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Falleció el ex Presidente Carlos Saul Menem, quien dejo en la memoria de quienes tuvimos el privilegio de conocerlo y tratarlo recuerdos imborrables, fundamentó esta afirmación porque tuve la fortuna que el destino me regalara conocerlo y tratarlo, era un hombre inteligente, intuitivo, conciliador, respetuoso, pulcro, afable con un carisma que lo distinguió y caracterizo.
Su presidencia sin duda quedará signada por la orientación que dio a la política exterior Argentina de adhesión a la alianza occidental y sus principios de democracia y libre mercado, si bien su administración tuvo defectos y errores pero fundamentalmente logro la paz social y el rencuentro de los argentinos luego de años de luchas fraticidas.
Lo conocí siendo prosecretario del Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades y lo entrevistamos con el fin de hacer un monumento a los Caídos en las Islas Malvinas y el Atlántico Sur, iniciativa que de inmediato aprobó y ofreció su total colaboración con una sola salvedad el estado nacional caricia de recursos parta la concreción del mismo y no se haría cargo de su financiamiento, fuimos nosotros quienes asumimos esa responsabilidad a partir de ese momento tuvimos su permanente apoyo, en todo momento fue accesible y siempre se allanó para dar solución a todas las dificultades y controversias que el mismo generó en su momento. Este acontecimiento desde luego me dejo gratos y afectuosos recuerdos.
Pero los avatares de la vida me vuelven a relacionar con el Presidente Menem en ocasión de ejercer la Secretaria General de la Confederación General Económica (CGE) y es por esta circunstancia que la relación se reanuda, se hace más frecuente, se estrecha, y se transforma en una amistad de la que guardo imborrables recuerdos
¿Por qué este recuerdo y homenaje? Encontré un Presidente de la Nación que se despojaba de la investidura y majestad que da el cargo para encontrar al hombre pragmático, amable, enérgico, pero por sobre todas las cosas una persona que se prestaba al dialogo y comprensivo, a quien llevarle, exponerle y pedirle solución a problemas de envergadura y trascendencia. Siempre supo escuchar, siempre supo comprender, siempre supo encontrar con celeridad soluciones equitativas y justas. Estos hechos son los que hoy quiero transmitir y hacer públicos porque mucho agua correrá bajo el puente de la historia de Carlos Menem pero esa excepcional y particular personalidad quedara definitivamente y por siempre unida a su memoria ya que solo los elegidos por el destino pueden exhibir.
Solo me resta despedir y recordar al amigable Carlos Menem y que a su alma Dios le de eterno descanso en su Reino.
Diego Lo Tártaro
