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Alberto, Máximo y Cristina se disputan el liderazgo de la izquierda argentina

 Pese a la interrupción del diálogo entre el presidente y Cristina, no hay muchas diferencias ideológicas entre ellos. Como señala Horacio Verbitsky, en efecto, tanto Alberto como Cristina quieren liderar la izquierda argentina y también la latinoamericana, y los dos se autoperciben, como se dice ahora, en ese espacio político más que en el peronismo. Las diferencias sobre el acuerdo con el FMI pueden ser de fondo, porque la vicepresidente quería un acuerdo más beneficioso, pero acuerdo al fin. Para el kirchnerismo, la emisión monetaria no tiene límites y las tarifas son un derecho humano y, por tanto, el FMI no puede condicionarlos. En cuanto a la lucha contra la inflación, ambos sectores están enamorados de los controles de precios pero en el Instituto Patria son más rigurosos y plantean las retenciones móviles a los productos agropecuarios, que tampoco les disgustan a los albertistas, sólo que piensan que, de hacerlo, se puede incendiar el país en una reedición del enfrentamiento entre gobierno y el campo como fue por la resolución 125.

En ambos sectores hay convencimiento de que las retenciones y la prohibición de exportación logran que se bajen los precios, lo cual no es verdad; es más: se pierden divisas por no exportar y los precios suben. En definitiva, hay diferencias sobre en qué medida se les quita rentabilidad a los sectores productivos. Pero la mayor distancia es de carácter personal hacia quien fue ungido y se transformó en un presidente insumiso que no gobierna sino que pierde el tiempo con cinco amigos que le dicen que es en un líder de la izquierda latinoamericana y que Albero asume y está cómodo no haciendo nada y viajando por el mundo visitando presidentes y pasando papelones aunque él no se dé cuenta, como cuando le abrió las puertas de América Latina a Vladimir Putin.

Guillermo Cherashny