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No es falso Censura: Facebook ya no mostrará la noticia de la esposa de Kicillof y sus estudios sobre ocultismo

Días atrás, REALPOLITIK publicó que la esposa de Kicillof, Soledad Quereilhac, cobraba un sueldo de 72 mil pesos del CONICET por investigar temas vinculados al ocultismo. Utilizando eufemismos y faltando a la verdad, Chequeado aseguró la que nota era "falsa" y Facebook dejó de mostrarla en los muros de sus usuarios.

El rol editorialista de Facebook abrió un escenario de polémicas a lo largo y ancho de todo el mundo. Por ejemplo, meses atrás, la red social censuró una nota periodística que utilizaba la imagen de August Landmesser, un trabajador alemán que se negó a gritar el tradicional saludo de “Heil Hitler” en un acto nazi, porque se rehusó a aceptar que el régimen no le permita casarse con Irma, una judía que era el amor de su vida. Como lección, el totalitarismo alemán eliminó a toda su familia, incluyéndolo. Facebook no sólo vetó la fotografía, sino también el artículo periodístico y la cuenta personal del periodista que la escribió.
Los casos de censura en Facebook se repiten incontablemente y, sin dudas, encuentran en los Estados Unidos su punto más álgido. Quizás no sea casualidad que Facebook, la red social que llama “amigos” a los contactos acumulados en una cuenta, haya sido una creación de Mark Zuckerberg, un joven que, paradójicamente, admitió en uno de los tantos juicios que tiene en su contra jamás haber experimentado sentimientos de "amistad".
El filtro por el que atraviesan tanto las publicaciones de los usuarios como de los medios de comunicación en Facebook es cada vez más fino. Y, como consecuencia, la tan mentada libertad de expresión que supo atraer a millones de personas de todo el mundo comienza a verse polémicamente coartada. 
Para esto, la red social estableció dos categorías de "verificación" de contenido: una sobre las publicaciones de los usuarios y otra, de reciente lanzamiento, sobre las noticias de los medios de comunicación.
CENSURA ENTRE LOS USUARIOS
Según una investigación española, la red social tiene subcontratadas y precarizadas a unas 15 mil personas distribuidas en veinte ciudades alrededor del mundo sin otra preparación que un curso de dos semanas. Desde donde estén, toman quinientas decisiones de publicación diarias de contenido, haciendo click en un botón de forma autómata. Esto implica que cada contenido debe ser aprobado o censurado en menos de treinta segundos.
De hecho, Julia Angwin, una de las periodistas de investigación más reconocidas del planeta, aseguró que “lo que Facebook está haciendo puede ser la operación de censura global más opaca y extensa de la historia”.
En su investigación, Angwin accedió a un extenso número de documentos internos de la red social, pensados para que sus censores sepan distinguir cuáles noticias censurar y cuáles no. Por ejemplo, una llamada “pregunta relámpago” lleva a elegir qué grupo debe estar protegido del discurso de odio, entre tres imágenes: una mujer conduciendo un auto, niños negros y hombres blancos. La respuesta correcta, los hombres blancos.
"VERIFICACIÓN" DE LOS MEDIOS Y EL TRIBUNAL DE LA VERDAD
Según aclara Chequeado al pie de cada una de sus notas, los chequeos "son parte de la iniciativa Third Party Fact-Checker de Facebook en la Argentina". La red social, así describe esta herramienta: "Nos comprometemos a prevenir la difusión de noticias falsas en Facebook e Instagram. En algunos países y regiones, trabajamos con verificadores de datos externos que están certificados por la International Fact-Checking Network, una organización imparcial, para poder identificar y revisar las noticias falsas".
Según agrega Facebook: "Si un verificador de datos califica un contenido como 'Falso', ese contenido aparece más abajo en la sección de noticias o se elimina de las secciones de sugerencias de Instagram. Eso reduce significativamente la cantidad de personas que lo ven". Pero además, hay "medidas contra los reincidentes": "Las páginas y los sitios web que comparten noticias falsas de manera reiterada son objeto de algunas restricciones, lo que incluye la reducción de su distribución. También se les puede quitar la capacidad para monetizar, anunciar y registrarse como páginas de noticias".
Este sistema, tan caprichoso como improvisado, tiene su correlato en la Argentina. Aquí Facebook trabaja con los llamados “verificadores de datos independientes”, que no son más que personas o compañías periodísticas que deben estar registrados en la Red Internacional de Verificación de Datos y firmar el Código de Principios.
