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La actriz ultrakirchnerista, quien suele lanzar furiosas diatribas contra los “gorilas” y los “cipayos”, continúa cobrando en dólares por mostrar fotos y videos eróticos y pasa sus vacaciones en Estados Unidos. La izquierda argentina, cada vez más ligada a un contradictorio liberalismo económico.
La reconocida actriz Florencia Peña continúa acumulando duras críticas por la forma llamativa y contradictoria en la que sus dichos y sus hechos parecieran chocar una y otra vez. Sus diatribas mediáticas hacia el capitalismo le valen encendidas discusiones en vivo y en directo, mientras que en su proceder pareciera esforzarse por ser la abanderada del neoliberalismo.
Recientemente, en una de sus últimas apariciones televisivas, Peña entabló un fuerte cruce con la panelista Analía Franchín por la invasión de Rusia en el territorio ucraniano. De acuerdo a la ex protagonista de Casados con Hijos, todos los conflictos se resumen a “la derecha y el capitalismo”. En efecto, Peña lanzó una interminable diatriba sobre “los estragos del capitalismo”.
Luego de enfrentarse durante largos minutos con panelistas “cipayos y gorilas”, Flor Peña decidió que había pasado por un mal trago y necesitaba unos días de descanso. Lejos de destinos “populares” y pagos en pesos como la Costa Atlántica o El Bolsón, la actriz decidió tomar un vuelo al coqueto Miami.
Las críticas no tardaron en llegar. “Si vos te vas a Miami, Florencia Peña te dice gorila, cipayo y vende patria. No falla. Aman el capitalismo que dicen despreciar”, aseguró un usuario en la red social Twitter. Tampoco le perdonaron su reciente incursión en el mundo erótico de Only Fans en el que, casualmente, cobra en dólares para mostrar contenido subido de tono. “Venís a hablar que el capitalismo hace estragos mientras cobrás en dólares por mostrar la argolla. No seas hipócrita y no hables de temas que no entendés. Sólo demostrás tu ignorancia y falta de lectura”, le espetó un usuario. “Lo tuyo es mostrar las tetas y el culo, no hablar de conflictos bélicos”, le aseguró otro.
Al igual que gran parte de los dirigentes políticos a los que Peña asegura defender, la dicotomía entre un discurso profundamente enraizado en los valores socialistas se encuentra una y otra vez con una conducta profundamente capitalista, casi de adoración con el libre cambio, el mercado, los dólares y las tardes de shopping en Miami. Será que, al fin y al cabo, entre el dicho y el hecho, al menos en el universo kirchnerista, hay efectivamente un largo trecho.
