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Logró domar al dólar pero no a sus críticos en el Gobierno: qué lo mantiene a Guzmán como ministro estrella

 El ministro que logró calmar al billete paralelo y que lleva las riendas de la negociación de la deuda, está cuestionado. ¿Cuáles son sus fortalezas?


La figura del ministro de Economía, Martín Guzmán, se vio muy cuestionada en los últimos días dentro de la alianza gobernante por sus enfrentamientos con cierto sector del kirchnerismo que se opone a la suba de tarifas de servicios públicos ante la delicada situación social que plantea el actual contexto de pandemia. Los mercados temieron su partida y se asustaron ante los rumores que no se hicieron esperar sobre quién podría ser su reemplazante.

Sin embargo, lejos de dar el portazo, Guzmán sigue en su cargo y, en un gesto que buscó reforzar su figura ante los rumores, el presidente Alberto Fernández confirmó ayer que lo acompañará en su gira europea la semana próxima.  

Algunas opiniones negativas critican que, por ejemplo "se haya puesto a un piloto de simulador a manejar un avión como Argentina en medio de tormenta con problemas de turbinas, sistema hidráulico, radio, tren de aterrizaje y combustible", en alusión a su nula experiencia de gestión, que le juega en contra en el actual momento de crisis.

Pero la cabeza de Economía tiene algunas características que lo convierten en una figura que cae "simpática" a gran parte de los actores del mercado porque, aunque quizás no es que los "mate de amor", muchos lo ven como "una persona razonable en comparación con aquellos que sonaron como sus posibles reemplazantes".

¿Qué características lo favorecen y cuales no a los ojos de la city?

Muchos le achacan al ministro su falta de experiencia en gestión, otros destacan su tecnisismo.
Muchos le achacan al ministro su falta de experiencia en gestión, otros destacan su tecnisismo.

Su perfil técnico: bueno para unos, malo para otros

Tal como señala el analista político, Federico González, una de las principales características que señalan en el mercado sobre Martín Guzmán es "la de ser una persona que tiene pergaminos importantes", dado que apareció en la escena política como alguien que sabe y que es discípulo nada menos que de un Premio Nobel, Joseph Stiglitz.

En este sentido, el economista Federico Glustein destaca a iProfesionalsu perfil académico dado por su trayectoria como investigador y docente en distintas universidades. Señala que, "si bien el ministro estudió en Argentina y el exterior, no trae experiencia de militancia partidaria y eso es un valor a la hora de definir políticas macroeconómicas".

Sin embargo, las críticas a su perfil técnico también existen y es fundamentan que, tal como explica González, "una cosa es el saber teórico y otra es pasar a la acción" y, desde su mirada de politólogo, lo observa como una persona de perfil bajo y sin gran locuacidad en el campo de la acción. 

Uno de los economistas que mantiene esta mirada crítica es Ramiro Marra, CEO de BullMarket Brokers, quien le critica que es "tosco en sus movimientos políticos porque es delicado con los números" y lo califica como "un ayudante de catedra que la realidad le pegó un baño de agua fría y al que quieren convertir en potro de competencia".

Guzmán logró buenos resultados en su último recorrido internacional en busca de respaldo para negociar la deuda.
Guzmán logró buenos resultados en su último recorrido internacional en busca de respaldo para negociar la deuda.

La falta de experiencia política le juega en contra

El perfil técnico de Guzmán está en línea con su falta de experiencia en gestión y en el barro de la política. "Me preocupa que no es una figura con construcción política propia, sino un técnico que abona a una coalición de Gobierno: lo que significa es que la alianza gobernante es débil, tiene incapacidad para decidir en tiempo y forma y dirime públicamente sus internas", resume al respecto una fuente del mercado.

En este sentido, advierte que, "si bien puede ser un crack en lo suyo, no tiene peso propio y depende de que lo sostengan políticamente". El principal problema de esto es que esa cuestión se traslada a lo económico, donde la situación ya es muy grave como para sumarle combustible.

En esta línea, Marra opina que "Guzmán no es como nuestros criollos auténticos, que son todo terreno y hacen toda clase de milagro para su jinete".

Y, en un sentido similar, el economista Fabián Medina apunta que "el hecho de no pertenecer a la política antes de asumir le resta llegada dentro del Gabinete y, aunque de a poco se va haciendo espacio, no está acostumbrado al manejo político".

Según observa Medina, Guzmán está encorsetado políticamente por Matías Kulfas, Cecilia Todesca y Miguel Ángel Pesce, tres figuras fuertes del Gobierno, y opina que, si bien "hay momentos en los que se les va de las manos", mientras lo sigan sosteniendo, tendrá fuerza política.

Sucede que, según indica el economista y director de la consultora Labour Capital and Growth, Guido Lorenzo, "Guzmán es una persona muy formada y tiene un muy en claro el balance entre lo que necesita la economía y la sensibilidad social que se requiere en estos momentos de crisis".

Considera que el ministro entiende muy bien las relaciones entre la economía real y la financiera, aunque reconoce que carece de experiencia en gestión, lo que a priori puede ser negativo, pero también puede ser un dato positivo, según él, "que se sume gente nueva a la política".

