https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=3ab76eea9c&view=att&th=1648a6d4d6c2fa40&attid=0.1&disp=safe&zw
BYMADATA - Cotizaciones en Tiempo Real | BYMA Bolsas y Mercados Argentinos

Daniel Gollan: “El diagnóstico correcto era el que había hecho la provincia de Buenos Aires: la situación era crítica”


 

 

Con más restricciones como única salida para bajar la curva y evitar la saturación del sistema sanitario, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, en diálogo con Nacho Girón en CNN Redacción, afirmó: “Realmente ahora el diagnóstico de la Ciudad coincide con la realidad después de ese error grave de haber minimizado lo que estaba pasando”, para justificar la acción conjunta que en su opinión debe ser casi inmediata. Y dijo Gollán: “Estamos convencidos de que con esto solo no alcanza y que tenemos que tomar medidas que limiten todavía más la circulación de la gente y, por ende, limiten más la circulación del virus.”.

 


 

Te comparto los principales textuales de la entrevista emitida por CNN En Español:

¿Cuál es su evaluación de la situación actual?

“Es lo que venimos advirtiendo hace muchas semanas ya, de que notábamos un adelantamiento de la segunda ola que se esperaba un poco más adentrado el frío. Y ese adelantamiento probablemente venía de la mano de nuevas variantes que son mucho más contagiosas pero que además producen casos de gravedad en más gente y, sobre todo, en gente joven. No vemos que impacte tanto en personas de más de 70 años o de 60 con comorbilidades porque ahí se ha avanzado mucho en la vacunación. Pero en los sectores de menores edades y, sobre todo, aquellos que tienen alguna comorbilidad vemos que los pacientes evolucionan rápidamente hacia casos graves: están dos o tres días internados en el piso en una cama del piso del hospital, sanatorio o clínica, y evolucionan muchos de ellos mal. Incluso, gente que no tiene comorbilidades. Hoy nos enteramos, por poner un ejemplo de los muchos que vemos, un jugador de rugby de 35 años, joven, vital, que en 19 días se lo consumió el virus. Entonces estamos notando esa diferencia muy sustantiva en la agresividad y en la capacidad de contacto. Eso ha llevado a que rápidamente el sistema de salud, que lo teníamos muy bien preparado, que resistió el año pasado muy bien una escalada que fue mucho más lenta, de golpe está bajo una presión muy fuerte que no solamente una cuestión de camas. Es una cuestión por ejemplo de que la demanda de oxígeno aumentó en un 320% y si bien no hay problemas todavía en la producción de oxígeno, en la logística para distribuir y para tener todas las clínicas y todos los sanatorios en tiempo y forma antes de que se agote la mochila que se llena con el oxígeno, que lo tengan completa, por ahí se quedan tres o cuatro horas y hay que asistirlos con un oxígeno de tubos, etcétera, para los pacientes que están allí. O si no trasladar pacientes. Es una situación crítica.”

 

Si lo llama el presidente Fernández y le dice: “¿Tengo que cerrar todo?”, ¿usted le dice que sí?

“Cerrar todo implica lo que nosotros el año pasado se conoce lo que se llamó la Fase 1. Probablemente hemos aprendido muchas cosas. Que no hace falta, por ejemplo, en una restricción muy fuerte se puede mantener la industria con lo protocolos correspondientes y transporte propio; se puede mantener la actividad agrícola ganadera con las mismas condiciones; se puede sostener, quizás, hasta la actividad de la construcción. Uno lo puede ir mensurando. Obviamente se pondrá todo en una mesa de trabajo donde estará la dimensión epidemiológica, sanitaria, económica, social, etcétera, y saldrá una resultante. Pero de esa resultante lo que debe pasar es que volvamos todo lo que implica mucha circulación de gente en la calle mucho más restringido de lo que lo tenemos hoy claramente.”

 

¿Esto sería más restricciones sobre las ya vigentes?

“Absolutamente, porque con estas restricciones que tomamos estamos empezando a ver los primeros beneficios en cuanto a que paramos primero la desenfrenada subida de los casos. Y esto es algo que vuelve a ratificar algo que observamos el año pasado: cada vez que se tomaron 15 o 20 días de medidas fuertes, la curva se modificó hacia abajo. Si nosotros podemos ahora aprovechar que ha bajado bastante y darle un mazazo fuerte en 15 días y volver a una situación en la que vamos a tener mucha más gente vacunada. Hoy nosotros hemos sobrepasado el primer hito de 2,5 millones de bonaerense vacunados, ya estamos llegando a los 2,6 millones con por lo menos una dosis. Siguen llegando vacunas, vamos a seguir vacunando, y entonces en este juego que hay que hacer de un equilibrio entre la gente inmunizada, que es la de mayor riesgo, y que ahora se agregan grupos más jóvenes, y la velocidad con que el virus va avanzando, es el equilibrio que tenemos que intentar mantener para evitar mortalidad, para evitar internación de pacientes graves y mortalidad.”

