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El mundo entero se enfrenta a un reto sin precedentes por la creciente pandemia de COVID-19, que afecta a comunidades y economías por doquier. La sociedad se ha movilizado para combatir la pandemia promoviendo la unión de gobiernos, organizaciones de diferentes industrias y sectores, así como particulares, para ayudar a responder a este brote de alcance mundial. Las numerosas muestras de solidaridad y apoyo estimuladas por este problema común han sido extraordinarias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) encabeza y coordina las iniciativa y ha calculado la cifra que se necesita para continuar la batalla contra el covid-19:
$31,300 millones de dólares: Este monto tiene por objetivo financiar las pruebas, medicinas y vacunas contra la covid-19 en todo el mundo. ¿Qué se pretende conseguir con este monto?
500 millones de pruebas para los países de ingresos medios y bajos, hasta mediados de 2021
245 millones de tratamientos
2,000 millones de dosis de vacunas, de las cuales el 50% se destinará a los países de ingresos medios y bajos, hasta finales de 2021.
Cada país debe seguir aplicando los planes de acción nacionales basados en un enfoque de la sociedad en su conjunto y una valoración realista de lo que es factible lograr en primer lugar en cuanto a la ralentización de la transmisión y la reducción de la mortalidad y, posteriormente, en cuanto al sostenimiento de un bajo nivel de transmisión mientras se reanuda la actividad social y económica. Los planes deben ser lo suficientemente flexibles para reaccionar a las situaciones epidemiológicas en rápida evolución en diferentes partes del país, y tener en cuenta los contextos y capacidades locales para responder.
La escala de la crisis por COVID‑19 requiere un cambio significativo en el sistema internacional para planificar, financiar e implantar sus respuestas. Información fidedigna en tiempo real sobre la evolución de la epidemia y los riesgos es vital; acceso oportuno a suministros esenciales, medicamentos y equipos; las últimas directrices técnicas y buenas prácticas; experiencia técnica a la que se pueda acceder y que se pueda desplegar rápidamente, acceso a personal sanitario y equipos médicos de emergencia; un acceso igualitario a las nuevas vacunas desarrolladas, terapias, diagnósticos y otras innovaciones, así como medidas socioeconómicas complementarias, incluida la asistencia material y de protección.
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