La Red Internacional de Verificación de Datos pertenece al Grupo Poynter, propietario de un prestigioso periódico de Florida del Sur, en Estados Unidos. Esta red creó un Código de Principios que cada miembro debe respetar, con criterios como imparcialidad, transparencia de las fuentes y el financiamiento y una metodología honesta de correcciones, entre otros.
En la Argentina, el miembro más prominente es Chequeado, cuya directora ejecutiva y periodística es Laura Zommer. La sola presencia de Zommer al frente de un emprendimiento periodístico "independente" es, cuanto menos, cuestionable. Esposa de Nicolás Ducoté, ex intendente de Pilar entre 2015 y 2019, denunciado, entre otras causas, por un millonario desvío de dinero, contratar de forma directa a una ONG “fantasma” y poner como dirección fiscal el domicilio de una pareja de artistas callejeros, resulta una llamativa elección para determinar de forma imparcial la veracidad o falsedad de noticias políticas.
Pero, sin dudas, el caso de la esposa de Axel Kicillof es aún más polémico y grosero.
Es Zommer, justamente, quien durante los últimos días encabezó una verdadera caza de brujas en busca de publicaciones que se hayan hecho eco de la investigación de REALPOLITIK con respecto a la vinculación de Soledad Quereilhac y el CONICET, su salario y su rol de investigadora adjunta de literatura, lingüística y semiótica, con una especialización en ocultismo.
En un dato por demás sugerente, Zommer y Quereilhac comparten espacios como docentes en la Universidad de Buenos Aires y como columnistas en el diario La Nación. Casualmente, el periódico de los Mitre es uno de los menos “chequeados” por Chequeado. Pero además, Zommer fue funcionaria del kirchnerismo: entre 2003 y 2004 se desempeñó como jefa de Gabinete de la secretaría de Seguridad Interior del ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. También aquí, la independencia y la transparencia parecen ser más simbólicas que reales. 
NO ES FALSO
Al contrario de lo que esgrime Chequeado, la información publicada por REALPOLITIK no es en absoluto falsa. En primer lugar, existen 1.450 becarios del CONICET quienes, al finalizar su beca el 31 de marzo, no pudieron rendir sus tesis de doctorado producto de la pandemia. El organismo prorrogó las becas hasta el 31 de julio, pero dado que la cuarentena seguía su marcha, resolvió otorgarles un “subsidio extraordinario” por tres meses, equivalente al 70 por ciento de los montos de las becas, “con la esperanza de que consigan alguna oportunidad desde ese momento a septiembre”. Ésta es una esperanza muy pobre que, en los hechos, equivale a quedarse sin sus ingresos a partir de septiembre.
En segundo lugar, Soledad Quereilhac es una investigadora adjunta cuya especialidad es literatura argentina. Sin embargo, es absolutamente cierto que la esposa del gobernador Axel Kicillof hizo del ocultismo su tema predilecto de estudio e investigación. Ella misma, en su propio libro, sostiene que “el ámbito de los espiritualismos con ambiciones científicas, como el espiritismo, la teosofía y la magnetología” fueron los ámbitos de su estudio. En la planilla que el CONICET esgrime sobre ella, su tema es “Ciencia, literatura y ocultismo en la Argentina de entresiglos” y las palabras claves de sus datos académicos, siempre acorde al propio CONICET, son tres: "literatura argentina", "ocultismo" y "pseudociencias".
En tercer lugar, también es cierto que Quereilhac percibe un salario de 72 mil pesos mensuales del CONICET por investigar estos temas. En efecto, así figura en su propio recibo de sueldo y en las planillas oficiales de los organismos oficiales, oportunamente publicados por este medio.
Finalmente, otro tema manoseado por Chequeado apuntó a negar que la esposa de Kicillof mantuviera un "contrato" con el CONICET. Sin embargo, si bien es cierto que el ingreso al organismo se lleva adelante mediante un exhaustivo procedimiento de evaluación, una vez ingresada como investigadora Quereilhac debió firmar un contrato, por lo que es absolutamente lógico denominar esta relación como de índole "contractual".
En pocas palabras, y a pesar de la caza de brujas llevada adelante por Chequeado y Laura Zommer, los datos son ciertos y contrastables. Por eso, REALPOLITIK vuelve a reafirmarlos: Quereilhac cobra 72 mil pesos en el CONICET, organismo que dejó en la calle a 1.450 profesionales y cientificos, para investiga literatura argentina, especializada en ocultismo.