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CONFIANZA FE Y CORAJE ANTE LA ADVERSIDAD

 Hoy el país esta patas arriba, nada funciona, todo esta mal ¿Por qué? Porque se perdió la confianza en la clase dirigente, por ser defraudadores consuetudinarios de la fe pública, es decir perdieron el activo más preciado que debe tener un dirigente, que es merecer confianza, la confianza es el común denominador que regula todas las relaciones humanas, cuando no hay confianza nada es posible, todo se pierde y todo puede ocurrir.


Cuando un gobierno en todo su conjunto por los repetidos errores, hechos de corrupción y desgobierno, pierde la confianza y credibilidad de sus gobernados se produce una crisis de gobernabilidad que puede derivar en situaciones de imprevisible gravedad. Esta es la situación en que hoy nos encontramos los argentinos.


Si nos detenemos un momento advertimos que todas las variables económicas, financieras y sociales están absolutamente colapsadas y distorsionadas, solo a modo de ejemplo indicativo tomemos “el crédito” que se sustenta desde luego en la “confianza”, ella hoy es inexistente, como consecuencia el crédito también es inexistente, esto genera una lógica reacción: cae la inversión empresaria, provocando dos hechos simultáneos y convergentes, menor oferta de bienes y alza en los precios,


En paralelo como el presupuesto del Estado es deficitario y no tiene más acceso al crédito interno, ni externo reflejado en el riesgo país y a su vez esta agotada la capacidad contributiva de los contribuyentes, solo le queda para financiarse emitir. Ese dinero que es solo papel pintado sus tenedores tratan de desprenderse de ellos ¿Como? consumiendo más, pero recordemos que como no hay inversión se produce menos, en consecuencia hay escasez de productos pero por la mayor demanda no satisfecha aumentan los precios, corolario más inflación, al mismo tiempo el dinero emitido que no fue al consumo o adquisición de bienes busco refugio en la otra alternativa compra de divisas (dólar.-euros) o el oro, sinónimo de fuga de capitales.


A todos estos hechos el gobierno con una actitud de inconciencia rayana en la estupidez entiende que mediante el control y congelamiento de precios, restricciones a determinadas exportaciones y el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos contiene la inflación y con el control de cambio nos quiere hacer creer que mantiene el valor del peso limitando así la inflación y por otra parte evitando la fuga de capitales. Cuando van a comprender estos irresponsables políticos que estas mediadas hasta el infinito fueron practicadas y solo potenciaron el problema.


Sumemos otro ejemplo a este colosal desorden, quizás el más relevante por lo prostituido y denigrante de su funcionamiento: la entrega de planes sociales que el Estado otorga a familias de desocupados en situación de extrema pobreza, estos planes los distribuyen y digitan según sus conveniencias políticas y personales los dirigentes de las Organizaciones Sociales que los agrupan. Estos planes deberían ser adjudicados y pagados por el Estado directamente sin intermediarios, al igual a como se pagan las jubilaciones, de esta forma los mismos resultan efectivos y se termina definitivamente con esta intermediación mafiosa de los dirigentes gerenciadores.


Para colmar la copa un ejemplo más de la irresponsabilidad e insensatez del gobierno, la Cancillería a través del embajador argentino en Chile Rafael Bielsa se presenta ante la Justicia de dicho país solicitando la libertad condicional del líder terrorista supuesto mapuche Facundo Jones Huala, quien también es usurpador de tierras y autor de hechos vandálicos en el sur de nuestro país ¡Ciertamente un dislate más!


Aceptado que nuestra crisis es fundamentalmente de confianza consecuentemente de credibilidad, que hace décadas que la venimos perdiendo y degradando, hoy la realidad nos indica que llegamos al final de su proceso de descomposición, estamos en la etapa final de esta nefasta enfermedad, si no reaccionamos a tiempo se transformara en terminal, está en juego la Nación como Estado, consecuentemente nuestra identidad como ciudadanos y condición de hombres libres ya que son muy graves las amenazas que nos acechan tanto internas como eventualmente externas.


Evidentemente estamos en un circulo vicioso que permanentemente se retroalimenta, esto a su vez incrementa y agrava el malestar social multiplicando los desbordes sociales que día a día se hacen más incontrolables, este desorden y caos nos hacen inviable la vida, hasta el momento en que todo y todos saltemos por el aire, pero tengamos memoria, esto ya lo vivimos con la crisis de diciembre del 2001, no dudemos estamos en los umbrales de un estallido peor que aquel nefasto diciembre.


Sintetizando tomando en cuenta el contexto de colapso total en que el país se encuentra, sumado a los desatinos del embrollado y titubeante Presidente, la debilidad política de la alianza gobernante y las disparidades serias e insalvables existentes en su seno, esto nos impone acordar entre todos la forma de transitar los dos años que aún restan para las elecciones presidenciales del 2023, es decir para superar el actual estado de desgobierno es necesario consensuar una transición ordenada compartiendo responsabilidades a fin de lograr una razonable gobernabilidad hasta llegar a la finalización de mandato del Presidente Alberto Fernández, aunque sea con muletas como supo decir una vez Ricardo Balbín, que lamentablemente no fue oído y así nos fue, porque en definitiva para un país dos años son solo un suspiro.


Descontado este panorama desolador del estado ruinoso en que se encuentra hoy la Argentina, aún subsisten en cada uno de los argentinos los elementos que son la savia de la vida “esperanza”, “fe” y “voluntad” si a ello sumamos la inteligencia, la honestidad y el desprendimiento a favor del bien común tenemos allanado el camino para remontar la cuesta y ponernos a la par de nuestros prohombres del pasado.


Ciertamente crisis es oportunidad, las elecciones del 14 de noviembre lo son, en ellas tenemos la oportunidad de reconstrucción si votamos con inteligencia a los más probos, honestos y que solo nos ofrezcan planes concretos y realizables con políticas destinadas promover la inversión y el trabajo, para ello comencemos a descartar a quienes nos gobiernan y gobernaron por ser personajes corruptos, mentirosos y oportunistas, estos últimos los más peligrosos por su doblez, hipocresía y deslealtad, que amasaron fortunas mediante el peculado, responsables directos de tanta decadencia y oprobio.


La tarea de reconstrucción va a ser muy grande, difícil y trabajosa, sin embargo enfrentamos imprevistamente un escenario cambiante y diferente que se evidencia en la actual coyuntura mundial, con profundas recomposiciones en las alianzas estratégicas que se están produciendo en el mundo, al igual que las reconversiones y cambios en las conductas económicas y laborales de los países lideres derivadas de la pandemia, esto si procedemos con inteligencia y celeridad sin dudas nos posiciona en un lugar ideal y estratégico dada nuestra excepcional potencialidad material y humana, que nos permitirá y facilitará negociar ventajosamente el apoyo y ayuda necesaria para salir de la coyuntura y restaurar la grandeza perdida.


Ante todas estas obviedades recapacitemos, la tempestad en que estamos inmersos nos impone templanza para afrontarla e inteligencia y coraje para superarla, para ello tenemos necesidad de dirigentes honestos que expongan proyectos ciertos, posibles y confiables, tengamos siempre presente la afirmación de Paul Krugman premio Nobel de Economía ”Las políticas que inspiran confianza fomentaran, no obstaculizaran, la recuperación económica“. Solo así recuperaremos el bienestar perdido y volverán quienes con tristeza y dolor emigraron.


Diego Lo Tártaro Presidente de IADER