https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=3ab76eea9c&view=att&th=1648a6d4d6c2fa40&attid=0.1&disp=safe&zw
BYMADATA - Cotizaciones en Tiempo Real | BYMA Bolsas y Mercados Argentinos

Confidencial: Cristina apuesta a recuperar votos con la estrategia del "presidente fantasma"

 Si bien Alberto Fernández reaparecerá este jueves, los estrategas de la campaña le piden que "se guarde". "Encarna lo que nos sacó votos", señalan


Desde que amainó la crisis oficialista post electoral, el presidente Alberto Fernández desapareció de la campaña y de la actividad oficial. Y si bien este jueves reaparecerá en escena, está claro que el Presidente está más "guardado".

Algunos memoriosos que tuvieron el privilegio de estar presentes en esa reunión, recuerdan la cara de Carlos Menem en 2003, cuando después de la primera vuelta electoral, habiendo obtenido una victoria pírrica contra Néstor Kirchner por solo dos puntos porcentuales, alguien le sugirió el asesoramiento de Ramiro Agulla para palear una segunda vuelta que parecía imposible.

Dicen que, en la reunión, el publicista llegó tarde, miró fijó al ex presidente y candidato y le dijo: "Vos estás viejo, la campaña es sin vos". Lo penetrantes ojos negros del líder riojano lo atravesaron con furia, pero hizo caso y nació una célebre publicidad al grito de ¡¡¡Vamos Menem!!! Trabajadores, profesionales, comerciantes, gritaban esa frase, pero la imagen del candidato no aparecía.

Alberto, durante los últimos días, tampoco apareció. Las similitudes con aquel entonces son notables. Las PASO del 12 de septiembre oficiaron de aquella primera vuelta, y el Presidente tiene tan deteriorada su imagen pública, que se tomó la decisión de que no aparezca.

"Sin Alberto no hay fiesta de Olivos, ni hay cuarentena, el encarna todo lo que nos sacó votos, sea su culpa o no, no hay tiempo para explicar eso, se tiene que guardar", explica un estratega de campaña del peronismo, de los que suelen recorrer el conurbano.

Los números que maneja el Gobierno no son buenos, lo muestran en caída libre

La misma lógica parece haberse aplicado para los extensos discursos de Axel Kicillof, a los que ya no se los escucha ni en privado. Nadie puede atestiguar lo que Cristina le dijo en ese viaje relámpago al sur antes de cambiar el gabinete, pero hay quienes sostienen saber lo que la vicepresidenta pensaba decirle: "Es culpa de Alberto, pero también tuya, te dimos la provincia y la perdiste".

Ahora el que aparece es Juan Manzur, el nuevo y superpoderoso jefe de Gabinete, aparentemente a cargo del gobierno y de la campaña, qué entre ruego divino y ruego divino, inaugura, instrumenta, y da la cara.

"¿Si vamos a ganar votos con esto? Mirá la pregunta que me hacés…y no, todos creemos que estamos fritos, pero no podemos darle esa sensación a los compañeros porque se quedan en la casa y perdemos por el doble, hay que aguantar lo mas que se pueda y ver cómo quedamos parados el 15", explica la misma fuente con resignación.

Los números que maneja el Gobierno no son buenos, lo muestran en caída libre. A hoy, no solo no recuperaron un solo voto, sino que aparentemente perdieron más. "Es una cagada, pero tampoco es la verdad revelada, son los mismos boludos que nos daban ganadores así que puede pasar cualquier cosa", explican un poco más cerca del presidente aunque ya no tanto.

Alberto Fernández está solo y su función parece haber quedado reducido a una entidad meramente formal

Allí hay otro dato, el Presidente está solo. De su núcleo íntimo, queda solamente Julio Vitobello, secretario general de la Presidencia y por ahora. Perdió a Juan Pablo Biondi y si bien Santiago Cafiero pasó a la Cancillería, ya no está en el despacho ahí nomás, pegadito, para analizar los pasos a seguir los dos juntos. Le salvó la vida con Cancillería, pero lo perdió igual.

Biondi creyó que iba a poder manejar las cosas "a control remoto" y tal vez algunas pueda hacerlo, pero no las que más le importan a Alberto, juntarse, armar jugadas, alguna operación, compartir con sus amigos todos los días los pasos a seguir.

"Y, bien no se lo ve. Si ya antes de la elección estaba agotado, esto lo desmoronó", dice uno de sus amigos cercanos respecto al presidente. Y los temores surgen por el resultado electoral de noviembre: "Lo nadie de nosotros sabe es que va a pasar si se repite el resultado o si empeora. Te digo más, nadie sabe como seguimos si la cosa mejora", ilustra el personaje palaciego.

Cuando profundiza un poco más, quedan claros los temores: si pierde igual o por más, la intervención de su Gobierno toma carácter permanente para ver si se levanta la cosa para 2023, obviamente ya sin la ambición de un segundo mandato. Y si se da un milagro y se revierte el resultado, habrá sido porque lo corrieron a Fernández, y porque se hizo lo que Cristina pidió. Para el actual presidente, la consecuencia es la misma.

Es un mal momento para un presidente que parece haber quedado reducido a una entidad meramente formal y que no le encuentra salida a su propia situación y que, para peor, debe vincularse con su núcleo duro de colaborares por Whatsapp, porque ya no están con él. Alberto está en el peor de los mundos, en un ostracismo que no imaginó, el día que creyó que podía desafiar a Cristina mediante una entrevista en un diario oficialista. "A mí, por las malas no", dijo ese día. No para de arrepentirse.



iprofesional