtenidos ilegítimamente».

Y aunque el chavismo ha volcado toda su maquinaria a culpar al exministro petrolero, Rafael Ramírez, del desfalco a la estatal petrolera, en realidad el sobrino «favorito» de Cilia Flores habría continuado con dicho esquema entre las sombras.

Regalo producto de la corrupción

Un caso puntual detallado por el portal, es que en abril del 2015, «Malpica Flores certificó la aprobación del establecimiento de una línea de crédito». Se trataba de que PDVSA recibiría 7200 millones de bolívares de la empresa Rantor, y lel cual habría sido pagado posteriormente en divisas.

Allí estaba el truco que usaron muchos funcionarios chavistas para amasar grandes fortunas: usar a conveniencia el dólar a tasa preferencial. El robo bajo este esquema se ha vuelto incalculable. Hasta mediados de junio de 2021 algunas organizaciones citaban robos por hasta 500.000 millones de dólares «solo por corrupción», mientras que el exministro Rafael Ramírez citaba en 2020 que solo de PDVSA desaparecieron durante 10 años 700.000 millones de dólares. De cualquier modo, son cifras astronómicas.

Pero eso no le importó a Carlos Malpica Flores. Él, habría adquirido el dólar a una tasa de 6,30 bolívares y no a 186, una tasa «paralela» que reflejaba el verdadero valor de la divisa en Venezuela para ese momento. De modo que los 7200 millones de bolívares se tradujeron en 38.7 millones de dólares y no 1142 millones «a los que se había comprometido pagar PDVSA en el contrato que firmó con Rantor Capital», indican los documentos.

Tal como afirma Juan Ignacio Riquezes, abogado, experto financiero y quien ayudó en la revisión de los informes, no se trató de un préstamo, sino de «un regalo”.

Un negocio familiar

Que en 2018 Carlos Malpica Flores fuera sancionado por Panamá por ser considerado de alto riesgo por blanqueo de capitales, financiamiento del terrorismo y de la proliferación de armas de destrucción masiva tampoco sirvió para que Biden lo mantuviera en la propia lista estadounidense de sancionados. Esa decisión del mandatario demócrata se convirtió en otro gesto de simpatía con el chavismo. Tal como los viene teniendo desde que asumió el mandato en la Casa Blanca.

Ante la omisión que aplica EE. UU. respecto a las acusaciones contra Malpica Flores, grupos de venezolanos exigen a Biden que vuelva a incluirlo en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).

El expediente del sobrino de Cilia Flores es largo y complejo. Tan solo su familia había registrado de 2013 a 2015 unas 16 empresas en Panamá, apuntó entonces Runrunes. Supuestamente, la proliferación de compañías pudo tener una finalidad operativa, la apertura de cuentas bancarias, las cuales en conjunto con los objetivos de dichas empresas sirvieran para aprovechar importaciones de Venezuela.




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