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EL EMPRESARIO COREANO QUE VIVIÓ EN FUERTE APACHE PUSO $ 30 M PARA FABRICAR RESPIRADORES 75% MÁS BARATOS

FABRICARÁ EN SERIE UN MODELO DESARROLLADO EN ROSARIO, QUE TIENE POR DETRÁS A LA UNIVERSIDAD Y PROFESIONALES DE UNA FIRMA PRIVADA. YA PRESENTARON TODOS LOS ENSAYOS ANTE ANMAT.


Mientras la pandemia amenaza con hacer colapsar el sistema sanitario, un proyecto público privado avanza a paso firme y promete ser un verdadero respiro para el país. Se trata de la iniciativa encarada por la fábrica de electrodomésticos Goldmund SA (Peabody), la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la empresa Inventu, que busca la producción masiva de respiradores artificiales de bajo costo, diseñados exclusivamente para el tratamiento del coronavirus. Su precio final ronda el 25% de lo que se consigue hoy en el mercado.
Pensado durante los primeros días de la cuarentena, el artefacto fue pasando diversas etapas de pruebas. Garantizado ya su funcionamiento, la semana pasada se presentaron ante la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) todos los ensayos vinculados a la seguridad. "La certificación se llevó mucho esfuerzo y tiempo en el laboratorio, con una gran inversión de nuestra parte, cercana a los 30 millones de pesos", contó Dante Choi, presidente de Peabody.
El empresario -cuya particular historia merece un apartado especial (ver aparte)- apostó por el proyecto rosarino convencido de la necesidad de diversificar su portfolio y ampliar los horizontes de su negocio: "El equipamiento médico es un tema estratégico. Estamos también avanzando con otros artículos, siempre en alianza con desarrolladores jóvenes. En Argentina hay que jugarse por los recursos humanos del país, que son su verdadero activo", reflexionó.
Aunque el organismo oficial se encuentra con mucha demanda, los responsables del proyecto (que lleva por nombre "Un respiro") confían que obtendrán luz verde para iniciar la fabricación en serie durante este segundo semestre. Bajo esa premisa, ya se acondicionó especialmente un sector de la planta de Hurlingham, donde actualmente Peabody produce un amplio portfolio de artículos para el hogar.
Consultado por la estrategia comercial, Choi apuntó que ello "dependerá de la demanda", pero quiere poner especial hincapié en el mercado de exportación. Ello no quita que la prioridad inicial esté puesta en el ámbito doméstico, una plaza que el gobierno nacional intervino desde finales de marzo (las dos principales proveedoras son Tecme y Leistung, ambas instaladas en Córdoba, y una tercera empresa más pequeña, Cegens, ubicada en la provincia de Buenos Aires).
Amén de formalizar el convenio con Peabody, el proyecto mantendrá un formato de código abierto, por lo que puede ser fabricado en cualquier parte del mundo donde se cuenten con las partes para hacerlo. "Eso para nosotros es muy importante", explicó Franco Bartolacci, rector de la UNR, desde donde se inyentó el capital inicial para el primer prototipo.
El modelo de respiradores ya fue probado con éxito en la provincia de Corrientes. Allí, el gobernador Gustavo Valdez adaptó la normativa local y generó una producción de 100 unidades. Ese distrito no fue el único interesado: ya hubo diálogos con Jujuy, Santa Cruz, La Rioja y Catamarca para avanzar en el mismo sentido. Incluso también con otros países, como Paraguay, México, Chile, Honduras, República Dominicana
y Perú. “Posiblemente en los próximos días se sumen experiencias similares, ya lo estaremos anunciando oficialmente”, comentó Bartolacci.

Cómo funciona

Concretamente, el equipo en cuestión es un ventilador de transición con afectación específica para la atención de la emergencia derivada de un potencial incremento de casos de coronavirus. Según indicaron en diversas ocasiones sus responsables, se trata de un dispositivo seguro, confiable y que puede sostener el tratamiento a lo largo del tiempo.
Desde Inventu especificaron que el modelo “mueve el aire dentro y fuera de los pulmones de manera controlada, y monitorea presiones y volúmenes. También controla la mezcla de aire/oxígeno, y posee pantalla táctil para monitorear y controlar los parámetros principales: frecuencia, presión, volumen, flujo, unidades de medición y modo de control”.
Además de ser de código abierto, el dispositivo tiene otras características distintivas. Entre ellas, se destaca que se podrá conectar a una base en la web donde se recolectarán datos de los distintos parámetros elegidos por los médicos para poder comparar resultados y mejorar los tratamientos.
Respecto al precio, revelaron que mientras que en el mercado un respirador puede costar entre 20.000 y 30.000 dólares, este modelo oscila entre el 20% y 25% de ese valor: entre 4.000 y 5.000 dólares.
Detrás del emprendimiento se encuentra no solo Goldmund SA, la UNR e Inventu, sino también toda una gran lista de actores que brindaron su apoyo. Por ejemplo, la Universidad del Gran Rosario aportando el conocimiento de kinesiólogos expertos en respiración mecánica. También la Municipalidad de Rosario y el Gobierno de Santa Fe, cuyos profesionales de salud brindaron su conocimiento teórico y empírico de sus Unidades de Terapia Intensiva. También fueron partícipes la Asociación Rosarina de Anestesiología, a través de sus profesionales, instalaciones y tecnología para garantizar ensayos y simulaciones.

Científicos locos

Tal como le gusta decir a Simón Carpman, uno de los responsables de Inventu, “Un respiro” es un proyecto de sinergias, donde la firma que él conduce logró sintetizar, interpretar y asimilar las demandas de los usuarios profesionales, para ofrecer soluciones tecnológicas acordes a la necesidad planteada y a los objetivos propuestos, avanzando en distintas etapas que fueron sumando complejidad, desafíos tecnológicos y clínicos, y permitieron lograr la seguridad y confiabilidad del equipo.
Carpman suele definir a su firma como "un grupo de científicos locos que le sabemos resolver problemas complejos a la gente". El año pasado, él y su equipo tuvo la responsabilidad de coordinar el desarrollo del primer trolebús 100% santafesino. Nacida en 2015, Inventu ya asesoró a más de 30 grandes compañías entre las que se incluyen nombres de distintos rubros, como La Virginia, Paladini, Johnson y Johnson, Ferrero, Metalsur y Nuevo Central Argentino (NCA).

Un recorrido particular

La historia del presidente de Peabody es digna de una serie de Netflix. Nacido en Corea del Sur, recaló en Argentina en 1977, cuando tenía 12 años. Llegó a vivir en Fuerte Apache, pero se recuperó y en 2001 adquirió la empresa que hoy sigue comandando.
Su vinculación con el proyecto de los respiradores tiene una conexión directa con su vivencia personal: “Yo trabajé por muchos años para la firma coreana Daewoo. En ese entonces conocí a un ingeniero argentino, que en la década del 70 había inventado un dispositivo médico revolucionario pero la dictadura lo terminó fundiendo y terminó siendo un simple distribuidor. Él no tenía que terminar así”, aseveró Dante Choi, quien no quiere que los jóvenes profesionales de Inventu terminen como aquél ingeniero. Por eso se asoció con ellos.
El empresario aseguró que la vía para lograr un crecimiento sustentable y genuino del país está en la apuesta constante a los recursos humanos nacionales. “Argentina supera por varios cuerpos a sus vecinos de Latinoamérica en ese aspecto”, aseguró orgulloso, para luego volver a repetir que “hay que jugarse por los recursos humanos, que son el verdadero activo del país”.



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