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La inversión clásica y su pésima rentabilidad

 


● Hasta las carteras clásicas de inversión están sufriendo recortes de unas dimensiones desconocidas hasta ahora.

En el gráfico que adjuntamos se observa la evolución de lo que en EEUU se conoce como inversión clásica 60/40.

Un modelo de asignación de activos a largo plazo y que contempla un 60 por ciento de inversión indexada al S&P 500 y un 40 por ciento en el índice de renta fija agregado.

Una formula de gestión pasiva contra la que se pueden comparar los distintos rendimientos de las clases de activos o modelos de gestión. También sirve, en este caso, para poder ver la rentabilidad de esta cartera a lo largo del tiempo.

Hasta el cierre de agosto vemos que acumula una rentabilidad negativa del -13,99 por ciento. Es el peor año desde 1976.

Supera con creces las pérdidas de otras crisis, como la 2002 o la de 2008, y las  más recientes, en las que también los inversores encontraron poco refugio en el mercado.

Pocos años en negativo

La estrategia de esta ponderación suele dejar pocos años con rentabilidad negativa. Y en esas ocasiones pocas veces ha superado el -5,0 por ciento.

Hasta este año nunca había incurrido en una pérdida de doble dígito.

Este año está siendo excepcional, sufre un escenario de concentración de correlación en el comportamiento de las distintas clases de activos que deja un escasísimo margen para obtener rentabilidades positivas.

Si, además, tenemos en cuenta los factores estacionales, por ejemplo, del año del ciclo presidencial, apenas podremos ver una leve mejora en la última parte del año.

Nos obstante, quien quiera confeccionar ya una cartera de inversiones a largo plazo diversificada se encontrará con un buen escenario para ello.

No tendrá que preocuparse por las valoraciones extremas y podrá obtener de nuevo rendimientos positivos en los intereses de la renta fija con menor riesgo.


Josep Codina