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Las autoridades monetarias del Banco Central Europeo están cada vez más divididas sobre cómo conducir la economía a través de una segunda ola del COVID-19, que amenaza la paz ganada con tanto esfuerzo por la presidenta Christine Lagarde, según muestran conversaciones con ocho expertos del BCE.
Lagarde ha logrado poner fin a las luchas públicas internas que dejaron al BCE en desorden en los últimos meses del mandato de Mario Draghi el año pasado y ha impulsado sin problemas varios paquetes récord de estímulo para mantener la economía a flote en medio de la pandemia.
Su promesa de buscar el consenso y atraer a los escépticos a bordo contrasta fuertemente con su predecesor Draghi, quien rara vez se involucró con oponentes clave de sus políticas y señaló movimientos incluso antes de cualquier discusión dentro del Consejo de Gobierno.
Pero las tensiones están aumentando nuevamente a medida que un nuevo aumento en las infecciones obliga al BCE a contemplar aún más estímulos, con viejas divisiones resurgiendo y el economista jefe Philip Lane siendo criticado por todos lados.
