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A pocas semanas de un cierre de año para el olvido en materia económica, con un dólar descontrolado, picos históricos del Riesgo País y una profunda grieta política puertas adentro del oficialismo, el gobierno lanza una polémica licitación.
El lema del presidente Alberto Fernández pareciera ser “si hay crisis, que no se note”. Al menos esto es lo que se vislumbra a la luz de las últimas licitaciones de la secretaría General de la Presidencia de la Nación. Mientras el gobierno se acerca a un fin de año repleto de malas noticias en materia económica, sus dirigentes le escapan al transporte público y pagarán una verdadera fortuna en taxis y remises.
La imagen europea de los primeros ministros utilizando el tren, el colectivo o incluso el subte, al menos en Argentina, quedará para otro momento. Apostando por una postura contraria, la subsecretaría de Planificación General, dependiente de la secretaría General de la Presidencia de la Nación decidió alquilar un servicio de “alquiler de vehículos con chofer para el traslado de agentes” del organismo.
Se trata del proceso de compra Nro. 23-0019-LPU21, cuya Unidad Operativa de Contrataciones es la propia dirección General de Administración de la secretaría presidencial. El contrato durará seis meses y tendrá, además, una opción a prórroga en iguales términos y condiciones.
Para el servicio se presentaron cuatro empresas. Antelmo SA, que ofertó 1.4 millones de pesos, Mailcar SRL con 3 millones, Tour Operadora de Turismo SRL con 4.9 millones y New First Class SRL con 4 millones. Hasta el momento, la comisión no resolvió por adjudicar a ninguna, pero incluso eligiendo la opción más económica, la presidencia de la Nación estaría gastando más de 200 mil pesos mensuales en taxis y remises.
