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A estas alturas, y sin el correspondiente seguimiento que las operaciones en corto deberían de tener por parte de nuestro Gobierno, hemos visto como la pasada semana el fondo estadounidense AQR Capital Management, con sede en Connecticut, USA, se posicionaba en corto con un 0,5% del capital de Telefónica (MC:TEF), “useasé”, ni más ni menos que con un total de 26,6 millones de acciones de nuestra operadora , o lo que es lo mismo, más de cien millones de euros en acciones vendidas para hundir el valor del precio de Telefónica con el correspondiente daño que ello ocasiona a los miles de pequeños ahorradores que han invertido en nuestra operadora nacional, principalmente gente jubilada o a punto de hacerlo y aquí no pasa nada.
En el mejor de los casos, el anterior presidente de la CNMV correría presto, raudo y veloz para aplaudir el comportamiento de estos fondos que, según él, ayudarían a dar liquidez al mercado, sin mencionar nunca que, fondos como AQR, que manejan patrimonios de 143.000 millones de dólares, carecen de escrúpulos y no dudan al posicionarse en corto con algo más de cien millones de euros, pues para ellos este importe no supone nada, no deja de ser un juego que nadie vigila en España, en nuestro querido y abandonado país por parte de sus autoridades.
En el Ibex, si uno dispone de 143.000 millones de dólares es muy fácil acosar a un valor como Telefónica, que no suele, ni tristemente puede, negociar a diario más de 40 millones de dólares, y más ahora, que el asunto de la tasa Tobin ha ayudado a reducir el volumen de contratación, pues los inversores no están por la labor de empezar perdiendo un 0,2% de su inversión según deciden comprar un valor.
En fin, después de leer en la prensa que un tal Pedro Pablo Pérez, responsable del negocio de “Ciberseguridad” en Telefónica, ha sido despedido por la operadora por presunto fraude al inflar una operación que no superaba algunos millones de euros (pocos) para llevarse su correspondiente comisión, como dios manda en España, qué no serán capaces de hacer fondos como AQR para comprar las entrañas de nuestra operadora nacional, me estoy refiriendo, hipotéticamente y sin ánimo de “hipotizar” un futurible, a sus ejecutivos de segunda línea, fondos que manejan 143.000 millones de dólares y que, presuntamente, no dudarían en acometer con dádivas sus inversiones, con objeto de posicionarse en corto con información interna privilegiada.
Podría seguir escribiendo, y no estaría de menos, pero es tarde y prefiero irme a dormir, pero antes de hacerlo espero que nuestras autoridades judiciales, en las que confío plenamente, y no en la CNMV, vigilen muy de cerca esta operación del fondo AQR y ello les invite a plegar velas y a abandonar nuestro país, nuestro IBEX, al menos para estos fines que no crean valor ni para España ni para los españoles.
Por José Luis Benito investing
