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Los aliados prekirchneristas que dieron el golpe de gracia a De la Rúa

 A 20 años del fracaso de la Alianza, cada vez resulta más evidente la responsabilidad del FREPASO y el gesto irresponsable de Carlos "Chacho" Álvarez de renunciar a la vicepresidencia. Ese espacio político, a excepción de Graciela Fernández Meijide, ya era un adelanto del kirchnerismo que se venía.

“A excepción de Graciela Fernández Meijide, el FREPASO fue el peor aliado que pudimos encontrar para ganarle al menemismo porque después había que gobernar y ellos no estaban dispuestos a hacerse cargo del costo político con las reformas que había que implementar”, dice a MDZ un dirigente radical de gran protagonismo durante la administración de la Alianza. A 20 años de la renuncia forzada de Fernando De la Rúa el tema sigue siendo tabú en el mundo de la UCR, pero en privado son muchos los dirigentes que responsabilizan a Carlos “Chacho” Álvarez como el impulsor del deterioro de la gobernabilidad de esta gestión que había despertado tanto entusiasmo en la sociedad en 1999. 

“Lo de Chacho fue de una irresponsabilidad pocas veces vista, renunciar a la vicepresidencia de un Gobierno de coalición es herirlo de muerte”, agrega un exintegrante del FREPASO. Este dirigente nunca aceptó esa decisión y terminó distanciado de Álvarez. “Pateó el tablero sin medir las consecuencias políticas y el daño que iba a hacer porque mucha gente también voto a la Alianza por su presencia en la fórmula”, agrega.

Mientras los pocos radicales que quieren hablar de la experiencia fallida de esa coalición consideran que lo mejor que les podría haber pasado es que Fernández Meijide hubiera sido la vicepresidenta. “Graciela era la única sensata de ese espacio político, por algo es la única que no se hizo kirchnerista”, agrega un exministro. No son pocos los que hacen alusión a que la amplia mayoría del FREPASO fueron una corriente preK, siempre se sintieron más cómodos con Néstor y Cristina Kirchner que una coalición con la Unión Cívica Radical.

Nilda Garré, Diana Conti, Carlos Raimundi, Juan Manuel Abal Medina, Adriana Puigross, Juan Pablo Cafiero, Aníbal Ibarra, Roberto Feletti, Vilma Ibarra, Eduardo Hecker. La lista es interminable de dirigentes del Frente País Solidario que luego se sumaron al proyecto kirchnerista. “Pesábamos que el tándem Chacho-Graciela iba a equilibrar una segunda línea peronista y muy tirada a la izquierda, pero nos equivocamos porque ni ella podría controlar a quien ejercía la vicepresidencia”, agrega una fuente que actualmente ocupa una banca en la Cámara de Diputados.

“Fernández Meijide nunca fue peronista y su mirada política era más social demócrata, pero con una mirada responsable, en cambio Chacho siempre tuvo un comportamiento adolescente y muy ególatra”, sostiene un ex FREPASO. Quienes conocen bien a Álvarez cuenta que estaba fascinado con el boom que su figura había generado en las calles de la ciudad de Buenos Aires y creyó que su renuncia a la vicepresidencia lo iba a transformar en presidenciable.

Pero su gesto sólo lo llevó al anonimato, aunque tuvo la suerte de pagar el costo político de su decisión irresponsable. Y además disfrutó de cargos bien rentados en dólares en Montevideo donde está la sede del Mercosur. Todo por haberse acercado al kirchnerismo.

Un fenómeno de estudio, como un dirigente popular con aspiraciones presidenciales, daña gravemente la gobernabilidad de la gestión que era socio y luego se transforma un desconocido que sólo busco conchabos con los K. Más incomprensible aún que Chacho no haya hecho autocritica, ni tampoco los intelectuales que en su momento se enamoraron de su figura como Beatriz Sarlo.

Alberto “Beto” Valdez