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CON EL AVAL DEL GOBIERNO Para descomprimir la presión sobre las naftas, buscan negociar el crudo local con un precio de referencia de 55 dólares

 Con YPF a la cabeza, las refinadoras negocian con los productores no integrados un precio interno por un plazo de tres meses frente al fuerte incremento que registró el Brent en las últimas semanas.

YPF y otras refinadoras como Raízen y Trafigura (Puma) empezaron a explorar la semana pasada la posibilidad de alcanzar un entendimiento con los productores no integrados como Vista Oil&Gas, Tecpetrol, Pluspetrol, Chevron y Petronas, entre otros, para comercializar en el mercado interno un crudo con un precio de referencia de 55 dólares. Así lo aseguraron a EconoJournal distintas fuentes del sector privado sin contacto entre sí.

En lo que va de 2021 el precio internacional del petróleo experimentó un fuerte incremento. En el caso del Brent, la referencia del Mar del Norte que se utiliza para definir el precio doméstico del barril, trepó de 51,80 a 63,20 dólares, un 22 por cuento. Como resultado del alza, en la industria de refinación advierten que el atraso en los surtidores locales —pese a la suba del 11% que registraron los combustibles en el área metropolitana en lo que va del año— asciende al 15 por ciento.

Si se quisiera trasladar el precio del crudo a la ecuación que define el precio de los combustibles, la nafta súper debería rondar los 87 pesos en el CABA, muy por encima de los 77 pesos que cobra YPF en la actualidad. Como no existe margen político para trasladar el salto del precio del petróleo a las estaciones de servicios —al menos, no de golpe— es que negocian un precio diferenciado para el crudo local.

A diferencia de lo que ocurrió en mayo del año pasado, con el Decreto 488 que fijó el precio del  “barril criollo” en US$ 45, el Gobierno nacional no está participando de estas negociaciones. Pero sí dio luz verde para que las empresas alcancen algún tipo de acuerdo sin que requieran de un aval del Ejecutivo.

¿En qué consiste el entendimiento que se está negociando?

En los hechos, apunta a tomar un precio del crudo de 55 dólares en lugar de tomar la cotización del Brent, que hoy superó los 64 dólares. Sobre esa base de U$S 55 se aplicará un descuento por calidad de 1 o 2 dólares para el caso del crudo Medanito (de Neuquén) y otro por retenciones a la exportación, pero con una alícuota reducida del 5 por ciento. De esa manera, el precio neto que recibirán los productores de crudo rondara los 51/52 dólares. Eso es el precio que pueden pagar YPF, Raízen y Trafigura. Axion Energy, controlada por Pan American Energy, prácticamente se autoabastece con su producción propia de crudo y no está participando activamente de las negociaciones.

Quien lidera las conversaciones puertas adentro de la industria es el vicepresidente de Downstream de YPF, Mauricio Martín, que ya sondeó los términos comerciales del acuerdo con socios en Vaca Muerta como Chevron y Petronas, productoras a las que le compra crudo para completar el blend que refina en sus destilerías de La Plata, Ensenada y Luján de Cuyo.

¿Se firmaría un acuerdo por escrito?

A priori, la intención de YPF y del resto de las petroleras es alcanzar un entendimiento comercial entre privados que genere el marco para posibilitar la compra-venta de crudo durante los próximos tres meses hasta tener un panorama más claro acerca de cuál será la tendencia del precio internacional del petróleo en 2021. Es decir, no está previsto un acuerdo por escrito.

La iniciativa, sin embargo, también cosecha detractores. «Se pierde de vista el largo plazo. Hoy lo central para el país es lograr inversiones en el upstream (exploración y producción) en Vaca Muerta y otras cuencas. Se sabe que fijar un precio discrecional inferior al internacional va en contra de ese objetivo. Además, ningún estamento del gobierno está participando de las negociaciones, con lo cual no hay garantía de que el Ejecutivo vaya a autorizar un aumento del precio de los combustibles en los próximos meses», explicó el director de una petrolera, que pidió la reserva de nombre.

«La industria debería abroquelarse e intentar discutir una política de combustibles con el gobierno. En lo que va del año, las naftas aumentaron más por presión de los biocombustibles, de los impuestos y el dólar que por el traslado del aumento del precio del petróleo», agregó.

La incertidumbre de marzo

Según las regulaciones vigentes, está previsto que el 1º marzo se actualice el valor del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y de los biocombustibles. Solo para cubrir el alza de esos ítems, el precio en surtidor debería aumentar cerca de un 4%. Si el Brent sigue subiendo, en la industria sostienen que el alza debería ser de entre 7% y 8% para empezar a recomponer el margen de refinación en respuesta al alza de la materia prima. En el escenario actual, parece difícil que las petroleras obtengan el aval como para avanzar con ese ajuste, pero esa negociación, que involucra al gobierno, también está abierta.




econojournal