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LOS DETALLES DE LA NEGOCIACIÓN MSU Energy llegó a un acuerdo con BlackRock, Gramercy y Manzano y se quedó con las centrales eléctricas de Araucaria

 La empresa que preside Manuel Santos Uribelarrea incorporó las cuatro plantas térmicas que eran propiedad de Araucaria Energy, que se terminó disolviendo. El traspaso se concretó una vez que un tribunal de Nueva York homologó un acuerdo entre acreedores como BlackRock, Fidelity y Gramercy con Integra, la firma de José Luis Manzano. ¿Qué pasará con las centrales de Araucaria que están en litigio? ¿Es posible una relocalización?

La primera licitación que lanzó el gobierno de Mauricio Macri en 2016 para promover la ampliación del parque de generación eléctrica mediante la instalación de pequeñas centrales térmicas permitió que dos nuevos jugadores se sumaran al mercado de energía: fueron Araucaria Energy y MSU Energy, que ganaron varios proyectos en la provincia de Buenos Aires. Seis años más tarde, la trayectoria de ambas empresas es totalmente opuesta, aunque se convergen en un punto.

El primero no logró hacer pie, enfrentó severos problemas de gestión que derivaron en la incapacidad de conseguir la licencia social para operar algunos de sus proyectos y terminó al borde de la quiebra con un concurso abierto tanto en tribunales de Estados Unidos como en Canadá. En cambio, MSU Energy, que es propiedad de Manuel Santos Uribelarrea, uno de los mayores productores de oleaginosas del país, consolidó un management profesional, opera tres centrales por un total de 750 megawatt (MW) y obtuvo el respaldo del mercado local para financiarse de manera recurrente a buenas tasas (esta semana emitió un bono dólar MEP con un interés del 7,5%).

¿En qué punto se cruzan recorridos tan divergentes? En que MSU Energy acaba de absorber los cuatro activos de generación que eran de Araucaria, que a su vez era controlada por una firma creada en Canadá denominada Stoneway Capital Corporation.

La incorporación de las centrales eléctricas al porfolio de MSU marcó el final de una dura batalla económica y judicial entre actores de envergadura como BlackRock y Fidelity, dos de los mayores fondos de inversión del planeta; Gramercy, otro peso pesado en el mundo de los hedge funds, y José Luis Manzano, otrora ex ministro menemista y desde hace años reconvertido como empresario con extendida presencia en sector energético doméstico: es dueño mayoritario de las eléctricas Edenor y Edemsa (Mendoza), accionista minoritario de Metrogas y socio en Phoenix Globale Resources, una petrolera con yacimientos en Mendoza y en Vaca Muerta. Todos ellos estuvieron involucrados, de una u otra manera, en la eclosión de Araucaria Energy.

Punto final

El acuerdo que se terminó de homologar este miércoles en los tribunales de Nueva York —donde la empresa enfrentaba un proceso de quiebra bajo el capítulo 11 del código de bancarrota norteamericana— transfirió bajo la órbita de MSU Energy cuatro proyectos termoeléctricos con distinto grado de avance que habían sido adjudicados por licitación a Araucaria: Matheu, San Pedro, Luján y Las Palmas. Todos fueron otorgados en compulsa publica convocada por la resolución 21/2016 del entonces Ministerio de Energía.

MSU ya estaba a cargo de la operación técnico-comercial de esas plantas con el aval de los acreedores de Stoneway, pero ahora pasó a ser el titular de las centrales térmicas. En las negociaciones que se extendieron durante el último año y medio estuvieron involucrados varios de los principales estudios jurídicos de la city porteña: Bruchou, Fernández Madero & Lombardi, Marval y Bomchill, entre otros. Y también en Nueva York como Cleary, Becker y Simpson.  

¿Cuál es el balance para cada actor?

  • Los acreedores de Stoneway Capital con un derecho de preferencia senior —como BlackRock y Fidelity, entre otros fondos— llegaron a un acuerdo con MSU para reestructurar el cronograma de cobro del dinero que prestaron a Araucaria. Se estableció un esquema de cancelación de una deuda senior que, una vez saldada, habilitará el pago de una deuda junior. Esa subdivisión de las acreencias que ahora deberá pagar MSU Energy contribuyó a descomprimir el flujo de fondos de los proyectos.
  • Gramercy, que había prestado US$ 220 millones en forma directa a Stoneway y quien fue en los hechos quien gatilló el proceso de Chapter 11 en EE.UU. para defender su posición en Araucaria, llegó a un acuerdo de preferred equity, que en la práctica significa que cobrará parte del capital desembolsado en Araucaria sólo en la medida que se cumplen una serie de condiciones después que se cancele la deuda con los acreedores principales. Terminó siendo el actor que más cedió dado que su poder de negociación era términos relativos más endeble que el de los otros fondos.
  • Manzano, que había ingresado en la estructura accionaria de Stoneway en 2020 tras obtener con la parte que estaba en cabeza de Rogelio Nores (hasta entonces principal referente de Araucaria), recibió una compensación económica para desprenderse de su participación en la compañía. Cerca del empresario mendocino celebraron el cierre del conflicto judicial. “Entramos a Araucaria con tres objetivos: preservar el activo; lograr una solución amigable fuera del concurso preservando el interés de todas las partes; y concretar una ganancia. Se han cumplido los tres, así que estamos muy contentos”, indicó uno de sus colaboradores directos ante la consulta de EconoJournal.
  • Por último, con la incorporación de las centrales de Araucaria, MSU prácticamente duplicará su tamaño para llegar a unos 1500 MW de potencia instalada. Deberá, sí, llevar adelante en los próximos meses una estrategia de contingencia para descomprimir el frente judicial y regulatorio que complica la operación de las usinas de Matheu, cerca de Pilar, y de Luján. Ambas están frenadas por la oposición de la comunidad donde están instaladas. Allegados a MSU indicaron que buscarán trabajar de forma conjunta con la Secretaría de Energía, así como también con los municipios involucrados, para encontrar soluciones que permitan retomar la generación de energía en las plantas. En el caso de la central Matheu, incluso se evalúa una eventual relocalización de la central si no hubiese otra alternativa.    



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