En este punto, González, menciona el episodio en el que el ministro dijo antes de una conferencia de prensa que comenzaba con "la zaraza". Ese fue un claro ejemplo de un momento en el que pecó de amateur, según el analista político.  Y en este sentido, lo califica como "una persona bendecida por el establishment del pensamiento económico de elite y respetado, pero a la que le faltan horas de vuelo a nivel político".

El ministro de Economía ha demostrado tener cintura para la negociación de deuda.
El ministro de Economía ha demostrado tener cintura para la negociación de deuda.

Capacidad de negociación, uno de sus trofeos

Desde su mirada crítica del ministro, Marra lo describe como "un tipo manso pero con carácter, fácil de adiestrar cuando se trata de la doma, pero difícil de manejar cuando se trata de romper las reglas". Sin embargo, muchos otros lo ven como un buen negociador en base a su gestión de la deuda con acreedores locales y los avances que viene teniendo en las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional.

"Creo que la característica principal es la de ser un buen negociador. Viene de concretar lo que no pudo hacer ni siquiera Roberto Lavagna: el 90% de adhesión al canje por parte de los acreedores", destaca Medina en este sentido. Resalta, además, que consiguió un aumento de las tarifas (aunque no del nivel que pretendía) pese a la resistencia de parte del Gobierno. Y agrega que ha logrado tener también muy buen trato con los presidentes y ministros de Economía de otros países y con el Papa Francisco, una figura importante a nivel mundial.

En este sentido, Medina señala, no obstante, que aún tiene que terminar de negociar con el FMI y con el Club de Paris y anticipa que "si consigue cerrar bien esos acuerdos, podrá tener, finalmente, el control de la botonera que necesita".

Alberto Fernández está presionado por los cuestionamientos a Guzmán, pero lo respaldó al ratificar que irán juntos a Europa.
Presionado por los cuestionamientos a Guzmán, el presidente lo respaldó al ratificar que irán juntos a Europa.

Falta de control sobre áreas económicas, una debilidad

Tal como describe Medina, uno de los problemas que enfrenta Guzmán es que "no tiene el manejo de toda la botonera económica".

"El factor negativo es que le falta peso en la toma de decisiones económicas, su visión tiene fuertes contrapesos en el gabinete, perfiles más políticos que influyen en la diaria, sobre todo en el tema del equilibrio fiscal", explica al respecto Glustein.

Lorenzo coincide con esta mirada al señalar que, "más allá de su preparación, le podemos achacar que le falta manejo de algunas cuestiones ligadas a la economía, como la energética o el comercio exterior, que no son temas de su dominio, pero creo que, para el resto de los temas, es uno de los mejores perfiles que se podría haber elegido".

El ministro busca resolver el frente fiscal como parte de ordenar la economía.
El ministro busca resolver el frente fiscal como parte de ordenar la economía.

La mirada heterodoxa y fiscalista

Uno de los elementos que le permitió ganarse el reconocimiento de gran parte de los economistas es el hecho de que haya instalado la cuestión fiscal como un eje importante de su discurso. "Guzmán siempre habló de la necesidad de la consistencia económica. Siempre dijo que las inconsistencias macroeconómicas tienen costos y, cuando uno mira el rumbo que busca, se destaca el objetivo de una subir de tarifas para reducir el peso de los subsidios en el PIB, el cierre de un acuerdo con el FMI y no descuidar el tema social", describe Martín Vauthier, director de la consultora EcoGo.

En la misma línea, Glustein lo describe como un cultor del equilibrio de las cuentas fiscales, que  por ello propicia la idea de una reducción en la emisión monetaria y en los subsidios a las tarifas. "La progresividad y la sostenibilidad fiscal son parte de sus principios fuertes como economista", resalta.

Asimismo, destaca la apuesta del funcionario a recuperar la referencialidad de la moneda argentina, a través de confianza y baja de la inflación, aunque es un objetivo que aún no logró alcanzar.

"Su perfil heterodoxo le permite tener otra visión de la realidad, donde propone incentivos a la producción y el empleo formal, no enfrenta al sector empresario ni lo cataloga negativamente porque es el que genera recursos para poder crecer y generar empleo y, por ejemplo, pagar la deuda soberana, pero a la par cree en un fuerte rol del Estado, sobre todo en este contexto, donde se debe apoyar la recuperación económica con bajas tasas de interés reales y política monetaria expansiva, además de intervenir cuando el mercado falla", opina Glustein.

Y, por último, destaca su visión largoplacista, algo que, según su opinión, "no abunda en los perfiles más cercanos al Gobierno".

Así, varias cuestiones sopesan en la balanza de Guzmán a favor y en contra. Lo cierto es que, hasta el momento, parece que el tiempo de su salida no ha llegado aún. Sin dudas, el objetivo es no tener mayores sobresaltos de cara a las elecciones y la apuesta es que concluya con la misión que asumió apenas llegó al cargo y para la cual fue elegido: resolver la cuestión de la deuda externa con un nuevo acuerdo con el FMI. Si lo logra, en caso de irse, lo hará satisfecho, y, si se queda, tendrá un fuerte capital bajo el brazo para encarar la nueva etapa.

Aunque algo golpeado por los conflictos internos, la figura de Guzmán aún funciona como fusible de tranquilidad o confianza para gran parte del mercado, que mira con desconfianza la lista de nombres que podrían reemplazarlo.




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