En la columna de hoy vamos a tratar un tema que suele ser minimizado por la mayoría de las personas la mayor parte del tiempo, pero que se torna fundamental en épocas de cisnes negros como la actual, donde una pandemia global reduce los ingresos de buena parte de la población a su mínima expresión. Hablamos del ahorro para emergencias, pieza clave de una economía doméstica sana.
Sobre el asunto hay muchas preguntas: ¿Cuánto dinero se recomienda destinar a ese ahorro? ¿Cómo puedo generar el ahorro? ¿Solamente me sirve para casos de emergencia? ¿En qué tipo de inversión debe estar colocado? A continuación, atacaremos estas cuestiones una por una.
Cuánto y cómo
La construcción de tu ahorro de emergencia comienza con el conocimiento al detalle de tus gastos. Lo primero que necesitás hacer es clasificarlos de manera tal de conocer no solo la cifra total de tus gastos mensuales, sino también la proporción de gastos fijos y gastos variables. Una vez que tengas estos datos, debés tomar el importe total de gastos mensuales, multiplicarlo por 0,70 y multiplicar ese resultado por 6 (gastos totales x 0,70 x 6). Por ejemplo: si mis gastos mensuales totales son de 25.000 pesos, entonces la cuenta sería 25.000 x 0,70 x 6 = 105.000 pesos.
Lo que estoy haciendo aquí es calcular primero a cuánto deberían bajar mis gastos mensuales si necesito aplicarles un ajuste del 30% y, después, proyectar a lo largo de 6 meses. En el ejemplo, debería pasar de un gasto mensual de 25.000 pesos o 150.000 pesos semestrales a otro de 17.500 pesos mensuales o 105.000 semestrales.
Esos 105.000 pesos semestrales constituyen el ahorro con el que debo contar para emergencias si mi gasto mensual de es 25.000 pesos. Está pensado para ser utilizado en el caso de que un evento no deseado, como la pérdida del trabajo o los ingresos, nos sorprenda. Si nos quedamos sin entrada de dinero, podremos vivir durante 6 meses con ese dinero, ajustando nuestros gastos mensuales un 30%.
Ahora que sé que tengo que generar 105.000 pesos para destinarlos a mi fondo de emergencia personal, ¿cuál sería la mejor manera de hacerlo? Aquí el enfoque también tiene que ver con la correcta medición de nuestro flujo de ingresos y gastos. Hablamos de la regla 50/30/20, una herramienta ideal para cosechar un excedente del 20% sobre tus ingresos (en caso de no llegar a ese número, podés hacerlo al principio con un 10%, pero no menos). La fórmula es así: separás el 50% de tu ingreso para gastos necesarios, el 30% para tus gastos deseados y 20% para tu ahorro de emergencia. Suponiendo un ingreso mensual de 30.000 pesos, en menos de un año y medio (17 meses y medio, para ser precisos) deberías llegar a los 105.000 deseados.
Ya puedo escuchar el descontento y las excusas: ¡un año y medio es mucho tiempo! Pero, ¿no es un buen negocio sacrificarte un poco para nadar de ahora en más con un buen salvavidas en vez de tirarte a la pileta sin saber si tiene agua? Si aún no te convencí, seguí leyendo.
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