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No hay apoyo político para cumplir las metas del FMI: ¿se precipita una reestructuración del acuerdo?

 Mientras los embates de parte del FdT sobre los integrantes del equipo económico se agravan, el margen de acción de política económica se achica

Esta semana arriba al país una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para realizar la primera de las diez revisiones pautadas en el acuerdo. En esta oportunidad se evaluará la performance del primer trimestre de 2022: nuestro país cumplió con casi todas las metas -salvo por la falta de actualización del Presupuesto vigente a la meta de déficit primario pactada para este año-, lo que gatillará desembolsos del organismos por poco más de u$s4.100 millones (3.000 millones en DEGs).

Pese a que la primera revisión será exitosa, el cumplimiento del programa acordado con el Fondo empieza a naufragar producto de la creciente oposición de parte de la coalición gobernante, que obtura medidas necesarias para alcanzar las futuras metas, y de que el Fondo se muestra impermeable a modificar los objetivos trazados, tras haber exhibido mucha flexibilidad a la hora de cerrar un acuerdo.

El problema de este dilema de hierro es que cuando más se necesita tomar decisiones de política económica, más se paralizan por la imposibilidad de congeniar las posiciones de los extremos del Frente de Todos y del FMI. Más aun, a medida que la fractura de la coalición de gobierno se profundiza y los embates de parte del FdT sobre los integrantes del equipo económico se agravan, el margen y el horizonte de acción de política económica se achican al máximo.

"Pese a que la primera revisión será exitosa, el cumplimiento del programa acordado con el Fondo empieza a naufragar"

La interna dentro del Gobierno
La interna dentro del Gobierno condiciona el marge de acción de política económica.

Shock global: cómo impacta en la Argentina

En este contexto, las consecuencias negativas del shock "estanflacionario" mundial que produjo la invasión militar rusa a Ucrania tienden a potenciarse. La aceleración inflacionaria en nuestra economía es particularmente alarmante por varias cuestiones. Entre ellas destacan:

  • Antes del shock sufríamos una suba generalizada de precios mucho más elevada que el resto de los países.
  • Nuestro proceso inflacionario se caracteriza por una elevada inercia.
  • A diferencia de la mayoría de las economías, las expectativas inflacionarias no están ancladas. 

Por ende, el shock internacional que aceleró transitoriamente la inflación en el mundo podría elevar permanentemente el piso de inflación mensual de nuestro país. En los últimos años, la suba promedio mensual de los precios al consumidor se ubicó en torno del 3% y 4%, pero hoy pareciera -por la falta de ancla de las expectativas y la fuerte reacción de los salarios formales- que la inflación mensual estaría trepando otro escalón hacia el 5-6% (suba anualizada en el rango del 80%-100%).

Precios
La aceleración inflacionaria en la Argentina es preocupante.

Precios en alza y poco margen de maniobra

Paradójicamente, la principal herramienta para demostrarles a los agentes económicos que la aceleración inflacionaria es transitoria y no permanente, sería utilizar el ancla cambiaria y tarifaria, lo opuesto a lo acordado con el FMI. Recordemos que el acuerdo estipula:

  • Un tipo de cambio real mayor o igual al de fines de 2021 para acumular reservas internacionales netas.
  • Y recomposición real del precio que pagan los usuarios por la demanda energética (gas y electricidad) para reducir los subsidios y, en consecuencia, el rojo fiscal primario.

A lo anterior se le suma que la presión social junto a la debilidad política y crecientes mecanismos de indexación -de jure o de facto- dificultan la posibilidad de licuar el gasto público con la aceleración inflacionaria. Si bien la recaudación ajusta automáticamente por la inflación, quedó claro que no hay margen para elevar la asfixiante presión tributaria en nuestro país, mientras que la meta de déficit primario es nominal (no ajusta por la suba de precios), lo cual la vuelve más exigente.

"El shock que aceleró transitoriamente la inflación en el mundo podría elevar permanentemente el piso de inflación mensual de nuestro país"

Economía
Dilema para el equipo económico: utilizar un ancla cambiaria es lo opuesto a lo acordado con el FMI.

Las reservas y otro desafío difícil de cumplir

Asimismo, el primer cuatrimestre del año muestra la incompatibilidad entre la meta de acumular u$s5.800 millones de Reservas Internacionales Netas (RIN) y el crecimiento del PBI en torno al 4%. En los primeros cuatro meses de 2022 la actividad se sostuvo en torno al nivel de fin del año pasado, lo que garantiza una expansión en línea con el programa económico, pues el arrastre estadístico positivo del EMAE de diciembre 2021 alcanza 4,1%. Sin embargo, la intervención del BCRA en el mercado de cambios fue prácticamente nula cuando a esta altura de años anteriores la acumulación era significativa.

El desvío de la meta fiscal y de acumulación de reservas se hará ostensible en los próximos meses cuando el shock internacional de los precios de la energía impacte plenamente en nuestro país. La llegada del invierno potencia el consumo residencial de gas y electricidad para calefacción, elevando la demanda energética. Para poder satisfacer el incremento del consumo, habrá que aumentar significativamente las importaciones de gas, electricidad y combustibles líquidos para generar electricidad a través de centrales térmicas. Esto no sólo implica un fuerte incremento del rojo energético, sino que también eleva el costo marginal de la provisión energética, lo que junto a una mayor demanda (cantidades) potenciará los subsidios, incluso si se logran implementar -la oposición dentro del FdT es creciente- los aumentos de precios en dólares que pagan los usuarios estipulados según lo acordado con el Fondo.

Con más déficit fiscal y más inflación, cumplir la meta de asistencia del BCRA al Tesoro por hasta 1,0% del PBI se va a complicar, ya que hay que conseguir más financiamiento en pesos en un mercado local cada vez más agitado. Tras un par de meses de calma -reducción significativa de la brecha cambiaria y, en menor medida, del Riesgo País- la refinanciación de la deuda en pesos del Tesoro se embrolló por la disparada de la inflación, las dudas sobre el cumplimiento del acuerdo, y el incipiente retraso del tipo de cambio real sumado a la dificultad de acumular reservas netas.

En conclusión, dado que las medidas necesarias para tratar de encauzar el cumplimiento de las metas acordadas con el FMI para 2022 son cada vez más difíciles de implementar por las limitantes mencionadas, el acuerdo con el Fondo se encamina a una nueva "reestructuración". Hay dos preguntas claves a dilucidar: La primera, si la renegociación del acuerdo con el Fondo la encarará este gobierno o el próximo. La otra, cuál será el devenir de la economía argentina en el mientras tanto.

Por Lorenzo Sigaut Gravina, Director de Análisis Macroeconómico de Equilibra.




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