La situación económica es calamitosa en casi todo el mundo. Y los países emergentes como Turquía son de los más castigados.
Como si fuera poco, esto se da en medio de una burbuja crediticia a nivel mundial.
Entonces, el mundo entero comenzó a imprimir papel moneda para financiar el gasto, algo que probablemente termine poniendo en serio riesgo el sistema monetario mundial dejando pocos refugios de valor. Quizás los metales sean uno de los pocos que quedarán.
Pero volvamos al problema de los emergentes.
Turquía, como muchos otros países, tiene una enorme cantidad de deuda denominada en moneda extranjera. Y la principal fuente de dólares frescos para el país turco es el turismo, hoy prácticamente nulo por la pandemia. En pocas palabras, todo el sistema está crujiendo y el mercado ha tomado nota de ello.
El dólar se aceleró con mucha fuerza en los últimos días. Y seguramente esto sea el principio de un movimiento que se trasladará a otras monedas emergentes.
Pero estos no serán los únicos afectados. También los bancos europeos están en problemas.
Muchos bancos europeos son dueños de los bancos turcos. Y la nueva crisis turca sin dudas también les traerá duras consecuencias.
En especial, es importante destacar el caso del banco BBVA, que es dueño de la mitad del banco Turkiye Garanti Bankasi. Para que tengan una idea, BBVA compró las acciones de este banco cuando valían USD 6 y hoy valen USD 0,91.
A prestarle atención a los bancos europeos, que será tema para otra nota.
Lo que quiero destacar hoy es que estamos por ver nuevamente un movimiento alcista del dólar frente al peso argentino y al real brasileño.
En el caso del real, en noviembre de 2019 dije que se avecinaba una gran devaluación. Pocos creyeron que era posible en aquel momento, pero fue lo que sucedió. Creo que ahora estamos a las puertas de un nuevo movimiento de gran fuerza:
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