 

¿Estas restricciones deberían comenzar cuando se venzan las actuales o se puede esperar unos días?

“Paño no tenemos, nuestros hospitales si siguen recibiendo este caudal de pacientes van a saturar. Estamos diseñando distintos tipos de estrategias, estamos agregando siete hospitales de contingencia para poder tener gente hasta con oxígeno con un personal médico y de enfermería. Se está haciendo todo lo posible. Nosotros hemos aumentado más del 240% durante esta pandemia la cantidad de camas de terapia intensiva, pero si la cosa se descontrola es lo que pasó en Brasil, es lo que está pasando en la India: no hay sistema de salud que aguante por más que sea el primer mundo. Y nosotros hoy tenemos más camas per cápita que muchos países del primer mundo con las que hemos ido aportando. Pero si por día te llueven 20 mil casos en la provincia de Buenos Aires eso no se puede sostener. Hoy estamos con las restricciones estas que están dando resultado, pero estamos convencidos de que con esto solo no alcanza y que tenemos que tomar medidas que limiten todavía más la circulación de la gente y, por ende, limiten más la circulación del virus.”

 

¿Qué pasa con la ocupación de las camas de terapia intensiva?

“Lo que hay que entender cuando uno entra a un hospital: yo voy a la mañana y tengo tres camas libres, una cama de terapia intensiva pero que está en el shockroom libre, entonces de 24 camas tengo cuatro libres. Pero en la mañana me llegan diez pacientes. Durante ese momento son diez pacientes que tengo que ir ubicando, tres ya tenían cama, los vamos poniendo en distintos lugares y luego con las ambulancias rederivamos a los otros hospitales, clínicas o sanatorios más cercanos, según corresponda de la zona. Durante esas tres o cuatro horas, ese hospital estuvo al 110%. Obviamente, luego se redistribuye. Esto es como un sistema de vasos comunicantes que yo le echo agua, se va a rebalsar y después se van emparejando todos. Lo que estamos observando es que todos están subiendo. Nuestro promedio no es… Cuando uno habla de un 76% lo que está diciendo es que tenemos diez o 12 hospitales que están al 100%, vamos sacando algunos pacientes, los vamos derivando a otro lugar y así se va jugando con el conjunto, se va haciendo un equilibrio con el conjunto de las camas disponibles que es una gestión de 24 horas por día los siete días de la semana.”

 

¿Es posible tomar medidas drásticas en las restricciones sin un acuerdo político?

“Yo tengo una luz de esperanza porque ayer el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires reconoció que se habían equivocado en sus cálculos, reconoció que la situación era grave cuando dos semanas antes en la reunión de trabajo en conjunto había dicho que estaba todo tranquilo, que no había problemas, que le sobraban camas y un montón de cosas. Me parece que la primera cosa importante es que nos pongamos de acuerdo en el diagnóstico y el diagnóstico correcto era el que había hecho la provincia de Buenos Aires. La situación era crítica por la línea de crecimiento de la curva que veníamos observando. Si esta definición que ha dicho el ministro Quirós, mañana o pasado cuando nos reunamos los equipos técnicos, se transforma en decisiones políticas como hicimos el año pasado, en donde más o menos, con algunos matices, acordamos las medidas de fondo como AMBA porque no podemos separar lo que pasa en la Ciudad de lo que pasa en el conurbano bonaerense −somos una única entidad económica, epidemiológica, sanitaria, hospitalaria−: se comporta como una única unidad. Si eso sucede y realmente ahora el diagnóstico de la Ciudad coincide con la realidad después de ese error grave de haber minimizado lo que estaba pasando, entones ahora podremos ponernos de acuerdo y tomar entre todos las medidas que hacen falta. Que, además, debo decir: tenemos un montón de intendentes de la oposición hoy, en estos momentos, pidiéndonos por ir a una restricción mucho más dura para poder, en 15 días, realmente no amesetar, bajar la curva drásticamente.”