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El envío de vacunas rusas: un gesto personal de Putin con interés geopolítico

 Rusia tiene prohibido por ley exportar vacunas que se producen en su territorio. Argentina es para el líder ruso una puerta a Sudamérica.


En Rusia, la posibilidad de abastecer a Argentina con la Sputnik V reviste una prioridad de Estado con un trasfondo geopolítico concreto: la posibilidad de llevar adelante una acción de alto impacto, en un contexto de crisis mundial, que le permitirá a ese país marcar una fuerte presencia en Sudamérica.

Sucede que Rusia tiene una ley que impide que las vacunas producidas en su territorio sean exportadas a otros países. De modo tal que las primeras 600 mil dosis -fabricadas en territorio ruso- que se enviarán al país fueron una decisión personal de Vladímir Putin como un gesto hacia Argentina.Exclusivo: Cómo se gestó el acuerdo con Rusia que dejó heridos a Ginés y Sigman 

Argentina y Rusia tejieron durante el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner una relación cercana en la que se buscó apuntalar inversiones en puertos y ferrocarriles. Sin embargo, a pesar de los trabajos bilaterales esos proyectos no tuvieron avances concretos.

La llegada de la Sputnik V sería un logro sin precedentes que puede sentar las bases para el desarrollo de otros proyectos en el subcontinente.

Rusia cuenta con una ley que impide que las vacunas producidas en su territorio sean exportadas. De modo que las primeras 600 mil dosis -fabricadas en territorio ruso- que se enviarán al país, fueron un gesto personal de Putin hacia la Argentina.

El anuncio de una vacuna desarrollada por el Instituto Gamaleya de Moscú, la primera registrada en el mundo contra el Coronavirus, generó sorpresa en un mundo donde se esperaba el liderazgo en esa materia de los grandes laboratorios multinacionales de origen estadounidense y europeo. La Sputnik V generó incluso ciertos recelos en la comunidad científica.

Pero Alberto Fernández fue uno de los primeros presidentes en felicitar a Putin. A través de una carta, el presidente argentino calificó el anuncio ruso como "un logro que quedará entre las páginas indelebles de la historia de la medicina mundial".