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Dólar: afirman que la calma cambiaria se sostendrá en el año

Durante febrero, el tipo de cambio oficial subió 2,9%, ubicándose por debajo de la inflación estimada para el mismo periodo (en torno al 3,5%). En la misma sintonía, el MEP retrocedió 4%, el contado con liquidación 3,5% y el blue, 5%. Así, las brechas se redujeron y los primeros meses transcurrieron con una cierta calma cambiaria. Según distintos informes privados y analistas consultados, dicho escenario se sostendrá en los próximos meses y el Gobierno podrá, aunque no sin esfuerzo, lograr su objetivo establecido en el Presupuesto de contar con un tipo de cambio oficial apenas por encima de los $100 para fin de año.

“La calma que se viene verificando en el mercado de cambios -condición indispensable para viabilizar la desinflación- se proyecta como una situación sostenible a lo largo del año”, destacó el último informe de la Fundación de Investigaciones Económicas (FIDE), que agregó: “Identificamos tres dimensiones que tienden a apuntalar este escenario. La primera tiene que ver con la suba de los precios internacionales de materias primas y el crecimiento de Brasil y China. En segundo lugar, la corrección al alza de las estimaciones de rindes de la cosecha gruesa (soja y maíz), igualando los volúmenes de la campaña pasada. En tercer lugar, el anuncio de la ampliación del capital del FMI, hecho que, de concretarse, implicaría una inyección de liquidez de alrededor u$s3.300 millones sin condicionamientos o requerimientos previos”.

“En cuanto a las cotizaciones alternativas, lo que pasó en el último mes es que se terminaron de anclar las expectativas en torno al argumento oficial: que es que estaban sobre valuados, tanto el precio de los dólares financieros como el del blue”, señaló a Ámbito el economista Sergio Chouza, quien agregó: “Me parece que el desafío es seguir anclando el resto de las variables nominales, particularmente la inflación. Ahí todavía hay un trabajo para hacer. Y conforme eso siga manteniendo una dinámica a la baja, también eso va a seguir restando presión sobre los dólares financieros”.

En ese contexto, y de cara a lo que pueda ocurrir en los próximos meses, el analista remarcó: “No veo a corto plazo un rebrote de la ebullición de la demanda por dolarización. De hecho, estamos entrando en la parte núcleo de la oferta genuina de dólares y vienen bien las cosas: en lo que va de marzo hay más de u$s600 millones acumulados de compras del Banco Central. No veo tensiones por ese lado”. El principal desafío, en materia de expectativas y de señales, es en el anclaje de expectativas inflacionarias”.

Presión a la brecha

Para el economista Martín Kalos, en cambio, la incertidumbre previa a las elecciones puede suponer una presión extra para la brecha cambiaria. “La calma cambiaria no puede sostenerse hasta que el país no salga definitivamente, en forma consistente y sustentable, de la crisis. Porque, más allá del rebote, no se ve en el horizonte de mediano plazo un crecimiento, sin nuevos episodios de crisis. Hasta que eso no ocurra, los riesgos van a estar y, por tanto, las coberturas contra el riesgo van a estar. Y la brecha cambiaria va a ser el síntoma de eso. Probablemente en los próximos meses, a medida que se acerquen las elecciones, va a haber tomas de cobertura en base a lo que se perciba de qué pueda significar un resultado u otro en términos de la política económica a futuro”, señaló el director de EPyCA Consultores, quien agregó: “La otra cuestión es el dólar oficial, que va a seguir siendo manejado sin mayores problemas por el Banco Central, porque hay un cepo que lo permite y un contexto que pese a la crisis lo permite. Va a subir, probablemente algo menos que la inflación, pero de ninguna manera el dólar oficial va a ser el escenario de disputa de cualquier incertidumbre”.

Por su parte, la consultora Ecolatina remarcó en su informe que, a partir de marzo, “el dólar oficial iría quedando cada vez más lejos de la inflación, que posiblemente también se desaceleraría, influida en parte por la menor tasa de depreciación”. “En este marco, aunque complicada, la meta cambiaria del Presupuesto es alcanzable: una suba de 13% del dólar oficial durante los diez meses restantes del año, equivalente a 1,4% mensual”.



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