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Las implicancias del acuerdo con los bonistas para Vaca Muerta

Distintos economistas opinaron por el reciente acuerdo con acreedores privados y afirmaron que es una condición necesaria pero para la reactivación de la industria hidrocarburífera.
El acuerdo alcanzado por la gestión de Alberto Fernández con acreedores privados abrió un nuevo capítulo en la economía y los sectores industriales, en una señal esperada por las petroleras que operan en Vaca Muerta.
El diario LM Neuquén, en una nota de Fernando Castro y David Mottura, analizó la actual situación y consultó a diferentes economistas, sobre qué implica para la macroeconomía el acuerdo, qué inversiones se pueden esperar para Vaca Muerta y en qué sectores, entre otras preguntas.
Para Ernesto Díaz, Director de Wood Mackenzie en América Latina, “el acuerdo con los bonistas al que llegó la Argentina es un requisito necesario pero no suficiente para la macroeconomía. Es un punto de partida desde el cual una inversión a largo plazo sería imposible. Falta ver cuánto bajan las tasas de interés, algo que está atado al otro acuerdo importante: el del FMI”, dijo.
“Todo ayuda a que vuelvan las inversiones. Falta resolver los problemas de la demanda. La coyuntura nos dificulta, pero el corto plazo hay que seguirlo. Se necesita que se flexibilicen los congelamiento de las tarifas y los precios en las naftas. Los incentivos siempre van a ser para el corto plazo, sin embargo para el largo tiene que pensarse y planificar toda la infraestructura que hace falta”, precisó, para agregar que hace falta “un rumbo definido para la industria energética. La insistencia en fijar precios internos o generar incentivos de precios nunca ha funcionado en la Argentina. Una ley para atraer inversiones, como se está hablando, queda manchada si las empresas ven políticas de congelamiento de precios. Los gobiernos argentinos muchas veces confían demasiado en su capacidad para pronosticar variables de mercado que no se pueden controlar, como el precio del barril”, dijo.
En tanto, Gustavo Pérego, director de ABECEB, sostuvo que “el acuerdo es una condición necesaria para estabilizar la economía, aunque no es suficiente. Para el sector petrolero es una buena noticia, tanto para aquellos que tienen que fondearse como para el proceso de renegociación que lleva adelante YPF, también para las integradas y las grandes empresas que vuelven a ver a la Argentina en términos de normalidad y no como un país que podría caer en default”.
“Las exportaciones de crudo Medanito son otra buena noticia para el sector, porque Vaca Muerta no puede sostenerse solamente del mercado interno o solamente de gas. En el caso del gas, creo que habrá más movimiento, YPF puede empezar a mover equipos para no tener complicaciones con el gas en el invierno del año que viene.
Vamos a tener una tenue reactivación. La recuperación no va a ser en “V”, no creemos que el PBI del 2019 vuelva hasta 2022 o 2023, y eso se traslada a esta actividad. El gas podrá ser un tractor más importante con los incentivos, además sumándole un marco regulatorio previsible. El acuerdo desahoga, pero no resuelve los problemas de fondo”, dijo.
Por otra parte, Rodrigo Álvarez, Economista, CEO de Analytica, dijo que el acuerdo “marca un rumbo y constituye un punto de inicio para la estabilización económica. No hay inversión sin una macro estable y previsible. Para capitalizar este cambio de expectativas hay que lograr un buen acuerdo con el FMI y despejar las dudas respecto del financiamiento fiscal”, precisó.
Además opinó que “el barril criollo fue una buena señal para proteger a la cadena de valor. Ahora hay que consolidar. Si la Argentina encuentra un equilibrio, 2021 será el año de la recuperación y el 2022, el del salto inversor. Por el contrario, si no hay definiciones, volverán las importaciones. El escenario se presenta muy binario. Considero que hay conciencia de estas restricciones, es por ello que se está avanzando en el Plan Gas y en una nueva Ley de Hidrocarburos”, dijo.
“Son dos dinámicas distintas. El plan gas está pensado para el abastecimiento del mercado interno, atenuando la estacionalidad y buscando exportaciones estivales en firme. También tiene que incorporarse la promoción de grandes proyectos. En petróleo, la reacción puede ser mucho más rápida en este contexto”, indicó, para agregar que “por el Plan Gas es esperable que haya actividad en nuevos pozos hacia fin de año. En el petróleo, con la recuperación del precio, el contexto mejora para todos los operadores”, agregó.
Por último, José María Rodríguez, Investigador externo en Economía de la Energía, IERAL, afirmó que “este nuevo escenario establece condiciones más propicias para las decisiones de inversión del sector privado y es especialmente relevante para los sectores de capital intensivo, como es el caso de la cadena de producción de energía. No obstante, los desequilibrios macroeconómicos aún persisten y se presentan como los principales obstáculos que deberá resolver el gobierno para una recuperación sostenible de la economía”.
“Se abre un escenario más alentador para atraer capitales a Vaca Muerta, que permitan aumentar la producción y desarrollar la infraestructura. Sin embargo, las debilidades fiscales no permitirán que la inversión pública sea significativa. Por otra parte, una vez reducida la incertidumbre, comenzarán a tomar relevancia una multiplicidad de regulaciones que aún existen y tienen implicancias directas sobre el sector. Dentro de estas, el mecanismo para definir el precio del gas”, indicó.
“La evolución del sector de petróleo y gas va a estar asociado a la dinámica del nivel de actividad del país que, si bien hay muestras de una incipiente recuperación, no habría que esperar una reactivación acelerada. Así, alcanzar el nivel de actividad previo a la pandemia llevará más tiempo del previsto, que se traducirá en una demanda interna un tanto deprimida”, cerró.