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La carga impositiva llega hasta el 58,7% de los ingresos de los trabajadores

Según el Iaraf, un asalariado terminó ayer de pagar todos los tributos; los de mayores ingresos se liberan el 1º de agosto

Hay varias maneras de mostrar cuánto paga de impuestos un argentino. Pero, sin dudas, uno de los más fáciles de entender es el indicador que da cuenta de hasta qué día del año una familia tipo trabaja para pagar los tributos y cuándo empieza a hacerlo para sí.
Pues llegó la hora de empezar a gritar la independencia en 2020. Desde ayer y hasta el 1º de agosto terminarán de pagar sus impuestos gran parte de los asalariados en blanco. Por caso, a partir de hoy, una familia tipo con un ingreso de $60.091 en bruto ($49.876) ha terminado de cumplir con su socio, que se lleva ni más ni menos que 49,50% de lo que gana.
El trabajo realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) da cuenta de que, después de un alivio en los últimos años, la presión volvió a subir. "Un trabajador asalariado formal en la Argentina debería trabajar en 2020 entre 181 y 214 días para cumplir con las obligaciones tributarias de los tres niveles de gobierno, dependiendo de sus ingresos", dice el trabajo.
Uno de los datos más importantes es el cambio de tendencia. Desde 2011, la presión impositiva sobre el trabajador en blanco creció, siempre fue en aumento. Pero en 2016, después del impacto de la reforma del impuesto a las ganancias, la curva se revirtió. "En cuanto a la evolución a lo largo del período 2011-2020, a partir de 2016 se observó una reversión de la tendencia de incremento en la presión tributaria sobre el ingreso de los asalariados formales que se venía registrando en años anteriores, principalmente en los niveles de ingresos más elevados, que resultaban los más favorecidos por la actualización en el impuesto a las ganancias, la cual en 2018 abarcó también a los trabajadores del estrato inferior de ingresos, ejemplificado como consecuencia de la reducción de contribuciones patronales", concluye el documento.
De acuerdo con la metodología que se aplica desde el inicio del estudio, se divide en cuatro niveles de ingresos. El primero, que ya logró pagar sus impuestos ayer, recibe por mes $60.091, y la categoría que le sigue, $130.211 brutos, siempre para una familia con dos hijos. En este caso, la independencia impositiva llegará pasado mañana, cuando haya pagado el 52,2% de lo que ganó. Ese porcentaje aún está lejos del récord cuando, en 2015, épocas en que el impuesto a las ganancias no se actualizaba, llegó a tributar el 56,8% del total de lo que percibía.
El tercer grupo está conformado por hogares con un sueldo bruto de $190.211. Para este grupo familiar el peso de los impuestos es de 57,1% y su momento de liberación será el 26 de julio. Se trata de uno de los sectores más castigados por los impuestos. En 2015, por caso, cancelaba la última cuota el 19 de agosto cuanto terminaba de pagar el 63,5% del total de lo que percibía.
Finalmente, los asalariados de mayores ingresos ($272.343 de sueldo bruto y $242.773 de bolsillo) tendrán que trabajar hasta el 1º de agosto para cancelar hasta el último impuesto. El Estado, o en realidad los Estados nacional, provincial y municipal, se habrán llevado el 58,7% de sus ingresos.
Además de los tributos generales, el trabajo incluye los llamados impuestos al trabajo. "Existe un amplio debate en torno a si los aportes y contribuciones a la seguridad social deben ser considerados impuestos o no. La discusión radica en que, si bien son fondos que se detraen obligatoriamente de los ingresos de los trabajadores, implican un beneficio a futuro derivado de los ingresos jubilatorios, a diferencia del resto de los impuestos que no tienen una contraprestación directa a cambio", concluye el documento, que determina que como el Estado tiene potestades para modificar las condiciones de cobro y fórmulas de cálculo en el futuro, a los efectos de este trabajo se concluye que los aportes y contribuciones a la seguridad social funcionan en la práctica de manera similar al resto de los impuestos.
Diego Cabot